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Con Ramón Gener continuamos adentrándonos en la vida y la trayectoria profesional del compositor Gioachino Rossini. En esta ocasión, Gener nos ofrece la cuarta entrega de esta 'serie' de anécdotas sobre la trayectoria del célebre compositor italiano, famoso por sus 39 óperas.

Como cada viernes en Por tres razones, recibimos la visita de nuestro pianista particular Miguel Baselga que hoy, en su sección Lo que no me contaron en el conservatorio, nos habla sobre miedos y supersticiones en la música. Explicamos los tres tipos diferentes de música y melodías destinadas o enmarcadas en supersticiones o sensaciones cercanas al miedo y la mala suerte.

En primer lugar, hablamos de canciones que no fueron creadas con ese propósito específico, pero que terminaron siendo conocidas por un ambiente misterioso o aterrador por su uso en en películas o adaptaciones, como en el caso de Tubular Bells de Mike Oldfield. También hay otras melodías que si tenían un fin concreto de inspirar miedo o tensión, como la pieza Dies Irae, con origen gregoriano, que hace referencia al día del juicio final muy utilizado en la historia de la música. Por último, Baselga explica esas melodías y composiciones alrededor de las cuales se ha creado un aura de misticismo y superstición, como en el caso de Addio, de Francesco Tosti, de la que se decía que atraía desgracias, terror y mala suerte, como otras que, si eran reproducidas antes de una función musical, garantizaban el fracaso absoluto.


 

Hoy en Por tres razones Miguel Baselga dedica su sección Lo que no me contaron en el conservatorio a desmentir bulos y 'fake news' de la historia de la música, argumentos que aún siguen presentes en enciclopedias sobre la historia de la música.

Para empezar, Antonio Salieri no mató a Mozart, como muchas otras mentiras a lo largo de la historia, esto nace de una mala traducción. La historia fue creciendo y hasta el día de hoy, cuando se han visto películas y representaciones sobre el tema, aún hay gente que sigue pensando que ocurrió así.

A Isaac Albéniz, compositor español, le rodea un currículum de historias inventadas, fantasías y falsedades, poniendo en duda su autoría de obras hasta que terminó por explicarse en el catálogo de su carrera. Desmentimos cada una de ellas y contamos su historia real.

El último bulo tiene que ver con la definición de la nota la, que durante años, y según diferentes escritos, se creyó que se había producido durante una reunión en la Alemania de 1938, en pleno nazismo, al borde de la II Guerra Mundial y por iniciativa de Joseph Goebbels.

El músico alemán Felix Klieser tiene 31 años, empezó a tocar la trompa a los 5 y es profesional desde los 17. Ha actuado en toda Europa como solista, y también como trompista invitado en grandes orquestas como la Camerata de Salzburgo o la Filarmónica de Gran Canaria. Una carrera sorprendente, porque nació sin brazos. Dice Felix Klieser que lo que más impacta a quienes le ven por primera vez interpretar -por ejemplo- a Mozart, es la dificultad de la postura, y la habilidad de los dedos del pie, casi de contorsionista. Sin embargo, para él es lo de menos. Quizá eso fue lo más fácil, aprender a tocar la trompa francesa, tocar notas rápidas, escalas rápidas, eso no es nada difícil para mí. En lo que he invertido mucho tiempo creando un buen sonido, buen color, conseguir buenas notas altas. El desafío para Klieser no fue tocar las teclas, sino emitir el mismo sonido que los trompistas consiguen utilizando las 2 manos. Klieser explica que "cuando quieres hacer algo, lo que importa no es lo que tenías cuando naciste, lo que te dio el cielo. Importa que quieras hacerlo y cuanto vas a invertir en ese deseo" Viene a actuar en la Semana de Música religiosa de Cuenca, que se celebra en abril. A Klieser le sobran tantas cosas, empezando por su fuerza y autonomía, que a su lado no puedes pensar en que lo que le falta.


FOTO: EFE/MARKUS SCHOLZ

Como cada semana en Por tres razones Miguel Baselga nos trae su sección "Lo que no me contaron en el conservatorio", hoy para hablarnos de las texturas musicales. Según explica Baselga, a pesar de las infinitas composiciones musicales que existen, en realidad sólo hay tres maneras de hacerlas funcionar y que suenen bien: por homofonía, como melodía acompañada o con contrapunto.

Nuestro pianista particular nos explica que la música por homofonía se da, como su propio nombre indica, cuando las voces hacen lo mismo. En el caso de la melodía acompañada nos enconrtamos con una melodía que acompaña a la principal, pero no es el acompañamiento, ya que dentro de una misma textura puede haber varios tipos de acompañamiento. Por último, la escritura contrapuntística se da cuando se mezclan varias voces y todas tienen importancia.

Como siempre, todas estas teorías se entienden mejor escuchando las canciones que toca para el programa Miguel Baselga, escúchalo ahora en RNE.

Como cada viernes, hoy nos deleitamos en Por tres razones con la sección "Lo que no me contaron en el conservatorio" de Miguel Baselga, que se ha propuesto explicar la delgada línea entre tomar algo prestado y plagiar una obra haciéndola pasar por tuya, algo que se ha dado durante siglos en la historia de la música. 

Para empezar, nuestro pianista nos explica cómo el himno de Francia, de Inglaterra o el de España están relacionados con obras de compositores muy lejanos a ser autóctonos. La Marcha Real Española fue 'reciclada' por el compositor ruso Mily Balakirev en 1857, y tres obras musicales de Charles Ives, Beethoven y Paganini, ninguno de ellos británico, suenan muy parecidas al "God Save the Queen" que se usa como himno en Inglaterra, aunque no haya ninguno oficial en el país.

Baselga introduce también los caprichos de Paganini compuestos para violín a principios del s. XIX, que luego serían reinterpretados por compositores como Johannes Brahms, Sergei Rachmaninoff o Witold Lutoslvsky. Para terminar, la historia de la famosa canción de Kaoma, "Lambada", plagiada a un grupo de folclore boliviano.