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Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado. Paulo Abrão, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y actual director de Washington Brazil Office, lo define como una crisis anunciada: "Durante sus cuatro años de gobierno, Bolsonaro estimuló la creación de estos rupos extremistas radicales". La tardía intervención de las fuerzas de seguridad se debería, según Abrão, a una contaminación de este extremismo en "sectores de seguridad nacional y de la inteligencia", propiciada por el papel activo de perfiles militares y policiales en el gobierno de Bolsonaro. Con todo, asegura que "existe una gran confianza en la capacidad de mediación y de conciliación que Lula personalmente proyecta", algo que "será determinante para evitar una crisis institucional en el país". Sobre el paralelismo inevitable con el asalto al Capitolio de los Estados Unidos, Abrão afirma que "Bolsonaro nunca escondió su admiración por Trump". Aún más, cree que siguió los mismos tres pasos fundamentales: desinformación, deslegitimación de las instituciones y activación de grupos radicales dispuestos a atacar.

Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro se han lanzado contra las sedes de los tres poderes del Estado brasileño: Congreso, Presidencia y Corte Suprema. Mientras destrozaban todo a su paso, expresaban su disconformidad con la victoria de Lula da Silva y cuestionaban la transparencia de las elecciones.

En RTVE analizamos al excorresponsal en Brasil Marcos López los escenarios que se abren para este país, más polarizado que nunca tras estos incidentes.

Miles de seguidores del expresidente Bolsonaro se abalanzaron el domingo sobre las sedes de los tres poderesdel Estado: el Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil. Expresaban destrozando todo lo que encontraban a su paso, lo que repiten desde que se conoció la victoria de Lula, que no confían en la validez de las elecciones. Por ello, piden una intervención militar que acabe con su gobierno una semana después de su embestidura.

Foto: Sergio Lima / AFP

Miles de simpatizantes del ex presidente Jair Bolsonaro, que no reconocen la victoria de Luis Inácio Lula da Silva en las últimas elecciones presidenciales, han asaltado la sede de los tres poderes del Brasil en una jornada de caos que ha terminado con cientos de detenidos. Los bolsonaristas llevaban pidiendo la intervención militar y la renuncia de Lula desde que se conocieron los ajustados resultados electorales. y han permanecido en asentamientos por todos el país frente a los cuarteles. Campamentos que ya están siendo desalojados por las autoridades del país y que han sido, según apunta Bruno Ayllón, doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, el origen de unas revueltas y un intento de golpe de estado orquestado por la administración de la capital. 

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, los tres poderes del Estado. Anna Ayuso, investigadora principal de América latina del CIDOB, ha asegurado en Las Mañanas de RNE, que el seguimiento de este golpismo “es minoritario y no es apoyado por la mayoría de la sociedad brasileña.” Ha añadido que hay una “polarización que ha llevado a un enfrentamiento donde las reglas democráticas se están poniendo en tensión.” Anna Ayuso ha explicado que gran parte de la población en Brasil piensa que “los políticos son corruptos y esto afecta a la credibilidad de las instituciones.” En relación con el trumpismo, Ayuso ha asegurado que el asalto al Capitolio en Washington ha tenido un efecto de emulación con este suceso porque “si no hubiera habido un asalto al Capitolio no se les hubiese ocurrido a estos radicales asaltar las instituciones en Brasilia.” Y considera que las redes sociales han intervenido más que los medios de comunicación tradicionales.

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo, en Brasilia, el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema, las sedes de los tres poderes del Estado, y han reclamado una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ha decretado la intervención federal para imponer la fuerza de la ley ante "un asalto sin precedentes" a la democracia brasileña. Poco antes de las 16:00 de la tarde en Brasilia (a las 20.00 hora peninsular española), una marea humana de manifestantes, vestidos de amarillo y verde, irrumpió en las sedes de los tres principales poderes del país, en unas imágenes que recuerdan la invasión del Capitolio en Washington en enero de 2021. El asalto ha durado más de tres horas y, tras el caos inicial, la policía ha logrado retomar el control de los edificios institucionales.

Foto: Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién elegido presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República. EFE/ Andre Borges.

Centenares de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo en Brasilia el Congreso Nacional, el Palacio presidencial y la Corte Suprema. Rogelio Núñez, investigador asociado del Real Instituto Elcano, considera que se trata de una "crónica de un asalto anunciado". "Su grado de fanatismo no ha disminuido ni con su derrota y estamos en una fecha que se recuerda el aniversario del asalto al Capitolio, todo estaba destinado a que pasara esto", expresa en el informativo 24 horas. Sin embargo, Núñez cree que la posibilidad que tienen los bolsonaristas de dar un golpe de Estado "es muy pequeña" ya que toda la clase política está a favor del Gobierno de Lula. "Es una estrategia calculada para tensionar el país y que esa tensión sea beneficiosa para Bolsonaro, que sigue callado y fuera de Brasil", nos cuenta, y cree que así será durante los próximos cuatro años.

La mayoría de dirigentes políticos de Latinoamérica están condenando el asalto bolsonarista producido este domingo a los centros de poder de Brasil, incluido el Partido Liberal de Brasil. Para Eduardo Davis, colaborador de la agencia Efe, se trata de un ataque a la democracia brasileña. "El Partido de Bolsonaro hoy está condenando esto, pero hasta la semana pasada estaban animando a estos golpistas que estaban acampados pidiendo un golpe militar", ha dicho en el 24 horas fin de semana. Davis también ha expresado que lo ocurrido, dos años después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, es un "símbolo de lo que es el movimiento de la ultraderecha internacional".

Este asalto guarda numerosos paralelismos con el asalto al Congreso de los Estados Unidos del que hace dos días se cumplieron dos años por las imagenes que estamos viendo y también por las teorias que niega la victoria electoral de Lula da silva que lo han estado alimentando.

[Directo: última hora del asalto al Congreso en Brasil]

FOTO: Seguidores de Bolsonaro protestan a las puertas del Congreso Nacional de Brasil, en Brasilia. REUTERS/Adriano Machado

Cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro han asaltado el Congreso Nacional de Brasil, además de la sede del Ejecutivo, y la Corte Suprema. Ha sido en una manifestación que pedía una intervención militar para derrocar al presidente Lula da Silva.

[Directo: última hora del asalto al Congreso en Brasil]

FOTO: Seguidores de Bolsonaro ocupan el edificio del Congreso Nacional en Brasilia. AP Photo/Eraldo Peres