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En la frontera con Polonia lo que más se sigue viendo son mujeres y niños tratando de huir de la guerra en Ucrania. Nuestros enviados especiales Laura Alonso y Sergio Jiménez se encuentran a apenas 27km de allí, donde los colegios polacos se preparan para la llegada de los refugiados más pequeños. Nos informan de que algunos centros están organizando actividades y encuentros para que los estudiantes se vayan adecuando a la situación, mientras esperan con los brazos abiertos su llegada. 

Una de ellas es la Escuela Número 7 de Chełm (Szkoła Podstawowa nr.7), que recibe a sus alumnos con un gran cartel que pide "solidaridad con los ucranianos" y que los chavales traigan todo lo que puedan: ropa, juguetes o alimentos. Una de las profesoras de Inglés, Aniuska, cuenta que el inicio de la guerra les sorprendió de puente, así que a la vuelta todo eran preguntas: "Estaban asustados, preguntaban si iban a venir niños ucranianos". En otra escuela de primaria, Yolanta, otra profesora, también nos explica que sus alumnos apenas hablan con los profesores y que "todo el mundo tiene miedo". En otro colegio, están preparando actividades para acoger a los niños ucranianos: "Queremos apoyar a los niños así que hemos organizado encuentros entre ellos para que se familiaricen", cuenta la directora del centro.

Guissona es una localidad de Lleida donde uno de cada siete habitantes es ucraniano. Un equipo de TVE ha estado en uno de sus colegios, donde los profesores intentan explicar a los niños el significado de las guerras, como la que está asolando a Ucrania. Desde que estalló el conflicto,  las emociones de los niños han estado a flor de piel y los maestros, desde las aulas, han intentado amortiguar el golpe.

La ONG 'Save the Children' ha lanzado una campaña especial para ayudar a los niños que huyen de Ucrania. En 'La Hora de la 1' hablamos con Andrés Conde, director ejecutivo de Save The Children: "En esta salida son ancianos mujeres y niños, y la mitad son menores de edad", ha asegurado Conde.

 Los guardias de frontera ucranianos dejan salir del país a mujeres y niños, pero no a los hombres de 18 a 60 años: "Estamos viendo una enorme angustia y ansiedad en las mujeres y niños. [...] Es fundamental proporcionarles refugio, algunos artículos de higiene tanto para los bebés como para las madres y ofrecer unos primeros auxilios psicológicos. El monitoreo de los niños que llegan solos, es fundamental. Hay que reagruparlos con sus familiares más próximos", ha concluido.

En España se calcula que hay tres millones de personas con alguna de las llamadas enfermedades raras. La mayoría no tienen un tratamiento específico. Este lunes, día mundial de estas enfermedades, hemos querido dar visibilidad a algunos de estos enfermos. Adriana y Julia tienen cuatro y dos años, son hermanas y ambas tienen discinesia ciliar (DCP). Los pacientes con esta enfermedad no pueden expulsar el moco y las infecciones respiratorias son constantes. Solo el 5% de las enfermedades raras diagnosticadas en Europa tiene tratamiento. Los niños acuden al hospital con mucha frecuencia y a veces los medicos no conocen su patología, por eso, la Federación Española de Enfermedades Raras reivindica la necesidad de especializar al personal sanitario.

En Kiev y en otras ciudades ucranianas, la población trata de sobrevivir como puede, ajena a las sanciones que aprueban los países occidentales y Rusia. La guerra de algunos niños se desarrolla en el búnker del hospital, donde hay ahora 200 pacientes, tres veces menos de lo normal.

En un pasillo del hospital infantil pasan por diálisis, les toman sangre, o pasan el tiempo jugando con su imaginación mientras se curan de sus dolencias. Algunos se quedan todo el tiempo, otros solo durante la noche o cuando suenan las sirenas antiaéreas. El director del centro relata que cuatro niños han ingresado con distintas heridas provocadas por los bombardeos. Otro no llegó con vida.

Foto: Un paciente se acuesta en un sofá en los pasillos de los pisos del sótano del Hospital Infantil. REUTERS/Umit Bektas

En este momento 400.000 niños y niñas, según la ong Save The Children, que viven en las zonas más peligrosas, están en grave riesgo de sufrir daños físicos y también trastornos mentales. El director general de Save The Childre en España, Andrés Conde, explica que "para un niño vivir en un escenario de guerra es vivir en un contexto de enoreme incertidumbre.. esto les produce un estress emocional elevadísimo con consecuencias traumáticas sobre sus vidas" Cristina, Olsaka e Inna, tres hermanas de Kiev, ya están a salvo en España. Abandonaron Ucrania poco antes de la invasión. María del Mar y su marido, les han abierto las puertas de su casa. Allí han dejado a otros dos hermanos y a sus padres.

"No quiero morir, quiero que termine ya", suplica, entre lágrimas, una niña que ha tenido que trasladarse junto a su familia a un refugio antibombas de la ciudad ucraniana de Mariúpol. Ella, como los siete millones y medio de niños y niñas que viven en este país, han tenido que acostumbrarse en apenas unas horas a un contexto bélico que ni comprenden ni deben vivir. Varias ONG como UNICEF, Aldeas Infantiles o Save The Children han alertado en las últimas horas sobre las consecuencias que el conflicto en Ucrania puede tener en los menores, y esta última organización calcula que unos 400.000 se encuentran en las zonas más peligrosas.

Las organizaciones por los derechos de la infancia reclaman un alto el fuego en Ucrania para proteger a 7,5 millones de niños. Temen por su seguridad, tanto física como emocional, y llaman a la protección de las escuelas y al cumplimiento del derecho humanitario internacional. Hablamos con Rocío Vicente, de la unidad de programa de UNICEF España

La auditoría de la Iglesia para investigar los abusos a menores busca "reparar a las víctimas del pasado y del presente", como ha indicado el Cardenal Omella. De ello hemos hablado con Juan Catrecases, miembro de la Asociación Infancia Robada y padre de un joven que sufrió abusos sexuales en el colegio Gaztelueta de Leioa. En su opinión, la investigación llega "mal y tarde", y es que el hecho de que el presidente del despacho de abogados encargado se haya identificado como integrante del Opus Dei, le hace pensar que la auditoría "está viciada".

"Después del tratamiento que el Opus está haciendo del caso de mi hijo, la ponemos en duda", ha declarado el padre del menor, quien considera que la investigación "no ofrece los parámetros suficientes de independencia". Catrecases ha destacado también la labor que llevan haciendo durante años las víctimas, así como la más reciente insistencia de los organismos públicos por esclarecer los casos.