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Todo estaba previsto para que Friedrich Merz se convirtiera en el décimo canciller de la república federal. "310 votos a favor, 307 en contra" proclama Kroeckner, la presidenta del Bundestag. Al candidato le faltan seis votos. El desconcierto reina entre conservadores y socialdemócratas porque sus números les daban un colchón de 12 votos a favor, lo que indica que ha habido un buen número de deserciones entre sus filas. El canciller en funciones, Olaf Scholz, despedido anoche por una marcha militar, está incrédulo.

El líder de los conservadores bávaros, Söder, ha pedido apoyo para Merz. "Es un momento serio para nuestra democracia" ha dicho. Tras una reunión de urgencia, los grupos parlamentarios han acordado que el candidato se someta a otra votación. Mientras, la líder ultraderechista Alice Weidel ha exigido convocar elecciones.

Este martes, el conservador Friedrich Merz, que sustituye al socialdemócrata Olaf Scholz, acudirá al Bundestag para convertirse en el nuevo canciller de Alemania. Esto ocurre tras el acuerdo de coalición al que llegaron este pasado lunes los conservadores y los socialdemócratas. En Las Mañanas de RNE, analizamos esta nueva era en el Parlamento alemán con Maria Lingsminat, politóloga de la Universidad Libre de Berlín.

"Los socialdemócratas quieren gobernar porque su posición es mucho más débil que la de los conservadores. Preguntaron a sus militantes si querían entrar en la coalición o no, y un 84 % votó que sí, porque es una situación bastante grave en la que nos encontramos", explica la politóloga.

Respecto al trabajo que le espera al nuevo canciller alemán, resalta que tendrá que enfrentarse a "muchos retos en las diferentes áreas, ya sea la economía, ya sea la política interna, ya sea la política internacional". "La AfD está mejor que nunca, y yo siempre digo que la mejor medida antifascista es resolver los problemas reales de la gente y no demonizar al extranjero", asegura Lingsminat.Por último, añade la entrevistada, queda por ver si desde la CDU van "a reforzar la sociedad civil o pensar, bueno, nos conviene porque nosotros también somos conservadores".

La guerra arancelaria y sus consecuencias en la economía y los mercados son uno de los principales retos que tiene por delante el próximo gobierno alemán, una gran coalición que ya han firmado conservadores y socialistas a la espera de que Friedrich Merz pueda tomar posesión a partir de principios de mayo. Pablo García-Berdoy, que fue embajador de España en Alemania y es líder de Asuntos Públicos de LLYC en Europa, ha estado en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní analizando la situación. "Sin duda ninguna, el problema estructural más importante que se va a encontrar el canciller Merz es que el superávit comercial tradicional, impulsor del crecimiento en Alemania, va a ser muy difícil de mantener", explica el entrevistado. Desde los institutos internacionales reclaman a Alemania que crezca por su consumo interior, no solo por el exterior, apunta García-Berdoy.

"El hecho de que la AfD haya hecho de la migración una bandera exitosa debería hacerles reflexionar a todos, no solo sobre las medidas que hay que tomar, sino sobre el discurso que hay que tener en esta materia", opina el exembajador. Y es que, apenas un mes y medio después de las elecciones, Alternativa por Alemania encabeza todas las encuestas de opinión: "El final del freno de deuda y que la política migratoria se ha convertido en una llama de populismo muy hábilmente manejada por la AFD nos lleva a pensar que este es el gran riesgo para la nueva coalición", añade. Además, considera esencial que desde Europa se ayude a que esta coalición tenga éxito para "poner fin a este populismo de extrema derecha que tanto daño hace a Alemania y a Europa".

Alemania regresa a la gran coalición. Conservadores y socialdemócratas han alcanzado un acuerdo para la formación de Gobierno tras las elecciones del pasado 21 de febrero donde el conservador Friedrich Merz salió vencedor. El texto contempla un endurecimiento de las políticas migratorias, la ampliación del Ejército y presta especial atención a las políticas económicas. También anuncia medidas para hacer más competitivas a las empresas alemanas, como reducir el precio de la energía, y bajar los impuestos a las rentas medias y bajas.

Tal y como preveían los sondeos, las elecciones en Alemania han dado la victoria a los conservadores y su candidato, Friedrich Merz, será con casi toda probabilidad el próximo canciller. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) se posiciona como la principal fuerza política, aunque no alcanza el 30% que predecían las encuestas, y ahora se enfrenta a unas negociaciones "largas y complicadas", como ha señalado Merz, para formar un Gobierno con los socialdemócratas (SPD) de Olaf Scholz. Este partido ha experimentado unos resultados "desastrosos", según las palabras del canciller saliente. Además, el nuevo Ejecutivo tendrá que enfrentarse a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que, tras obtener el mejor resultado de su historia, se convierte en la principal oposición.

Por ahora, Merz ha expresado su voluntad de empezar a negociar con los socialdemócratas "en las próximas semanas" para establecer "un Gobierno operativo" y una mayoría parlamentaria que lo sustente. 

La locomotora alemana lleva dos años sin carburar, en recesión económica, y el resultado de las elecciones condiciona hoy más que nunca cómo de rápido pueda volver a coger velocidad.

Para muchos expertos, la llave para volver a arrancar esa locomotora está en la reforma de una regla constitucional que limita el déficit, el exceso de gasto público, al 0,35% año a año.

Los conservadores de la CDU liderados por Friedrich Merz ganan las elecciones con un 28,9% de los votos. Merz, en declaraciones tras un primer escrutinio, ha asegurado que es "consciente de la responsabilidad que tenemos ante nosotros". Merz le ha dado las gracias a sus votantes y la enhorabuena a sus competidores. "Tenemos que formar un Gobierno con rapidez y con mayoría parlamentaria. El mundo ahí fuera no nos espera. Vamos a Gobernar y vamos a seguir adelante", ha señalado Merz.