Nanisimo, en 'Las Abogadas & Compañía': "Nos han hecho creer que basta con un clic para ser activistas"
- El periodista Emilio Doménech, más conocido como Nanísimo y fundador del medio digital WATIF, es el invitado del cuarto capítulo
- Manuela, Cristina y Rosa María Calaf dialogan con él sobre los primeros pasos de la democracia en España y la situación política actual
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Emilio Doménech, más conocido como Nanísimo, es un periodista especializado en política internacional y fundador del medio digital WATIF, orientado a las generaciones millennial y zetas. En el cuarto episodio de Las Abogadas & Compañía, Doménech comparte su perspectiva sobre cómo las nuevas generaciones perciben la democracia y el activismo en la era digital. Reflexiona sobre la transformación del activismo tradicional hacia formas más simbólicas en redes sociales: "La forma de manifestarnos que nos parece más útil es compartir la misma imagen como que estamos en contra de esto, pero salir a la calle es una incomodidad y que no sirve de nada".
En el cuarto episodio de Las Abogadas & Compañía, la democracia vuelve a ser protagonista, esta vez con una mirada más global: ¿Cómo se ha visto a España desde fuera? ¿Qué papel ha jugado Europa en nuestro desarrollo democrático? ¿Y qué tipo de activismo existe hoy? Para responder a estas y otras preguntas, Manuela Carmena, Cristina Almeida y Rosa María Calaf conversan con el creador de contenido y divulgador Nanísimo.
De emigrantes ignorados a una Europa sin memoria
La conversación arranca con el recuerdo amargo de cómo se veía a España desde el extranjero durante el franquismo. Rosa María Calaf evoca la ignorancia generalizada que encontró en Estados Unidos: "Creían que España estaba en Sudamérica". Carmena recuerda que los españoles eran “los criados de Europa”, y aún hoy, en muchas ciudades europeas, los jóvenes españoles trabajan como camareros o cuidadores. Nanísimo aporta su propia experiencia de xenofobia vivida en Hamburgo, con el silencio incómodo que recibió por hablar en español en un tren. “Fue uno de los momentos más desagradables de mi vida”, confiesa. Aun así, destaca que en entornos universitarios de EE.UU. la percepción ha cambiado, aunque persisten confusiones culturales profundas.
En este capítulo, las abogadas también recuerdan sus primeras tomas de contacto con la pobreza y el analfabetismo. Desde las campañas de alfabetización en Granada hasta los catecismos reconvertidos en clases de lectura en las chabolas de Vallecas, Carmena y Almeida relatan cómo la conciencia social se despierta desde el contacto real con la desigualdad. “No aprendió a leer ninguno, pero nosotras aprendimos mucho”, dice Carmena.
Spain is different: del bikini censurado al turismo de masas
El episodio también aborda las contradicciones del desarrollismo franquista. Desde la represión a mujeres en bikini en la playa hasta el uso propagandístico del eslogan Spain is different para atraer turismo, se repasa una época en la que la apertura económica convivía con la represión moral. La anécdota de Calaf sobre ser llevada al cuartelillo por llevar bikini resume ese choque entre modernidad y censura.
Uno de los casos más simbólicos fue el del alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza, que desobedeció las órdenes iniciales de prohibir el bikini y acabó viajando hasta El Pardo para convencer personalmente a Franco de permitirlo en sus playas. Como respuesta a aquel gesto, se erigió una gran cruz en la cima del monte Serra Gelada como símbolo de protesta, destinada a recordar a los visitantes extranjeros que estaban pecando. Sin embargo, la tolerancia de Franco frente a esta situación refleja cómo los intereses económicos acabaron suavizando la represión.
De la entrada en Europa al clickactivismo
Uno de los bloques más intensos trata sobre la entrada de España en la Unión Europea y cómo, desde entonces, se ha producido una cierta despolitización ciudadana. Nanisimo advierte que su generación da por sentada la democracia: “Europa es el 'statu quo'”. Y en ese contexto, se plantea si hemos confundido la verdadera participación con los gestos simbólicos en redes sociales. La reflexión se agudiza al recordar la guerra de Irak y el movimiento No a la guerra, que movilizó a millones de personas.
Frente a eso, el contraste con el silencio ante la invasión de Ucrania y el caso de Gaza es notable. “Hoy, la mayor manifestación ha sido compartir una imagen hecha por inteligencia artificial”, apunta Nanisimo. Se refiere a la ilustración viral con el mensaje “All eyes on Rafah”, difundida masivamente tras un ataque israelí que dejó decenas de muertos. En ella, se muestra una vista aérea de un campamento repleto de figuras humanas, alineadas en filas ordenadas de tiendas de campaña. Una imagen poderosa y conmovedora, pero ficticia, generada por inteligencia artificial. “Nos han hecho creer que basta con un clic para ser activistas”, concluye Nanisimo.
El capítulo cierra con una reflexión colectiva sobre la fragilidad de la democracia. Carmena recuerda que la democracia hay que cuidarla “porque si no se oxida”, y Calaf alerta del diseño deliberado para construir una ciudadanía dócil. “Trump no es el titiritero, es la marioneta”, afirma. Para Nanisimo, la cultura digital ha sido colonizada por la extrema derecha mediante el humor y los memes. Y frente a eso, hace un llamamiento a un consumo más consciente: “Hay que compartir lo que nos hace querer el mundo. Porque así empezamos a valorar lo que podemos perder”. Cristina Almeida concluye con una invitación directa a las nuevas generaciones: “Nosotras hemos sobrevivido al franquismo, celebrado la democracia y envejecido con ella. Ahora os toca rejuvenecerla”. Rosa María Calaf lo resume así: “Solo el saber nos hace libres. Y el saber requiere memoria, educación e información de calidad”.
Las Abogadas & Compañía, ya disponible en RTVE Play
Cristina, Manuela y Paca coinciden en que la cultura fue, y sigue siendo, una herramienta para despertar conciencias. Las Abogadas & Compañía, conducido por Inés Hernand, se ha convertido en un espacio donde pasado y presente se dan la mano. En este tercer capítulo, queda claro que la música, ayer y hoy, sigue siendo un acto político. Y que, como dice Rozalén, “somos también lo que escuchamos”.