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Comer pipas por la noche: ¿vicio sano o atentado contra la salud?

  • Las pipas mejor tostadas y sin sal
  • Se aconseja que su consumo no supere los 30 gramos al día
  • Da igual que las comas por la noche o por el día, ¡pero no te acabes el paquete!

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Comiendo pipas al atardecer
Comer pipas al aire libre, deporte nacional en pausa

De entre todos los vicios que tienen que ver con la comida, comer pipas sin parar es tal vez el que más adictos tiene. Porque igual que los girasoles se mueven hacia la luz del sol, nosotros, si vemos un paquete de pipas, lo perseguimos hasta terminar con él. Además, se dice y se comenta que comer pipas por la noche es el nuevo vicio de los españoles en época de toque de queda.

Tiene sentido: no poder salir hasta tan tarde hace que nos tengamos que distraer en casa y un buen paquete de pipas por la noche es distracción asegurada y sabrosa. Mientras charlas, miras una peli o una serie o, simplemente, te preguntas cuándo se levantará el toque de queda, vas comiendo una pipa tras otra para matar el rato. Además, igual hasta te remiten a tardes en el estado, en el parque o en un banco en otra época en la que comer pipas al aire libre era deporte de práctica habitual.

Plato de cáscaras de pipas

Daños colaterales de comer pipas: encuentras cáscaras por todos lados

Bueno, eso si eres de las personas que saben comer pipas porque, efectivamente, hay gente que eso de partir la cáscara, escupirla y comer la semilla, no se le da nada bien: se comen parte de la cáscara y tiran parte de la pipa, se pinchan una encía y aquello es un desastre en lugar de pasatiempo más rico que haya existido jamás.

Sea como sea, comer pipas por la noche es un vicio y, como todos los vicios, tiene su parte buena y su parte mala. La parte buena ya la sabemos y disfrutamos pero, ¡ah! la parte mala es en la que no nos hemos querido fijar hasta ahora. ¡Dejadnos disfrutar de nuestras pipas por la noche!, pensaréis.

Y, sí, adelante con el comer pipas con nocturnidad y alevosía. Ya sabéis que en Bestial! estamos a favor de darle rienda suelta al apetito, pero también es nuestra labor contarte los pros y los contras de embalarse demasiado con las pipas de girasol, así que le hemos preguntado a la nutricionista Jéssica Gutiérrez, con la que hablamos hace unos días sobre el mito sobre caminar después de comer.

“La importancia de los frutos secos en la alimentación es indiscutible: a nivel nutricional nos aportan minerales como pueden ser el calcio, el zinc o el magnesio o vitaminas como la A, la D y la E, que se tratan de grasas saludables como el Omega 3”, cuenta Gutiérrez.

Pipas

Comer pipas por la noche, vicio en época de toque de queda

“Y los frutos secos también nos dejan saciados. Pero los nutricionistas, cuando hablamos de frutos secos, nos referimos a su versión cruda o tostada, porque si se tratan de frutos secos salados como pueden ser algunas pipas, ahí la cosa cambia porque tiene mucha cantidad de sal que no es buena para el cuerpo: en unos 30 gramos de pipas saladas puede hacer 12 gramos de sal y su consumo debe ser con moderación”.

Además, es bien sabido que los productos salados estimulan el hambre, cosa que sumado a la acción repetitiva y gratificante de pelar y comer pipas, generan una adicción que solamente termina… cuando te acabas el paquete de pipas. “Mejor tostadas y sin sal”, aconseja Jéssica Gutiérrez.

“Por otro lado, esa moderación es aplicable a las calorías”, recuerda la nutricionista. Todo depende del estilo de vida de cada persona y del gasto energético, pero en líneas generales y en una alimentación omnívora y equilibrada, se aconseja un consumo “de unos 30 gramos de frutos secos al día”, lo cual sería aplicable tamibén a las pipas, ya que 100 gramos de ellas aportan 600 calorías. Y, tranquilo: da igual cuando las comas, si por la noche, para merendar o al mediodía, ya que lo que importa son las calorías total que ingerimos en el día.