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La artillería del régimen sirio castiga la ciudad de Idlib, en su ofensiva contra los enclaves rebeldes del noroeste del país. Después de tres horas removiendo escombros vecinos y 'cascos blancos' rescatan a un bebé. Una niña de solo un mes que ha sobrevivido un día más a la guerra. A 60 kilómetros, en Alepo, los rebeldes intentan extinguir el fuego del último bombardeo. Ha sido la aviación rusa, acusan. Los últimos bombardeos sobre el este de la ciudad siria han causado 846 heridos, la tercera parte de ellos niños, lo que ha colapsado el ya pobre sistema sanitario de la urbe, según ha informado este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Hasta hace poco había ocho hospitales que funcionaban en Alepo, ninguno de ellos a su capacidad total, pero en los últimos días los dos hospitales más grandes fueron atacados deliberadamente, lo que ha reducido severamente la capacidad de los sanitarios", ha declarado el director de Emergencias de la OMS, Rick Brennam. Ha confirmado que ahora quedan "menos de treinta médicos" en el sector oriental de Alepo, quienes siguen atendiendo a las víctimas "a pesar del tremendo agotamiento físico y emocional que sufren... el trabajo que están haciendo va más allá del heroísmo", ha agregado. La organización, que conoce en detalle la situación en el sector este de Alepo a través de personal médico que sigue trabajando y de ONG locales, ha señalado que desde la intensificación de los bombardeos en las últimas dos semanas 338 personas han muerto, incluyendo 106 menores.

El ejército gubernamental sirio recrudece su ofensiva sobre Alepo en un intento por liquidar este capítulo enquistado del conflicto. Tras los avances de esta semana, en los que se han ocupado barrios rebeldes y enclaves controlados por el yihadista Frente Al Nusra, el asalto final del ejército de Al Asad a Alepo pasa de la fase aérea a la terrestre en una ofensiva militar indiscriminada. Esta vez, las bombas han caído sobre una panadería y dos hospitales, según MSF. El bombardeo ha sido condenado por la ONU.

Rawan Alowsh, una niña siria de 5 años, ha quedado enterrada por completo después de que aviones sirios y rusos reventaran este viernes el edificio donde vivía su familia en Alepo. Rawan gime mientras unos voluntarios intentan rescatarla. Solo asoma una mata de pelo negro, y varias manos a su alrededor quitan escombros para impedir que se asfixie. Finalmente, los hombres consiguen extraerla.

La operación ha quedado registrada en una secuencia de vídeo tan demoledora como el ataque que este viernes ha dejado casi un centenar de muertos en Alepo. Según Sky News, la cadena que ha emitido estas imágenes, los padres de Rawan Alowsh, Mohamed y Kefaeh, sus tres hermanas y un hermano, la totalidad de la familia, ha muerto en el ataque, en el distrito Bab al Nairab de la ciudad.

Entrevistado en Damasco, el presidente sirio Bachar al Asad ha defendido la colaboración de Rusia con su ejército y ha negado que la ciudad de Alepo está bajo asedio militar. Asad ha insistido en que "no tiene la percepción de estar perdiendo la guerra". La entrevista se produce a pocos días del fin de una tregua patrocinada por Rusia y EE.UU., fallida por violaciones del alto el fuego, y culminada por una ataque a una columna de ayuda humanitaria que ha provocado un cruce de acusaciones y una condena unánime de la comunidad internacional.

La tregua vigente en Siria desde el pasado lunes ha expirado a la media noche de este domingo, coincidiendo con un recrudecimiento de la violencia en varios puntos del país en las 24 horas anteriores. Se han registrado bombardeos contra civiles y aviones de guerra volvieron a atacar este domingo en Alepo, por primera vez desde que se hizo efectivo el alto el fuego. Los aparatos, de origen desconocido, lanzaron varios misiles sobre distintos barrios rebeldes de Alepo y en el de Al Sajur falleció una mujer y otros residentes resultaron heridos, según el Observatorio. Por otra parte, la ONG denunció que al menos diez civiles han muerto este domingo, entre ellos dos niños, y decenas resultaron heridos en un ataque perpetrado por helicópteros militares en la provincia meridional de Deraa.

El cese de hostilidades pactado por Estados Unidos y Rusia el pasado 9 de septiembre ha hecho disminuir el número de muertos diarios en Siria, pero desde la noche del sábado al menos 170 personas fallecieron en el país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La mayoría de ellas, al menos 90, eran soldados del régimen sirio, muertos en un bombardeo de la coalición internacional liderada por Washington, que alcanzó "por error" posiciones del ejército en Deir al Zur (noreste). Ese grave incidente ha puesto en entredicho el acuerdo entre Washington y Moscú, los cuales no han anunciado aún la renovación de la tregua.