Don Lisandro se enfrenta a Leocadia y se marcha de La Promesa, ¿para siempre?
- Tras la gran fiesta de presentación de Adriano como conde, el duque se despide de la familia Luján
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La fiesta de La Promesa en la que Adriano se ha presentado como conde ante el resto de la nobleza ha sido todo un éxito. Y con todos los deberes hechos, don Lisandro ha tomado la decisión de abandonar el palacio. Eso sí, no ha querido terminar su estancia en Luján sin antes agradecer todo a la familia, unas palabras que no sabemos si serán sinceras, como sí lo son las que ha dedicado a Adriano. En cambio, los últimos minutos del duque en el valle de los Pedroches no han sido tranquilos, pues un enfrentamiento con Leocadia ha hecho que la despedida sea agridulce. ¿Te has perdido la marcha del personaje de La Promesa? ¡Te contamos todos los detalles!
El duque se despide de la familia Luján
"A un hombre de mundo como yo, siempre le gusta dar a entender que no hay nada que le sorprenda porque ya lo ha visto todo. Pero en este caso mentiría si hiciera tal cosa", comienza su discurso don Lisandro, que añade que la fiesta fue extraordinaria desde todos los puntos de vista: "Yo ya había oído hablar de lo maravillosas que son las fiestas de La Promesa, pero confieso que creía que eran cosa de Cruz Ezquerdo. Y claro, tenía mis dudas, al no estar ella entre nosotros. Pero estaba equivocado, por lo que he podido comprobar el nivel de la fiesta en su ausencia no solo no ha declinado, si no que ha subido. Fue una velada espectacular. Tan especial que ya estoy deseando que se repita alguna vez".
"Muchas gracias, don Lisandro", le replica Leocadia creyendo que se refiere a su labor como anfitriona: "Trasladaré a los miembros del servicio sus generosos elogios". En cambio, el marqués se adelanta a decir que él mismo lo hará, pues el esfuerzo que han hecho bien merece un reconocimiento.
Las palabras de Lisandro a Adriano
En su despedida, don Lisandro ha querido tener unas sinceras palabras con Adriano: "Mi querido conde, debo decirle que ha estado a la altura de las circunstancias", algo que el joven no lo cree pero que agradece sus palabras igualmente. "No sea tan modesto. Le he visto desenvolverse entre los invitados de forma admirable. Y eso me ha servido para comprobar que no me equivoqué al mediar en que le concedieran el título. Si hasta ha brillado como orador, el discurso fue perfecto: cabal pero al mismo tiempo sentido y sincero. Estoy seguro de que muy pronto volveré a hablar de usted, y de que solo serán cosas buenas", termina diciendo, felicitándole por lo bien que se presentó ante todos.
Acto seguido, la mano derecha del rey agradece a todos haber sido alojado en La Promesa: "En fin, ya he pasado aquí algunas semanas, tiempo suficiente para conocer algo mejor a la familia Luján. Una familia realmente singular, con muchas sombras, pero tantas como luces. Y si hay algo que he podido comprobar estando aquí estos días, es que esta familia es un ejemplo de unión y de resistencia, rasgos cada vez más infrecuentes. En cualquier caso, les estoy muy agradecido por su hospitalidad".
El marqués también le agradece haber compartido con ellos una temporada en el palacio: "Puede volver cuando quiera, esta siempre será su casa". Un deseo que realmente don Alonso como el resto de la familia no quieren que vuelva a suceder. "Ojalá no vuelva a pisar esta casa", dice una vez que Leocadia ya se ha llevado al duque.
"Tienes celos de Adriano porque ha alcanzado un título"
Leocadia acompaña a Lisandro hasta la entrada principal de La Promesa para despedirse de él en un plano más íntimo. "He disfrutado mucho compartiendo estos días contigo, Lisandro", le hace saber la nueva señora del palacio, algo que el duque le hace saber que ha sido recíproco.
Eso sí, Leocadia tiene que ponerle una pega la estancia de Lisandro: "Debo decirte que has cometido un error muy grave. No tendrías que haberle dado un título nobiliario a Catalina y Adriano. No deberías haberte dejado llevar por la emoción. Si estás aquí es porque te pedí ayuda para desestabilizar a la familia Luján. Si te propuse como padrino de los bebés fue porque quería tensar las cosas, porque quería llevarlos al límite a todos. ¿Y con qué me encuentro? Con que medias ante su majestad para darle un título nobiliario a un labriego".
El duque de Carvajal y Cifuentes no puede creer que su amiga aún continúe resentida con eso, pues cree que ya lo está llevando a lo absurdo. La mujer le dice que no tardará en tener noticias de Adriano, y no por buenas razones: "Ese título nos va a traer problemas, primero aquí, y después con algún noble o empresario de la alta sociedad".
En cambio, el duque echa en cara a Leocadia dar su opinión cuando nadie se la ha pedido: "Se te olvida algo esencial, ese labriego es el responsable de que tu y yo estemos aquí hablando tan ricamente, porque me salvó la vida. Y con el mérito añadido de que yo ni si quiera le agrado", pero este no parece ser motivo suficiente para la madre de Ángela, que ve cómo Lisandro la corta para decirle una verdad que es un secreto a voces y motivo de su rabia: "Leocadia, ¿sabes lo que creo que está pasando realmente? Lo que pasa es que tienes celos de ese joven, por la sencilla razón de que Adriano ha alcanzado lo que tú llevas años ambicionando en vano: un título".
Estas palabras hacen que Leocadia se trague las suyas, terminando la conversación con Lisandro. Eso sí, el duque le desea lo mejor: "Espero que tú también alcances lo que pretendes. Yo siempre te tendré en alta estima. Que te vaya bien". ¿Te has perdido el momento? ¡Lo tienes en el vídeo que abre la noticia!
Así han sido los últimos minutos del duque de Carvajal y Cifuentes, mano derecha del rey Alfonso XIII, en La Promesa. ¿Volveremos a verle por el palacio? Con Leocadia viviendo en Luján, todo puede pasar. ¡No te pierdas los próximos capítulos de tu serie favorita en La 1 y RTVE Play!