La receta de ratatouille de María Lo para cocinar de cine
- La ganadora de Masterchef 10 explica en Podría ser peor cómo cocinar una ratatouille de cine
- También nos deja una lista de películas y series imprescindibles para disfrutar de la comida a través de la pantalla
No hace falta viajar a París, hablar francés o tener una estrella Michelín para vivir una historia de película. Ni siquiera es necesario ser humano. Es la magia del cine y el poder de la gastronomía.
Si Remy, una pequeña rata con un paladar sofisticado y un gusto exquisito por la buena comida, logró cumplir su sueño de ser chef en uno de los más prestigiosos restaurantes de la capital francesa, —el de la leyenda de la nouvelle cuisine Auguste Gusteau—, con la ayuda de un lavaplatos sin talento culinario, Lingüini, cualquiera puede emularlo. Y, lo mejor: sin salir de casa.
Porque hay películas que se viven intensamente y otras —como esta, Ratatouille —, que se saborean. Con todo lo que el gusto despierta y remueve.
"Nunca he sido de películas de animación, pero Ratatouille (Pixar, 2007) es la mejor del mundo. La he visto como mínimo 20 veces", confiesa en Podría ser peor la chef María Lo, convencida, sin embargo, de que la cuenta se le queda corta. Para la gaditana, estamos ante una "película de culto".
"Remy conoce a Lingüini y, metiéndose dentro de su sombrero y tirándole del pelo, le ayuda a cocinar. El resto lo tenéis que ver. Esto sí que es una película de culto", insiste. "Cuando la terminé por primera vez, quería estar todo el rato cocinando porque salen unos platos maravillosos".
Uno de ellos, claro, el que da nombre al filme: ratatouille. "Es un guiso veraniego tradicional de la Provenza, en el sur de Francia. No lleva puerro ni apio, pero sí otras muchas verduras: calabacín, berenjena, tomate, pimiento, cebolla, ajo y hierbas como el romero y el tomillo", detalla la ganadora de Masterchef 10.
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Verano con sabor a través de la gran pantalla
Ahora, la cinta de Pixar no es la única que permite disfrutar en casa de las delicias de la gastronomía gala. También Julie & Julia (2009) es capaz de trasportar un cachito de Francia a cualquier rincón. Incluso puede cruzar océanos.
"Está basada en dos historias reales. Una de ellas la de Julia Child (Meryl Streep), que es la mujer que introdujo la cocina francesa en Estados Unidos. La otra, la de Julie Powell (Amy Adams), una bloguera que decidió cocinar en un año todas las recetas del libro de Julia Child", explica la chef.
Lo más interesante, sin embargo, es su significado. "Lanza un mensaje muy bonito asegurando que la cocina no es solo cocinar, sino que es un camino para encontrase, una manera de recuperar la ilusión y una vía para aprender a fallar, volver a probar y acabar disfrutando lo de lo que se hace", comenta.
Es lo que le ocurre, por ejemplo, a las protagonistas de Tomates verdes fritos (1991), dos amigas que montan un café como vía de escape, amistad y cambio. "Estuvo nominada a los Oscar a Mejor actriz de reparto y Mejor guión adaptado", recuerda Lo.
"El largometraje se centra en Evelyn, una mujer con una vida muy aburrida que coincide en una residencia con Ninny, una anciana que le cuenta la historia de Iggy, Ruth y el marido maltratador de una de ella quien desparece tras abrir el café", apunta.
Sin dejar de lado la emoción ni el amor, Como agua para chocolate (1992) propone una trama en la que los sentimientos se cocinan, literalmente. Ambientada en el México de principios del siglo XX, relata la historia de Tita y Pedro, dos jóvenes enamorados que tienen que renunciar a su relación. Lo que supone que ella transmita todo lo que calla a través de sus platos. "Si llora mientras cocina, la gente que lo come también llora. Si cocina feliz, se ríen", resume Lo.
Los fogones se transforman en refugio y las elaboraciones en bálsamo para Tita, pero también para Julia Roberts en el papel de Liz Gilbert en Come, reza, ama (2010). "Es una mujer que lo tiene todo en la vida, pero que realmente está tan vacía por dentro" que emprende la búsqueda del sentido a través de los tres verbos: comer en Italia, meditar en India y amar en Bali.
Aunque si se prefiere un título más realista, cercano y crudo, The Bear es la serie imprescindible. Narra la situación de un joven chef que deja los mejores restaurantes para volver a Chicago a salvar la sandwicheria familiar tras el fallecimiento de su hermano. "Engancha porque muestra de forma muy realista la vivencia de trabajar en una cocina. Te sientes identificado, incluso te agobias. Enseña el trabajo duro que hay detrás", destaca Lo.
Pero si lo que se busca es crítica afilada, The Menu (2022) lo sirve todo con precisión quirúrgica. "Se trata de un thriller gastronómico con mucho humor negro, muchísima crítica social hacia las élites del postureo y personajes que no salen igual que entraron", concluye María Lo.
Podría ser peor