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Nicaragua no ha confinado a su población ni ha tomado medidas restrictivas contra el coronavirus y presume de ser el país latinoamericano con menos casos. Los datos oficiales dan 279 contagiados y 17 muertos, pero observadores independientes dicen que los contagiados son ocho veces más y elevan los fallecimientos a 460.

Las redes sociales están llenas de vídeos con entierros exprés con los que el régimen nicaragüense trataría de esconder los muertos por covid-19. El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo asegura, sin embargo, que todo está bajo control.

Pablo Gállego es el máximo goleador y uno de los mejores jugadores de la liga nicaragüense, una de las pocas que no se ha detenido por el coronavirus en todo el mundo. Gállego es el único jugador español de la actualidad en activo, aunque sigue muy pendiente de la actualidad de España, donde su hermano trabaja de enfermero.

Al tiempo que casi todos los países del mundo imponen medidas a sus ciudadanos contra el coronavirus, Nicaragua todavía no ha aplicado ninguna. Al contrario, se alientan marchas contra la pandemia. Algunos territorios se han quejado de la inacción nicaragüense. La OMS y la organización panamericana también han mostrado su preocupación.

México, que cuenta con 41 casos de contagio por coronavirus, todavía no ha aplicado medidas restrictivas. Tampoco lo ha hecho Cuba, que sigue dejando entrar a turistas. El Gobierno mexicano sigue permitiendo la celebración de actos multitudinarios como conciertos en los que la única media sanitaria es tomar la temperatura de los asistentes, pero ha cerrado estadios de fútbol. En Cambio, Colombia ha expulsado a tres españoles por no cumplir las medidas de aislamiento. Nicaragua, que no cuenta con ningún caso, ha ya aprovisionado el material médico necesario por si el virus entra en sus fronteras, e Irán, que se encuentra en estado de alarma, continúa desinfectando las calles y aplicando medidas restrictivas con el objetivo de frenar la propagación de la pandemia del coronavirus.

En Nicaragua, 'Las Turbas', unas fuerzas de choque oficialistas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, boicotean el funeral del poeta y sacerdote Ernesto Cardenal al grito de "traidor". Esto ha producido graves enfrentamientos que comenzaron cuando familiares y amigos de Cardenal llevaban el féretro a la capilla.

Finalmente tuvieron que sacar al féretro por una puerta lateral. El conflicto continuó en el exterior y se recrudecieron los insultos y agresiones contra asistentes y periodistas, que concluyeron con dos de ellos en el hospital.

El mundo de la poesía, pero también el de la política recuerda hoy a Ernesto Cardenal: poeta, sacerdote y revolucionario nicaragüense, que ha muerto a los 95 años. Promovió la teología de la liberación, fue cuatro veces propuesto para el Nobel de literatura, y recibió el Premio Reina Sofía de Poesía, el más importante en español.

El escritor y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal ha muerto este domingo en Managua a los 95 años. Conocido por su obra poética, Cardenal fue uno de los más destacados representantes de la teoría de la liberación y un estrecho colaborador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en su lucha contra el dictador Anastasio Somoza.

También fue ministro de Cultura durante la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, entre 1979 y 1987, aunque terminó abandonando el FSLN por sus diferencias con su líder y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de quien fue un duro crítico. Su activismo político le costó en 1984 la suspensión del ejercicido del sacerdocio por Juan Pablo II, hasta que treinta años después, en 2014, el papa Francisco decidió levantarle el castigo.

Sacerdote rebelde y escritor imparable. El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal nos ha dejado este domingo a los 95 años en Managua. Quien fuera uno de los máximos representantes de la Teología de la Liberación ha merecido reconocimientos y reprimendas internacionales. Como la del papa Juan Pablo II, que le reprochó su compromiso político con la revolución. 

En un informe publicado hoy, Amnistía Internacional denuncia la situación en Latinoamérica en cuanto al tratamiento de los Derechos Humanos durante las manifestaciones ciudadanas de los últimos meses. Estima que al menos 200 personas han muerto durante la represión y la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad. Los defensores de estos DDHH están, según la organización, en el punto de mira. Unos 208 activistas han sido asesinados en 2019, la mitad de ellos en Colombia. Además de este, los países más preocupantes son: Haití, Chile, Ecuador, Venezuela, Honduras, Nicaragua o Bolivia. En Venezuela, se producen 60 homicidios por cada 100.000 habitantes. En México, el año pasado se batieron cifras récord, 97 muertes violentas al día, de los cuales, al menos 6 de ellos son feminicidios. AI también denuncia la situación de vulnerabilidad de sus habitantes, al menos un tercio de ellos vive por debajo del umbral de la pobreza. Informa Valle Alonso.

El documental del poeta granadino Daniel Rodríguez Moya titulado Nicaragua, una patria libre para vivir, la insurrección de los nietos de la revolución sandinista, fue filmado de forma clandestina en el verano de 2018, cuando la revuelta contra el presidente Daniel Ortega y la represión desencadenada por este estaban en pleno apogeo.

En él participan figuras de la izquierda nicaragüense como el poeta y exministro de Cultura Ernesto Cardenal, o el exvicepresidente de Nicaragua y premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez, ambos muy críticos con la deriva totalitaria del presidente y excomandante Daniel Ortega, en el poder desde 2007.

  • El próximo abril se cumplen dos años de la revuelta popular nicaragüense contra Ortega
  • Un documental español denuncia la represión y los crímenes contra los derechos humanos

Los migrantes centroamericanos que buscan protección en EE.UU. esperan asilo en México, pero la administración mexicana los deriva a algunos de sus estados más peligrosos. La frontera con EE.UU. se ha convertido en un espacio de contención migratoria donde las probabilidades de que Estados Unidos les conceda asilo migratorio apenas llegan al 1%. Ya son 60.000 los centroamericanos que han decidido regresar a sus países.

El muro de Trump empieza cada vez más al sur. Primero consiguió que México endureciera su política migratoria y después que Guatemala aceptara, en un principio, ser "tercer país seguro", es decir, que hondureños y salvadoreños no puedan ir más lejos para pedir refugio. A sus gobiernos, mientras tanto, les tocaría contener a los nicaragüenses y cubanos que pasan por su territorio.