El camino de piedras de Raül Balam entre alcohol y drogas
- El chef cuenta cómo fue su camino para dejar las drogas, aunque reconoce que sigue siendo un adicto
- Carme Gasull, periodista, y Carme Ruscalleda, madre de Raül y chef, le acompañan en esta conversación
Raül Balam Ruscadella, chef, habla en el libro Enganchado de “un camino con muchas piedras que tienes que hacer para llegar a la felicidad deseada”. El popular cocinero con dos estrellas Michelín e hijo de la también chef Carme Ruscalleda escribe en estas páginas sobre su adicción al alcohol y otras drogas. Ha charlado con Samanta Villar y Carlos Santos en A media mañana.
Ha reconocido que esto es algo que no consiguió vencer solo, sino con la ayuda de profesionales: “Cuando consumía, yo siempre decía que 'yo podía' y duraba 24 - 48 horas. Siempre regresaba a la casilla de salida. Hasta que un día, la santa de mi hermana fue a mis padres y dijo 'a Raül se le ha ido de las manos'. Pusieron manos a la obra, me ingresaron y ahí empezó el camino quitando piedras”.
El chef señala que él cree que “tenía que contarlo porque el resultado ha sido tan bueno para mí [...]. Es bueno contar y quitar el estigma de un vicio y ponerle el nombre de enfermedad. Me toca como un poco “personaje público” quitar este estigma”.
“Esto es pasado”
“Me va acompañar toda la vida”, asume Balam. “Podríamos decir que es la enfermedad más agradecida que hay, o sea, es una enfermedad que si tú la cuidas podrás vivir y convivir con ella el resto de tu vida, pero siempre con zapatitos de cristal. Se tiene que vigilar mucho. Yo sería adicto toda la vida. Lo que pasa es que ya no tomo alcohol, ni drogas duras. Esto es pasado, pero sigo siendo adicto”.
¿Hacer apalogía?
Admite que él ya ha vendido su “alma al diablo para volar” y ha hecho “auténticas barbaridades”. Cuando ha vuelto a escuchar la canción “No sé qué me da” de Fangoria, ha recordado cómo se sentía “tan identificado” en su letra: “Prometí que nunca volvería a caer // Pero esta vez no lo quiero evitar”. Ahora señala que la ve “tan lejos” y se pregunta “¿cómo podía pretender hacer apología, cuando estás en activo, tan grande de la droga?”.
Todo empezó brindando
Identifica a sus padres como “los primeros camellos” porque “la primera vez que entró la droga en mi cuerpo fue a través del alcohol, esta droga legal que a veces no ponemos en el saco de las drogas inconscientemente, como haces cuando tienes 14 o 15 años. Los padres: 'Venga va, ya puedes brindar'. Ahí se empezó a despertar. No a partir de ya fui como un súper alcohólico y bebía, pero sí que mis padres me decían cuando salía a tomar algo con ellos, tenía 16, 17, 18 años: 'No sabes beber Raül', 'bebes muy rápido', 'tienes que saborear'. Ahí ya estaba despertada”.
“Lo que pasa es que luego en el 2000 entraron ya las drogas duras. Al final le tengo que dar gracias a esa droga dura, porque agilizó un desenlace de ingresar. Hizo que todo fuera más rápido. Si se hubiese quedado solo con el alcohol, hubiese ingresado súper tarde. A lo mejor no me hubiese aún ingresado, ni hoy estaríamos hablando, ni podría cumplir con lo que cumplo yo en mi vida todos los días”.
Las preguntas
Carme Ruscalleda, la conocidísima chef y madre de Raül Balam, ha contado por teléfono que su reacción llegó “después de hacer muchas preguntas”. Ha lanzado una advertencia: “Que nadie se piense que los padres no sospechan, no preguntan, no se interesan". Ha añadido que acaban recibiendo respuestas como "toda la juventud lo hace", "él es uno más", "domina" y señala que "te vas conformado”.
Ha recordado el día que se negó a abrir la puerta: “Se había aislado. No respondía al teléfono. Llamábas a su casa y no respondía, como si no estuviera nadie ahí. Y sabíamos que estaba dentro. Ahí sí que ya le ponemos el ultimátum: 'Si no abres, venimos con la policía y tiramos la puerta abajo'. Si es que hay que actuar de esa forma tan dura con alguien que evidentemente está enfermo y estar enfermo cuesta entenderlo, os lo aseguro, a mí me costó muchísimo”.
“Al final se llega a la solución cuando hay la convicción del paciente y de la familia que es una enfermedad. Y se ponen medios para solucionarlo. Yo estaba convencida de que en 15 días de ingreso lo solucionábamos, ¡qué ignorante, por Dios!”.
“Un vértigo increíble”
Raül Balam ha coescrito Enganchado junto Carme Gasull. La periodista experta en gastronomía ha señalado que sintió “un vértigo increíble” cuando le llegó el proyecto, porque “no es mi especialización”. Se ha definido primero como amiga, “pero me dedico a las cosas del comer y del beber”. Ha compartido con él mesas y artículos, pero en esta ocasión tenía que “contar su vida”.
Ha contado que para escribirlo le escuchó mucho y pensó que tenía que “contarlo como si fuese él, ponerme en su piel, empatizar y conseguir un tono respetuoso, informativo”. Se marcaron como objetivo “visibilizar la enfermedad para dar herramientas para acompañar a tantas personas que están sufriendo los propios adictos, los familiares, las parejas, los hijos”.