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Mundaka, así es el bello pueblo de Vizcaya donde se rodó 'Cinco lobitos'

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Mundaka, así es el bello pueblo de Vizcaya donde se rodó 'Cinco lobitos'

Hay pueblos de cine y pueblos a los que el cine lleva a la gran pantalla. Luego está Mundaka, una pequeña localidad al noreste de Vizcaya, no muy lejos de Bilbao, que se ha convertido en el escenario de una de las películas del momento, Cinco lobitos (2022).

La cinta dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, protagonizada por Laia Costa y Susi Sánchez, que ha conquistado a público y crítica. Aquí la tierra viaja hasta allí con Ramón Barea, uno de los protagonistas del filme, como anfitrión. El actor nos descubre las maravillas de esta tierra, un paraíso para los amantes del surf, conocida por su famosa ola izquierda, situada en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

La imagen del mar levantándose frente al casco histórico y sus pintorescas calles frente al mar convierten a Mundaka en una localización natural de ensueño, con sus edificios emblemáticos y lamias, esos seres de la mitología vasca que son mitad mujer, mitad animal (un poquito de folclore), lubina y txakoli. Ya te decíamos que no todo en Mundaka es surf.

Cinco lobitos no es la única película que se ha rodado en el último año en sus calles. Otra cinta, también participada por RTVE, trasladó hasta allí su set de rodaje. El comensal (2022), dirigida por Ángeles Gozánlez Sinde. Además, muy cerca se encuentra la icónica San Juan de Gaztelugatxe reconvertida en Rocadragón para la famosa serie Juego de Tronos.

Cinco lobitos (2022), clip exclusivo

Mundaka: naturaleza, pasado, herencia

Cinco Lobitos se hizo con la Biznaga de Oro y otros siete premios más en el pasado Festival de Málaga, una reflexión profunda sobre la maternidad que también nos habla de la red familiar, la herencia de una sociedad patriarcal y los cuidados. Mundaka se convierte en uno de los protagonistas, contextualiza la salida de la gran capital de su protagonista, aun entorno conocido, familiar, un refugio.

Mundaka también simboliza la conexión con el pasado, la infancia y las heridas heredadas. Su iglesia, su mercado, los parques de la ciudad dan color natural a esta historia. Además el cartel de la película, una foto capturada frente al mar Cantábrico, también se tomo en Mundaka.