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La Iglesia nicaragüense ha renunciado a su papel de mediadora en Nicaragua tras el ataque que han sufrido varios sacerdotes por los paramilitares del presidente Ortega en la Basílica de San Sebastián, en la localidad de Diriamba. En el ataque, varios misioneros y enfermeros protagonizaron un forcejeo con las fuerzas policiales en el que varios religiosos resultaron heridos y golpeados hasta que lograron salir por una puerta lateral. Desde hace tres meses, la Iglesia ha intentado mediar entre la oposición y el presidente para aliviar la crisis contra el Gobierno en la que ya han muerto 320 personas

En Nicaragua, la violencia no cesa y los muertos ya ascienden a 200. En las últimas horas se han recrudecido los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y manifestantes en Masaya, la ciudad en la que hace dos meses empezaron las protestas. Grupos de derechos humanos denuncian que existen paramilitares que atacan a la población. Y mientras tanto el diálogo entre la oposición y el gobierno está suspendido.

El Gobierno de Nicaragua y la oposición han acordado este viernes en una mesa de diálogo invitar de manera "inmediata" a la Organización de Estados Americanos (OEA), Naciones Unidas y la Unión Europea para que investiguen las cerca de 200 muertes ocurridas durante las protestas antigubernamentales, así como retirar los bloqueos que mantienen los manifestantes. Además, la mesa del diálogo discutirá una propuesta de la Iglesia Católica de adelantar las elecciones generales para el 29 de marzo de 2019.