Javier Cercas en el Vaticano, un escritor ateo frente al mayor misterio de la fe en el libro "El loco de Dios en el fin del mundo"
- Javier Cercas publica una novela sin ficción tras acompañar al Papa Francisco en un viaje insólito
- El autor de "El loco de Dios en el fin del mundo" se enfrenta al mayor enigma de la fe: ¿hay vida después de la muerte?


En su nueva obra, "El loco de Dios en el fin del mundo" de la editorial "Random House", Javier Cercas narra una experiencia única, los dos años de acceso al Vaticano y un viaje con el Papa Francisco a Mongolia. A partir de esta propuesta insólita, realizada por la propia editorial del Vaticano, el autor construye una obra inclasificable que se mueve entre el ensayo, la autobiografía y la novela de investigación.
En "No es un día cualquiera", con Pepa Fernández, Cercas comparte los detalles de la experiencia que da origen a la obra. El autor convierte ese viaje en una reflexión profunda, divertida e incómoda sobre lo espiritual, la fe, la pérdida y el deseo de sentido. Lo hace no como creyente, sino como narrador que se atreve a preguntar por el mayor misterio de todos: ¿Qué hay después de la muerte?
Un viaje inesperado al corazón del Vaticano
Javier Cercas es uno de los autores más reconocidos de la literatura española actual. Su novela "Soldados de Salamina" (2001), obra que ha sido traducida a más de treinta idiomas y premiada en todo el mundo. Escritor de "relatos reales", como él mismo los llama, Cercas es un maestro en mezclar lo personal con lo histórico, la narración con el ensayo, la memoria con la verdad literaria. En todos sus libros, la frontera entre realidad y ficción se convierte en una vía para explorar la identidad, la ética y la memoria colectiva.
En "El loco de Dios en el fin del mundo", el autor da un paso radical en su carrera literaria, se adentra en el Vaticano y acompaña al Papa Francisco en un viaje a Mongolia. Lo hace no como creyente, ni siquiera como cronista religioso, sino como dice "un loco sin Dios" que quiere comprender qué queda del misterio de la fe en el siglo XXI: "Este libro es una locura. Y lo dice el título. Porque el Papa es el loco de Dios. Y yo, el loco sin Dios".
Caterina Barjau
La invitación parte directamente del Vaticano, le ofrecen acceso total para que pueda hablar con quien quiera, observarlo todo y escribir sin límites: "Eso nunca lo ha hecho la Iglesia, nunca lo ha hecho el Vaticano", explica Cercas con asombro. Él, que se define como un "ateo redomado" acepta. No por fascinación institucional, sino por algo más íntimo, una necesidad personal de comprensión.
La raíz emocional: la promesa de la fe
Debajo de este experimento literario hay una pregunta profundamente humana: ¿Qué pasa después de la muerte? Cercas revela que su motivación real es llevar una respuesta a su madre, católica convencida, que tras perder a su marido decía con total certeza: "Voy a volver a verlo cuando me muera". La novela arranca con esta confesión: "Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso. Pero aquí me tienen, volando en dirección a Mongolia con el anciano vicario de Cristo en la Tierra, dispuesto a interrogarle sobre la resurrección de la carne y la vida eterna".
Esta tensión íntima atraviesa toda la obra. Cercas convierte su viaje con el Papa en una suerte de novela policial espiritual: "Todas mis novelas pueden leerse como novelas policíacas. En el corazón de todas hay un enigma. Y este libro también. Solo que aquí el enigma es el más grande de todos: la vida eterna”, explica el autor.
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Francisco: el Papa que habla con los que dudan
Esta historia comenzó de una manera sorprendente. Cercas estaba firmando ejemplares en el "Salón del libro" de Turín cuando le dijeron que lo esperaba un emisario del Vaticano: "Pensé que era una broma", admite. Pero no lo era. Se trataba de Lorenzo Fazzini, director de la editorial vaticana, que le propuso algo inaudito, acompañar al Papa Francisco en su próximo viaje a Mongolia. Le ofrecieron acceso total, sin censura, con libertad absoluta para escribir lo que quisiera, como quisiera: "Le dije: ¿Pero ustedes saben que yo soy un tipo peligroso?. Y él respondió que justo por eso me habían elegido".
El Vaticano nunca había hecho algo así. Pero el propio Francisco había insistido en abrirse a miradas periféricas, ajenas, no creyentes. Cercas, como ateo y narrador agudo, encajaba en esa lógica. Lo curioso es que el escritor nunca preguntó por qué lo eligieron a él entre todos: "No quiero saberlo, no me interesa. Esa es la única pregunta que no he hecho y que no pienso hacer", afirma.
El papa y Cercas en uno de sus encuentros Random House
Durante dos años, Cercas frecuentó los pasillos del Vaticano, conversó con cardenales, monjas, diplomáticos y misioneros, además de mantener varias charlas con el Papa. En el centro de todas las conversaciones, la gran pregunta sobre la vida eterna, la resurrección, el sentido último de la fe. Pero también surgieron temas inesperados, como el humor, la corrupción financiera, la resistencia dentro de la curia y los abusos de poder: "Francisco considera que el clericalismo es el cáncer de la Iglesia. Su proyecto es volver al cristianismo de los orígenes. Y eso pisa muchos callos", explica.
Mongolia: la fe en los márgenes del mundo
El viaje culminante del libro es el que hicieron juntos a Mongolia en septiembre de 2023, un país con menos de 1.500 católicos y sin relevancia geoestratégica, lo que reforzaba el mensaje del Papa sobre atender a las periferias. "Allí, el cristianismo es irrelevante. Los misioneros son una secta exótica. Y sin embargo, lo que vi fue extraordinario, la alegría, el compromiso, la humanidad de esa gente", cuenta Cercas sobre el viaje.
El autor vivió momentos de absoluta excentricidad y los refleja en el libro, como quedar atrapado en un ascensor en Ulan Bator. La convivencia con los misioneros le dejó una huella inesperada: "Yo no soy creyente, pero es imposible no admirar a esa gente. Son los auténticos locos de Dios lo dejan todo para vivir con los más pobres, en los lugares más olvidados".
El Papa, rodeado de cámaras y ceremonias mínimas, parecía más un sabio nómada que un jefe de Estado y Cercas se convirtió en el testigo de una fe silenciosa, sin poder, sin privilegios. Una fe que resiste en los márgenes.
El papa Francisco junto al presidente de Mongolia Ukhnaagiin Khurelsukh frente a la estatua de Genghis Khan Mongolia en septiembre de 2023 Alberto Pizzoli
Un testimonio literario entre el escepticismo y la admiración
Aunque Cercas no se convierte ni cambia de fe, sí admite que su mirada cambia: "Este libro ha transformado mi visión del Papa. Y también mi visión de muchas cosas", reconoce. Lo que consigue, como ya ha hecho en otras obras, es desmontar sus propios prejuicios: "El esfuerzo más difícil fue quitarme todos los que tenía. Y eran muchos. Me eduqué en un colegio de curas. Era inevitable tenerlos", explica el autor.
"El loco de Dios en el fin del mundo" de Random House
Esa honestidad se siente en cada página del libro, que lejos de ser una es una oda a la religión o una crítica desde el escepticismo, es un libro que busca entender: "La literatura es un instrumento de conocimiento. Sirve para comprender. Y eso he intentado. Comprender, no juzgar. Porque juzgar es para los jueces. O para los lectores, si quieren", concluye Cercas.
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"El loco de Dios en el fin del mundo" es una obra que trasciende las fronteras de la narrativa convencional, fusionando el escepticismo de Cercas con una profunda reflexión sobre la fe y la humanidad. A través de su mirada única, el autor nos invita a cuestionar y comprender, más allá de cualquier juicio, los misterios de la vida y la muerte.