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La inflación se ha moderado en abril, aunque sigue disparada. Los precios han subido hasta el 8,4% en los últimos doce meses. El INE, que aún tiene que confirmar el dato, lo atribuye a la bajada de los precios de la electricidad y de los carburantes. Por el contrario, los precios de los alimentos aumentaron más que hace un año.

Foto: REUTERS/Jon Nazca

Lo que dice la población en las calles se nota ya en los datos. Los precios han subido de media un 9,8% en marzo respecto al mismo mes del año pasado. Es la inflación más alta desde mayo de 1985, según ha confirmado hoy el INE.

Detrás de esta escalada está, sobre todo, la subida de la energía y los carburantes. Cabe recordar que marzo es el primer mes que refleja el efecto de la guerra en Ucrania. También destaca el encarecimiento de la electricidad, casi un 108% en tan solo un año.

De forma paralela, los carburantes han repuntado y el diésel ha subido un 45,6%, mientras que la gasolina lo ha hecho más de un 33%.

Además, los ciudadanos pagan más por los alimentos, casi un 7% más de media, y entre los que más se han encarecido están el aceite de oliva, un 33%; las pastas, más de un 21%; y las harinas, un 14%. Esto nota ya en los mercados.

Foto: Joaquin Corchero / Europa Press

Este martes, el INE ha confirmado el IPC que adelantó en marzo, disparado al 9,8%. Este índice ha sido arrastrado por la subida de los precios de energíacarburantes alimentos, que lastran la economía de los hogares españoles. Los expertos prevén que la inflación se estabilice hacia finales de 2022, pero advierten que será una bajada lenta.

Foto: Carlos Castro / Europa Press

Se confirman las previsiones. El IPC escala en marzo hasta el 9,8 por ciento en toda España. Y la cifra empeora aquí, en Extremadura. Los precios se han encarecido medio punto más que la media nacional, un 10,3 por ciento.

El INE confirma la inflación de marzo en el 9,8%, la tasa más alta desde 1985. En Las Mañanas de RNE hablamos sobre ello con Marina Serrano, presidenta de AELEC, Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, que asegura que el IPC no recoge correctamente el impacto de los precios de la luz debido a que solo se fija en la tarifa regulada y, afirma, que “esta solo recoge un tercio de los consumidores. Por tanto, si realmente el IPC tiene que recoger el coste del incremento de los precios, debería atender a todo el mercado, también al mercado libre.”

En relación con la propuesta del Gobierno de limitar el precio del gas que usan las centrales eléctricas a 30 euros, Marina Serrano considera que puede tener efectos contraproducentes y por eso, la Comisión Europea está analizándola porque, asegura, “las medidas que se adopten aquí pueden tener influencia en los demás países europeos y sobre todo, en la competencia entre los diversos países europeos y, por tanto, también la competencia de las empresas españolas.” Y que esta medida no tiene condicionar el medio y el largo plazo.

La presidenta de AELEC explica que “está reconocido que el incremento del precio de electricidad es por el precio del gas. Si el precio del gas no estuviera en esos niveles, no se ha producido ese incremento del precio de la electricidad.” Y recalca la importancia de producir electricidad con renovables porque, aclara, “es lo que garantiza una autonomía y no depender de los combustibles fósiles y una autonomía de que la producción de electricidad sea en España.”

El portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, ha achacado el aumento del IPC de marzo, que se situó en el 9,8%, a la guerra en Ucrania. "En un 70% está provocado por el conflicto bélico en Ucrania", ha señalado en una entrevista en La Hora de la 1, en la que ha asegurado que es "prioritario adoptar medidas de calado" para hacerle frente. En este sentido, ha defendido el decreto de medidas para hacer frente a las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania, cuya votación de convalidación "será en la última semana de este mes".

FOTO: Héctor Gómez, en rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) apunta su rechazo a la propuesta de los sindicatos para vincular las subidas salariales al IPC. Aunque aún no es la postura oficial, así lo han expresado este viernes 8 de abril en una reunión con los secretrarios generales de las organizaciones y los territorios. La última propuesta sindical incluye subidas a varios años: 3,4% para 2022 y 2,5% para 2023, además de una parte variable según la inflación. Seguiría el mismo esquema para 2024, con un alza mínima del 2%. A la patronal CEOE no le gusta esta fórmula porque, según dicen, liga los sueldos a la inflación, lo que provocaría efectos sobre el empleo y generaría mayor alza de precios. Aunque el acuerdo salarial se aleja, el diálogo social no se ha roto. De hecho, fuentes próxmas a la negociación confirman a Radio Macional que habrá nuevos encuehtros después de Semana Santa.

Informa Esperanza Martín

El repunte de la inflación en 2022 pondrá a prueba la reforma de pensiones aprobada el pasado mes de septiembre por el Gobierno y consensuada con los agentes sociales con el fin de que los jubilados no pierdan poder adquisitivo. Si se cumplen los primeros pronósticos, que señalan un repunte de la inflación en el entorno del 6 y el 7 %, la pensión media podría subir entre 62 y 72 euros al mes y más de 1.000 euros al año, haciendo que la factura anual para el Estado ascienda entre 10.000 y 11.500 millones de euros. Pero, ¿pondrá en riesgo el sistema? La respuesta de los expertos es unánime: no creen que esto ocurra a corto plazo, pero sí que es necesario tomar medidas.

En marzo los precios subieron un 9,8 % ¿A qué afecta esta subida disparada? Los contratos de alquiler sería uno de los aspectos en los que podría ponerse en un aprieto a muchos. Por eso, el Gobierno los ha topado. Por otro lado, los sindicatos exigen aumentos próximos a la inflación, pero los empresarios lo ven imposible. Mientras, el Ejecutivo pide un pacto de rentas para evitar alimentar nuevas subidas. Foto: EFE

En marzo los precios subieron un 9,8 %. Hacía 37 años que no veíamos un IPC como el que hemos conocido este miércoles. Hay que remontarse a 1985 para encontrar una cifra similar. La alta inflación reduce el poder adquisitivo, afecta a los ahorros y hace que merme el consumo. El gobierno achaca el 73% del incremento al impacto de la guerra y las medidas que se acaban de aprobar, dicen, persiguen doblegar la curva.

La gran pregunta es si va a seguir disparada la inflación. Es difícil hacer previsiones.  Seguirán subiendo, dicen los expertos, algunos productos alimentarios que dependen del ciclo de siembra y cosecha; pero se estabilizarán los carburantes porque no hay escasez de producción.

El dato adelantado de marzo sitúa el IPC en un 9,8%, no se veía una cifra tan alta desde 1985 y se sitúa 2,2 puntos por encima de la tasa de febrero, cuando alcanzó el 7,6%. Marzo es el primer mes que recoge ya los efectos de la guerra y la crisis de los transportistas. El Gobierno asegura que el repunte responde en gran parte a los efectos del conflicto sobre la energía y los alimentos. Hay subidas generalizadas, pero se nota sobre todo en la electricidad, los carburantes o los alimentos. Estos niveles de inflación afectan especialmente a los hogares más vulnerables y según el Banco de España las familias con menos renta destinan un 25% de sus ingresos a electricidad, gas y alimentos.

Informa Cristina Ganuza