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De hecho, la nube volcánica ya es muy pequeña aunque más contaminante. Siguen los controles y los 800 vecinos de la zona que tuvieron que ser realojados, han comenzado a regresar a sus casas.

Nadie pone en duda que la seguridad es lo primero, pero la forma en la que se han tomado las decisiones, cuando se han tomado y quien lo ha hecho siguen cuestionándose.

Además la nube volcánica es menos densa. Las condiciones meterorológicas van a determinar la evolución de la nube de ceniza que se ha ido extendiendo sobre Europa. Las últimas previsiones de la Agencia Mundial de Meteorología anuncian la llegada de un frente de bajas presiones a Islandia este fin de semana que empujarían la nube hacia el Ártico. Esperan también que las lluvias asociadas a ese frente causen una especie de lavado e las cenizas a altitudes más bajas