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La llamada plaza de los tres poderes, en la capital brasileña, presenta un aspecto muy diferente del que vimos el domingo, con el asalto que dio la vuelta al mundo. Un equipo de Televisión Española se encuentra en Brasilia, en el fue el escenario del ataque de los bolsonaristas radicales al corazón político del país.

"Es como un escenario de guerra", afirma una de las trabajadoras del Palacio de Planalto. Los destrozos son millonarios y el patrimonio histórico será difícil de recuperar.

Foto: REUTERS/Ricardo Moraes

Brasil sigue intentando recuperar la normalidad tras el asalto de este domingo por parte de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro. El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva busca dar una imagen de firmeza con los golpistas y, por otra, de estabilidad política. Empezar a gobernar mientras la Justicia hace su trabajo.

Lula ha dejado claro en una reunión con los gobernadores y los presidentes de los poderes legislativo y judicial que su objetivo es averiguar quién financió a los bolsonaristas radicales acampaos durante dos meses frente a los cuarteles pidiendo una intervención militar.

El presidente acusa a los mandos militares de no haber movido un dedo cuando hablaban de golpe.

FOTO: MAURO PIMENTEL / AFP

El expresidente del Gobierno, Felipe González, ha visitado Las Mañanas de RNE para analizar los últimos acontecimientos producidos en Brasilia por parte de los seguidores de Jair Bolsonaro. Apunta el papel de los populismos a la hora de “buscar a un culpable” para dar “respuestas simples a problemas complejos”, y señala que aunque en este caso se haya visto encabezado por la bandera de la derecha, no debemos “tener duda en mantener la misma posición si ocurre con la izquierda”. “Los demócratas no deberíamos inclinar la balanza de la crítica del populismo disolvente, demagógico y destructivo, en función de nuestras inclinaciones ideológicas”, ha subrayado el expresidente socialista, quien ha querido dejar claro también que cualquier comparación con la situación actual española es “realmente disparatada” y que puede suponer un “aumento de la crispación” en la sociedad que no se corresponde con la realidad.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y los jefes de los poderes Legislativo y Judicial han llamado a mantener la "serenidad" y "defender la democracia" en paz tras el asalto a las instituciones perpetrado por miles de radicales bolsonaristas.

"El país necesita normalidad, respeto y trabajo" para alcanzar "el progreso y la justicia social", señala la nota conjunta firmada por Lula, los jefes del Congreso y la presidenta de la Corte Suprema, Rosa Weber.

Los máximos representantes de los tres poderes se han reunido este lunes para analizar la grave crisis que atraviesa el país tras los acontecimientos sucedidos en la capital brasileña el domingo, cuando miles de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro invadieron y causaron graves daños a las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema.

Foto: MAURO PIMENTEL / AFP

Arranca en México la cumbre entre los presidentes de EEUU, México y Canadá, con temas como la migración o el comercio en la agenda de la reunión. Muy pendientes de la situación en Brasil tras el asalto a las sedes de los principales poderes del estado brasileño por parte de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro.Condenas internacionales a nuevas ejecuciones y sentencias contra los manifestantes anti-régimen en Irán. China, Pakistán y mucho más.

Entrevista en el Telediario a la experta en política en Iberoamérica, Anna Ayuso, del Centro de análisis CIDOB para analizar la situación en Brasil y las similitudes con lo ocurrido en el Capitolio de EE.UU. en 2021 tras el asalto perpetrado por los simpatizantes radicales de Bolsonaro a las sedes de los poderes del Estado. Los asaltantes y los sectores más radicales del bolsonarismo llevan meses pidiendo al ejército una intervención, dicen que las elecciones que Lula ganó fueron fraudulentas, sin embargo, como explica la analista, no hay pruebas de que lo fueran. 

Foto: EVARISTO SA / AFP

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado. Paulo Abrão, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y actual director de Washington Brazil Office, lo define como una crisis anunciada: "Durante sus cuatro años de gobierno, Bolsonaro estimuló la creación de estos rupos extremistas radicales". La tardía intervención de las fuerzas de seguridad se debería, según Abrão, a una contaminación de este extremismo en "sectores de seguridad nacional y de la inteligencia", propiciada por el papel activo de perfiles militares y policiales en el gobierno de Bolsonaro. Con todo, asegura que "existe una gran confianza en la capacidad de mediación y de conciliación que Lula personalmente proyecta", algo que "será determinante para evitar una crisis institucional en el país". Sobre el paralelismo inevitable con el asalto al Capitolio de los Estados Unidos, Abrão afirma que "Bolsonaro nunca escondió su admiración por Trump". Aún más, cree que siguió los mismos tres pasos fundamentales: desinformación, deslegitimación de las instituciones y activación de grupos radicales dispuestos a atacar.

Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro se han lanzado contra las sedes de los tres poderes del Estado brasileño: Congreso, Presidencia y Corte Suprema. Mientras destrozaban todo a su paso, expresaban su disconformidad con la victoria de Lula da Silva y cuestionaban la transparencia de las elecciones.

En RTVE analizamos al excorresponsal en Brasil Marcos López los escenarios que se abren para este país, más polarizado que nunca tras estos incidentes.

Miles de seguidores del expresidente Bolsonaro se abalanzaron el domingo sobre las sedes de los tres poderesdel Estado: el Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil. Expresaban destrozando todo lo que encontraban a su paso, lo que repiten desde que se conoció la victoria de Lula, que no confían en la validez de las elecciones. Por ello, piden una intervención militar que acabe con su gobierno una semana después de su embestidura.

Foto: Sergio Lima / AFP

El asalto a las instituciones en Brasil ha enfrentado al Gobierno de Pedro Sánchez con la oposición. Desde el Ejecutivo han calificado de "irresponsable" y exigen una rectificación por la reacción en Twitter de la Secretaria General del PP, Cuca Gamarra, que sin condenar lo ocurrido aprovechó para cargar contra Pedro Sánchez por eliminar el delito de sedición. Núñez Feijóo, por su parte, llamó a restablecer el orden constitucional en Brasil, pero sin mencionar a Lula. El PP defiende que su apoyo estaba implícito.

Foto: EFE/ Fernando Diaz

Miles de simpatizantes del ex presidente Jair Bolsonaro, que no reconocen la victoria de Luis Inácio Lula da Silva en las últimas elecciones presidenciales, han asaltado la sede de los tres poderes del Brasil en una jornada de caos que ha terminado con cientos de detenidos. Los bolsonaristas llevaban pidiendo la intervención militar y la renuncia de Lula desde que se conocieron los ajustados resultados electorales. y han permanecido en asentamientos por todos el país frente a los cuarteles. Campamentos que ya están siendo desalojados por las autoridades del país y que han sido, según apunta Bruno Ayllón, doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, el origen de unas revueltas y un intento de golpe de estado orquestado por la administración de la capital.