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Atlas de lo Pequeño

Los bombos de Pepe el de Andorra: el latido del Bajo Aragón

  • Desde hace 40 años es quien pone el latido a la Semana Santa del Bajo Aragón, en la provincia de Teruel
  • Cuando empieza a tocar el bombo, resuena el taller y con las vibraciones caen virutas de pintura del techo
  • Te contamos la historia de Pepe Vera, el artesano del bombo, en España Directo

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El latido del Bajo Aragón
El latido del Bajo Aragón |

Es un taller pequeño, angosto, en el centro de Andorra. Todo está más o menos en su sitio. Puede que porque venía la tele. Las paredes están forradas de palillos y mazas. En un altillo guarda unos hollejos de cabra. Aprendió el oficio de su padre, que era carpintero, aunque empezó a trabajar primero como reparador de pieles.

Desde hace 40 años, sin embargo, es quien pone el latido a la Semana Santa del Bajo Aragón, en la provincia de Teruel. En los nueve pueblos de la Ruta del Tambor y del Bombo, estos días, a pesar de la pandemia, se viven con auténtico fervor y una banda sonora que, a ratos, es cadenciosa y otras, sobre todo cuando rompen la hora, se vuelve un estruendo que hace retumbar las carnes.

“A mí me gusta más tocar el bombo que el tambor”, dice de entrada Pepe Vera, uno de esos pocos artesanos que fabrican bombos artesanalmente, como toda la vida. Lo toca como todos aquí, con el corazón en la mano. En su elaboración pone la experiencia. “Lo primero es limpiar la piel. Hay que descarnarla y en la parte donde va el pelo con una cuchilla, sin producto químico, se va retirando”. Nos enseña una piel ya tratada, que hay que poner a remojo dos horas para poder trabajarla. “Queda así de blanda. Depende del grosor. Si es más gorda, necesita más tiempo en el agua”.

Músico con bombo
Músico con bombo

Músico con bombo percds

Para el armazón del bombo utiliza madera de haya. “La traigo de Alemania, Rusia… La madera de haya de España no da suficiente calidad”, explica. Con ella da forma al primer elemento del bombo: el arillo, de apenas 1,5 cm de grosor. Es una circunferencia de 75 cm de diámetro.

Tiene que acoplar la piel al arillo, para lo que utiliza una cuchilla. “Tengo que dejar unos tres centímetros para luego envolver el arillo”. Y esta pieza se encaja en el armazón. “Este bombo se podrá tocar por las dos caras, así que hay que utilizar piel buena en ambos lados. El sonido depende de la calidad de la piel. En función de lo que te piden, puedes poner una piel más gruesa en un lado, más fino en el otro ladico…”, explica con musicalidad turolense.

Los aros, más gruesos, envuelven el bombo y “sirven para dar presión a la piel”. El objetivo es tensarla para conseguir el mejor sonido. Los 23 metros de cuerda, que forman el entrelazado en el lomo del bombo hace el resto. Pepe tensa la cuerda y se nota el esfuerzo físico que requiere.

Cuando empieza a tocar el bombo, resuena el taller y con las vibraciones caen virutas de pintura del techo. Esa pasión le llevó a fabricar, en los años 90, un bombo de dos metros de diámetro y 250 kilos de peso, que es hoy un icono de la Semana Santa de Andorra. Cada Jueves Santo preside la plaza donde, a medianoche, se rompe la hora. Este año, otra vez, desde los balcones.

El personaje

José Vera nació en Córdoba, “son mis orígenes de los que no reniego”, porque sus padres eran cordobeses. Llegó a Andorra cuando era un niño. Igual te canta una jota que le da al cante jondo.

La Comarca

La Semana Santa es una religión en el Bajo Aragón. Hace 50 años se creó la asociación que dio lugar a la Ruta del Tambor y el Bombo. Se integran nueve pueblos: Albalate, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén. La Rompida de la Hora fue popularizada por el cineasta Luis Buñuel, calandino internacional que llevó consigo la pasión por la Semana Santa allá donde viajó.