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Las manifestaciones por la muerte de George Floyd no decaen por las amenazas de Trump de militarizar las calles. Las de este martes han sido más numerosas menos violentas porque los participantes han querido demostrar que se trata de una movilización pacífica.

Fente a la Casa Blanca se protesta también contra el presidente de Trump que ha seguido criminalizando a los manifestantes.

Las declaraciones del congresista republicano, Matt Gaetz, en Twitter son un buen ejemplo: “Ahora que vemos claramente a Antifa como terroristas, ¿podemos cazarlos como lo hacemos en el Medio Oriente?”, ha escrito el republicano.

Por su parte Joe Biden, el rival de Trump en las elecciones de noviembre, ha acusado al presidente de Estados Unidos de manipular los sentimientos de los ciudadanos y "convertir el país en un campo de batalla".

Informa Fran Sevilla, corresponsal de RNE en Washington

El virtual candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, ha pedido la reforma de la policía y ha criticado la actuación de Trump frente a estas protestas. El presidente ha vuelto a ir a una iglesia, en medio de un despliegue de seguridad, esta vez sin incidentes, pero ante la mirada crítica de oposición y de algunos líderes religiosos. La Guardia Nacional sigue su despliegue para contener los graves disturbios registrados a lo largo y ancho de Estados Unidos.

Manifestantes de más de una decena de ciudades de EE.UU. han desafiado el martes por la noche el toque de queda para protestar por la muerte de George Floyd. La mayoría de las protestas han sido pacíficas, pero al caer la noche se multiplicaron los distubios y saqueos. En Washington, se centraron en las inmediaciones de la Casa Blanca, donde la policía dispersó con gases lacrimógenos a los manifestantes para que el Trump pudiera dirigirse a pie a la  iglesia de Saint John.

Ayer a la noche, Trump anunció el despliegue del ejército para sofocar las protestas tras equiparar a los manifestantes con terroristas domésticas. La respuesta de su rival en los comicios de noviembre,  Joe Biden, no se ha hecho esperar: ha hecho un llamamiento a la unidad y a pensar en el bien de todos. Entre tanto, en el séptimo día de protestas, la mayoría de ciudadanos han aceptado el toque de queda, pero sigue habiendo duras represiones pese a que buena parte de las manifestaciones están siendo pacíficas.

Informa Fran Sevilla, corresponsal de Radio Nacional en Estados Unidos y enviado especial a Mineápolis.

En medio de las protestas por la muerte del estadounidense George Floy, se ha conocido que el exboxeador americano Floyd Mayweather se encargará de pagar el funeral de su compatriota, que falleció víctima de la brutalidad policial en Minneapolis, el pasado 25 de mayo. Así lo confirmó uno de sus representantes que señaló que el excampeón mundial ya se ha puesto en contacto con la familia de Floyd y que esta ha aceptado su proposición. La idea de Mayweather es hacer hasta cuatro funerales en distinas ciudades de Estados Unidos.

Doscientos temporeros que van a trabajar en la campaña de la fruta han estado durmiendo al raso en las calles de Lleida; según una denuncia, porque los hoteles se negaron a darles alojamiento, algo que el sector ha negado. Finalmente, el futbolista del Monaco Keita Baldé, nacido en Girona, ha alquilado un edificio para que parte de ellos se queden allí. "Si solo una persona puede ayudar a 200 personas con un hogar, con comida, con ropa si nos juntamos cinco imaginad lo que podríamos crear", ha explicado el jugador en sus redes sociales.

Compañías discográficas, artistas, medios, emisoras de radio y canales de televisión están llamados a secundar un apagón musical simbólico en protesta por la muerte de George Floyd. Un llamamiento a parar y reflexionar sobre el racismo institucionalizado y la impunidad contra las personas no blancas en EE.UU.

La idea partió de dos mujeres, vinculadas a la industria musical, Jamila Thomas y Brianna Agyemang, que colgaron un manifiesto en las redes al que se han ido uniendo distintas entidades, artistas y empresas. La protesta puede seguirse en las redes con las etiquetas #TheShowMustBePaused y #BlackoutTuesday utilizadas por miles de personas para mostrar su adhesión a este día sin música. El canal musical de televisión, MTV, se ‘ha ido a negro’ durante 8 minutos y 46 segundos, el tiempo que George Floyd estuvo tendido en el suelo hasta que perdió el aliento, presionado por la rodilla del agente Derek Chauvin.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, eleva el tono de las amenazas y anuncia que "está enviando miles de soldados fuertemente armados para detener los disturbios" que se está produciendo en varias ciudades del país a raíz del homicidio de George Floyd.

"Si una ciudad o estado se niega a tomar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de sus residentes, entonces desplegaré el ejército de los Estados Unidos y resolveré rápidamente el problema por ellos".

Varios gobernadores ya han rechazado esa declaración del presidente que, además, ha relacionado las protestas antirraciales con los actos de vandalismo que también se están produciendo por todo el país. Cree que Trump que se trata de "terrorismo doméstico".

Informa Fran Sevilla, de Minneápolis

"Los Estados Unidos de América designarán ANTIFA como una organización terrorista". Esas poco más de diez palabras que el presidente estadounidense Donald Trump tuiteaba el pasado domingo para volver a marcar agenda política, palabras que el líder de VoxSantiago Abascal, tardó muy poco en suscribir y aplaudir. "Es un argumento sin sentido: ni es una organización, ni tiene líder, ni oficinas, ni es terrorista", ha explicado en 24 horas de Radio Nacional Mark Bray, historiador y autor de Antifa, un estudio sobre este movimiento que "es el enemigo más importante de Vox y la alt-right americana": "La palabra terrorista es una forma drástica de deslegitimar la política de un enemigo y el movimiento antifascista es su enemigo más importante. Es una forma de cambiar la perspectiva: de un movimiento que lucha contra el fascismo a calificarlos como terroristas".

Bray, vinculado estrechamente al mundo del activismo (promovió el movimiento Occupy Wall Street tras la crisis financiera de 2008), define el movimiento antifascista como "una política de autodefensa contra la extrema derecha" que "puede o no ser violenta": "En Estados Unidos hay mucha rabia por las matanzas contra la gente negra. Alguna puede ser de grupos antifa, pero es una rebelión mucho más grande". Y es que Bray define los episodios que estamos viviendo como "la más importante rebelión de EE.UU. en 50 años" y señala que Trump está intentando matar dos pájaros de un tiro: desviar la atención del problema principal y de estigmatizar a sus enemigos. "Los orígenes de esto son obvios: la brutalidad policial y el racismo. Pero Trump no quiere hablar de ello", ha sentenciado.