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Phelps suma su séptimo oro e iguala a Mark Spitz

  • Aunque con apuros, se impone en la final de 100 metros mariposa
  • Iguala en número de oros en unos JJOO al hasta ahora mejor nadador de la historia
  • El serbio Milorad Cavic ha puesto en serio riesgo la consecución de la hazaña
  • La federación serbia ha presentado una reclamación que la FINA ha desestimado

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Phelps iguala a Spitz

Por sólo una centésima ha vencido en los 100 metros mariposa el chico de oro de Pekín 2008. Michael Phelps ha conseguido así igualar el récord histórico del mítico nadador Mark Spitz al conquistar siete oros olímpicos, tras imponerse en la final de 100 metros mariposa al serbio Milorad Cavic, con un tiempo de 50.58 segundos.

Tan ajustada ha estado la prueba que la Federación serbia ha presentado una reclamación ante la Federación Internacional de Natación (FINA) tras la ajustada final, pero la FINA ha confirmado el resultado y ha dado por justo vencedor al estadounidense.

A diferencia de las seis finales anteriores, Phelps ha pasado apuros en los últimos 20 metros para alzarse con la victoria. El serbio Milorad Cavic ha sido el 'culpable' de los aprietos del estadounidense al acelerar su brazada. Pero Phelps ha reaccionado en el último metro, lo que ha permitido que aún siga vivo su gran objetivo: convertirse en el único deportista de toda la historia en llevarse ocho oros.

No podía faltar la épica en este nuevo récord olímpico, en donde al margen del tiempo lo único que importaba era el color de la medalla. Phelps tenía que ganar, sí o sí. Pero parecía más complicado que de costumbre para el estadounidense. No en vano, la prueba de 100 metros mariposa era la única final que nadaba Phelps en la que no tenía el récord del mundo.

Y aunque ha terminado a 66 centésimas del serbio al llegar a la primera pared, Phelps ha puesto sobre la mesa todo su potencial para igualar el récord que en 1972 estableciera el hasta ahora mejor nadador de la historia, Mark Spitz.

La celebración del nadador de Baltimore ha estado a la altura de las circunstancias. Con inmensa alegría y rabia ha golpeado el agua mientras levantaba su dedo índice en dirección al aire. Lo ha conseguido: ya es tan grande como Spitz y aún tiene una oportunidad para eregirse como nuevo emperador de las aguas, ya que aún le resta una final por nadar.