Rubén sufrió terapias de conversión: "Me sometieron a exorcismos por ser homosexual"
- Entre los 18 y los 21 años, la familia de Rubén intenta ''curar'' su homosexualidad mediante varios seminarios evangélicos
- Además, asegura que se creó una personalidad diferente para no levantar sospechas y ser aceptado
Rubén es valenciano, homosexual y afirma que le han sometido a terapias y exorcismos en Valencia y Madrid por ser homosexual. Creció en una familia evangélica superconservadora, es por eso que intentó ocultar su homosexualidad y se creó una personalidad diferente para no levantar sospechas y ser aceptado.
Como le costaba tanto vivir en esta mentira, a los 15 años abandona sus estudios y se pone a trabajar en el negocio familiar. "Yo mismo no me aceptaba, quería buscar respuestas".
"Luchaba para intentar esconder mi homosexualidad"
Crecer en el seno de una familia evangélica y ultraconservadora, han hecho que la vida de Rubén no haya sido la que hubiera deseado. Ha luchado desde la adolescencia por tratar de ocultar su homosexualidad, lo que le ha obligado a desarrollar una personalidad diferente para tratar de esconder su verdadera orientación. Sus creencias y lo que le habían inculcado desde pequeño le impedían aceptarla.
Asistió a varios seminarios cristianos fuera de España donde intentó algo imposible: curarse. "Mi familia me descubrió, en una conversación con mi "cibernovio". Me trataron como un monstruo", asegura en 'Mañaneros' de Televisión Española.
Aunque lo peor llegó cuando sus padres descubrieron la verdad. Lo obligaron inmediatamente a asistir a todo tipo de terapias, exorcismos e incluso lo trasladaron hasta Brasil para asistir a un seminario en el que afirma que fue tratado como pedófilo y zoofílico. "De Brasil me fugué, llegué a tocar fondo".
Huyó de allí y vivió durante más de dos meses en la calle. El trato de su familia hacia él era insoportable. Le llegaban a poner pasajes de la biblia por toda la casa y tenía que asistir diariamente a la Iglesia.
Rubén se sentía atrapado en un círculo del que no podía escapar, por lo que se intentó quitar la vida. Años después, estuvo ingresado en un psiquiátrico donde confiesa que el trato hacia él fue denigrante. Este fue el punto de inflexión que le hizo darse cuenta de que le habían robado su juventud y una parte de él que jamás podrá volver a recuperar.
El horror que tuvo que vivir Rubén
Esta es la dura historia de Rubén: entre los 18 y los 21 años su familia intenta curar su homosexualidad mediante varios seminarios evangélicos. Y en agosto de 2018, se va de vacaciones con su familia a Lleida con la intención de que todo volviera a ser como antes de que descubrieran su homosexualidad, pero allí, tras una discusión, intenta acabar con su vida. Cuando se despierta, se encuentra en el hospital psiquiátrico público de Lérida (Santa María) y escucha a un psiquiatra hablar con sus padres de ingresarle allí.
En un descuido se puso las zapatillas y se escapó del hospital. Al ver qué no podía llevar a cabo el suicidio de la forma que quería, se pone en contacto con los mossos y le llevan de vuelta al hospital psiquiátrico. Le dan algo que le deja dormido y cuando despierta está una habitación con una camisa de fuerza y atado a una cama.
El psiquiatra le dijo que su intento de suicidio era para hacer daño a su familia porque era un hijo cruel, déspota, manipulador y quería castigar a sus padres.
Estuvo 30 días ingresado con un trato humillante. Cuando sale del hospital psiquiátrico, vuelve a trabajar en el negocio familiar. Siguen haciéndole acoso y bullying. En una discusión más le echan del trabajo. Ahí llevaba trabajando 18 años, de los cuales solo ha cotizado cinco. Se va con una mano delante y otra detrás. En este momento es cuando abre los ojos y se da cuenta de todo lo que había vivido con su familia.
Actualmente, Rubén solo espera poder seguir con su vida, en calma.