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Fútbol | Bayern de Múnich

El Bayern se va a la pausa de invierno tras un año casi perfecto

  • Con el Mundial de Clubes el club alemán suma su quinto título del año
  • Solo se le escapó la Supercopa alemana en la que cayó 4-2 ante el Borussia
  • Heynckes logró el triplete Copa-Liga Champions y Guardiola la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes

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FIFA Club World Cup 2013
El Bayern Múnich celebra el Mundial de Clubes conseguido ante el Raja Casablanca.

El Bayern de Múnich se va a la pausa de invierno tras tener un año casi perfecto con cinco títulos conquistados, el último el Mundial de clubes, y como líder absoluto de la Bundesliga que difícilmente alguien podrá disputarle.

Tras el triplete de la temporada anterior, con Jupp Heynckes en el banquillo, vino la Supercopa europea definida en los penaltis ante el Chelsea de José Mourinho, que se convertiría en el primer título de Pep Guardiola con el conjunto bávaro.

Luego, este sábado, se completó el repóquer con el triunfo en la final del Mundial de Clubes ante el Raja Casablanca. Al Bayern de 2013 sólo se le escapó un título que fue el de la supercopa alemana, que perdió con un claro 4-2 ante el Borussia Dortmund que en ese partido cobró revancha por la derrota que había sufrido ante los bávaros en la final de la última Liga de Campeones.

La derrota ante el Dortmund fue una entre tres que sufrió el Bayern en 2013 y la única que tuvo consecuencias pues las otras, en la Liga de Campeones ante el Arsenal en los octavos en la temporada pasada y ante el Manchester City en el último duelo en la fase de grupos en este ejercicio, sólo fueron cuestión de estadística.

Un año plagado de victorias

Las estadísticas bávaras en este año son para dar miedo. En la Bundesliga jugó 33 partidos de los que ganó 30 y empató 3, en la Copa de Alemania jugó 6 y ganó los 6, en la Liga de Campeones ganó 11 de 13 compromisos y perdió 2 mientras que el Mundial de Clubes ganó los dos partidos disputados.

El año de los superlativos, como se ha llamado el año del Bayern en Alemania, se inició con un golpe de efecto en enero cuando se anunció que Guardiola se convertiría en el entrenador del Bayern en la siguiente temporada.

Luego vendría el grandioso remate de temporada con el que el Heynckes le dejaría a Guardiola la herencia del triplete, que el catalán no se cansa de agradecerle y de recordar que sin esos títulos él no hubiera podido disputar las supercopas ni el Mundial de Clubes.

Muchos pensaron inicialmente, sin embargo, que esa herencia podía ser una herencia envenenada. La directiva trató de quitarle hierro al tema desde el día de la presentación de Guardiola cuando el presidente del Consejo Directivo, Karlheinz Rummenigge, dijo que nadie exigía que se repitiera el triple.

Ahora, en una entrevista que publica el dominical "Bild am Sonntag", Rummenigge insiste en el que el club no le exige el triple a Guardiola pero que Guardiola se lo exige a si mismo.

"Nadie de nosotros exige que el triple se repita y se lo he dicho a Pep. Pero él es el que se lo exige a si mismo", dijo Rummenigge.

El único momento de duda fue la derrota ante el Dortmund en supercopa alemana, que revivió los fantasmas de las dos temporadas, anteriores al triple, en las que el Dortmund ejerció una hegemonía dictatorial en el fútbol alemán.

Ahora, sin embargo, después de la forma como se ha desarrollado la temporada alemana, esa derrota se ha quedado en una anécdota y en un pequeño lunar que impidió que el Bayern igualase los seis títulos del Barcelona.

En la Bundesliga el Bayern, con un partido menos, marcha siete puntos por encima del Bayer Leverkusen y doce por encima del Borussia Dortmund y del Borussia Mönchengladbach. Y los jugadores parecen entender cada día mejor lo que quiere Guardiola.