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La dieta mediterránea

  • Una de las dietas tradicionales de nuestro país
  • ¿Realmente es la más saludable del mundo?
  • Repasamos las propiedades del pescado blanco y el azul aquí

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La dieta mediterránea

Lo hemos oído por activa y por pasiva en los medios de comunicación. Y tiene tan buena fama que la hemos exportado al resto del mundo como una de las mejores que existen pero, ¿realmente es tan sana como pensamos la dieta mediterránea? Ha sufrido tantos cambios a lo largo de tiempo que podemos encontrar propuestas muy alejadas del estilo de alimentación realmente saludable y original. Y por lo tanto poder hacer esa afirmación depende de diferentes factores.

No todo es sano por ser “mediterráneo”

El problema viene cuando le ponemos la palabra "mediterránea" a alimentos, o costumbres alimenticias, que realmente no lo son. Por ejemplo, por mucho que el vino se produzca desde hace miles de años en la zona, podríamos pensar que debería formar parte de una dieta mediterránea tradicional. Pues eso no es así, no deja de ser una bebida alcohólica que debemos consumir con moderación. Y pasa lo mismo con productos tan presentes en la historia gastronómica de nuestro país como los embutidos o los quesos; eso no significa que sean necesariamente buenos para nuestra salud.

De hecho, el concepto se basa en la alimentación que seguían los países mediterráneos en torno a los años 60, cuando diferentes estudios demostraron que se contaba con una de las esperanzas de vida más altas. Y las tasas de enfermedades relacionadas con la alimentación también eran de las más reducidas a nivel mundial.

La base de la dieta mediterránea

Pero claro, en esa época la dieta consistía en los alimentos que deben ser la base de la dieta mediterránea real: frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres, algunos frutos secos y como no, el aceite de oliva como fuente de grasa principal. Y esporádicamente pescado, carnes blancas y, aún en menor proporción, las carnes rojas.

Algo que difiere de lo que muchos pueden o quieren entender como dieta mediterránea. Pero no es la única dieta tradicional que seguimos en nuestro país. Tenemos dos climas mayoritarios y por lo tanto dos grandes modelos de alimentación: mediterráneo y atlántico. Ambos se basan en productos frescos y de temporada pero por ejemplo en la dieta atlántica es normal que el pescado o el marisco tengan más presencia.