J KBello y NIA consiguen dormir gratis en 'Hasta el fin del mundo' por esta curiosa coincidencia
- Una tierna coincidencia hace que J. Kbello y Nia consigan ahorrarse una noche en 'Hasta el fin del mundo'
- Ya puedes ver aquí los capítulos completos
En el capítulo de Hasta el fin del mundo, Nia y J. Kbello continúan la aventura entre Ecuador y Perú con solo un 61% de su presupuesto. Arrancan la llamada Ruta de los Caballitos con ocho horas de desventaja respecto al primer equipo. Paula Vázquez detalla que esta vez "el viaje -de los cantantes- empieza con otra energía".
La jornada da un giro cuando suben a un autobús y el conductor, tras escuchar el acento de J. Kbello, le comenta que estuvo a punto de quedarse a vivir en España: "Sube, sube, yo te converso. Siéntate aquí", le dice mientras lo invita a ocupar el asiento a su lado. J. Kbello acepta entre risas y se acomoda. El conductor continúa hablando con familiaridad: asegura que es español, que vivía al lado del estadio del Betis, aunque asegura que es hincha del Sevilla. El cantante responde que a él le tira un poco más el Betis, "pero te respeto", añade divertido. El hombre rememora entonces que todo lo que tiene es fruto de su trabajo, pero también de lo que aprendió en España, donde vivió once años. J. Kbello escucha atento y le responde con un sincero "qué bueno".
La ruta que llegará hasta Huanchaco, una joya costera
Durante el trayecto, el conductor hace una propuesta inesperada: los invita a dormir en su casa. J. Kbello, sorprendido, le pregunta si realmente les permitiría quedarse allí, y el hombre confirma que vive en Riobamba. El cantante se acerca a Nia para contárselo y le dice que dormirán en casa del chófer. Ella, sin entender, pregunta cómo que van a dormir ahí, y él le explica que los ha invitado. Nia se echa a reír al descubrir que tienen que pasar justo por Riobamba para seguir por el camino correcto. Celebran la casualidad con un choque de manos lleno de entusiasmo. Él añade que al día siguiente el conductor también les ayudará a llegar al siguiente destino, algo que ella resume con un "qué guay, mola".
Desde su asiento, Nia reflexiona que no buscan lujos, sino experimentar cómo vive realmente la gente, y que precisamente eso es lo que más disfrutan: vivir la aventura al cien por cien real. J. Kbello, orgulloso del vínculo que ha construido, comenta que lleva cinco horas conversando con el conductor y bromea diciendo que es la primera vez que duermen en casa de alguien y que todo ha surgido porque el hombre es "medio andaluz". Confiesa también que ya está "enamorado" de Ecuador.
El destino les llevará hasta las dunas de Huacachina
Horas más tarde, llegan por fin a la vivienda del conductor con las mochilas a la espalda. Al entrar, J. Kbello exclama emocionado que la casa es preciosa, comentario que Nia comparte. El anfitrión, humilde, les explica que es una casa pequeña, pero que su "corazón es grande", algo que ambos desmienten al momento asegurando que pequeña -la casa-, no es. Mientras los guía por el interior, les muestra un detalle que conserva de su paso por España: el aceite de oliva, que nunca le falta. Nia y J. Kbello reaccionan impresionados, maravillados por la hospitalidad y el inesperado giro que ha tomado su viaje.