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Paloma Navares

Emisión 24 de enero de 2018

Por
Metrópolis - Paloma Navares

Metrópolis dedica esta noche su emisión a la artista Paloma Navares (Burgos, 1947), una de las grandes figuras del arte español contemporáneo. La experimentación y la transparencia de los materiales, y el uso de cajas de luz, son señas de identidad del trabajo de Paloma Navares.

Sirviéndose de las tecnologías de su tiempo, en su obra lleva a cabo una honda revisión del canon de la Historia del Arte y de los asuntos clásicos de la cultura universal: la fragilidad de la existencia, el amor, la finitud… el papel de la ciencia… dando un lugar central a la situación de las mujeres en el devenir histórico.

Coincidiendo con las dos exposiciones retrospectivas que ha presentado en Burgos y en San Sebastián, Metrópolis recorre junto a la artista 40 años de carrera.

En una entrevista exclusiva, a lo largo del programa Navares reflexiona sobre momentos relevantes de su vida, mientras visitamos las dos grandes muestras que se le han dedicado de forma reciente en nuestro país: Iluminaciones 1977 / 2017 (en Kubo-kutxa Donostia- San Sebastián, comisariada por Rocío de la Villa) y Te pregunto, ¿Son mariposas? (en CAB-Centro de Arte Contemporáneo de Caja de Burgos, comisariada por Javier del Campo).

Paloma Navares

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El capítulo está estructurado en distintos apartados en los que se ordenan las familias de obras (infancia y comienzos, arquetipos femeninos y canon histórico, ciencia y tecnología, homenaje a mujeres… etc). Muchas de estas series se detienen en la crítica y reflexión sobre las mujeres representadas y ocultadas en la historia de la cultura, o se centran en los “cuerpos otros”, excluidos por la sociedad.

Piezas emblemáticas de su trayectoria como Almacén de silencios (1994-1995), Ojos que miran el universo (2015), Paisaje interior con figura (1985-86), Cuerpo de sombra y luz (1997-1999), De Eva y Adán, a Cranach (1992-2000), las veremos con detenimiento.

Pionera de la instalación y del vídeo

Como ocurre con otros creadores y creadoras que inician su andadura en los años ochenta, la instalación se convierte en el medio de expresión natural de la artista, evolucionando y asentando, en su caso, un lenguaje propio a lo largo de las cuatro décadas de experimentación con los materiales, el cuerpo, el tiempo y la luz.

También nos parecía importante señalar el papel pionero de Navares en la incorporación del vídeo. La incorporación de la imagen videográfica a la práctica de Paloma Navares se produce en un momento temprano de su carrera (a finales de los años 70). Desde sus comienzos necesita sacar la pintura fuera del lienzo. Dotar de tiempo y de movimiento a la pintura fue el primer propósito de Paloma y para ello incluye el vídeo en sus proyectos de danza experimental, tal y como lo hicieron antes otras artistas pioneras.

Las primeras exposiciones individuales en las que Paloma Navares introduce la imagen videográfica se presentan en la sala Rincón del Arte, en 1977, y un año más tarde en la Fundación A. C. Propac, utilizando proyección de diapositivas y vídeo de 16 mm. La primera instalación en la que suma la imagen videográfica a la performance se presenta en el Museo Municipal de Santander y se titula Canto a un árbol caído (1982). En esta pieza temprana atisbamos muchos de los elementos de sus puestas en escena futuras: esmerado tratamiento lumínico y sonoro del espacio, introducción de esculturas concebidas para la manipulación en el escenario por parte de los performers y videoproyección sobre objetos y cuerpos.

Compromiso feminista

Paloma Navares desde sus comienzos ha reflexionado sobre la presión que soporta la mujer tratando de cumplir los modelos de belleza que la sociedad impone al cuerpo femenino y los ideales psicológicos que les acompañan. Es el caso de sus conocidas videoesculturas y retablos, en los que combina apropiaciones de esculturas y cuadros icónicos del Renacimiento y del Barroco con aplicaciones lumínicas (De corazón ardiente, 1990-99), o de las instalaciones en las que agrupa tubos de metacrilato que encapsulan imágenes fotográficas de partes del cuerpo femenino procedentes de pinturas clásicas (Alacena, 1993; En el umbral del sueño, 1993; Almacén de silencios, 1994-1995).

El legado de las mujeres

La artista es militante en la recuperación de las aportaciones intelectuales de las mujeres y en la denuncia de las situaciones de opresión que sufre el colectivo femenino en todo el mundo. De este modo, conviven proyectos como Mar de plata. A Alfonsina Storni (que homenajea a la poeta) o Jardín de la melancolía (instalación de siete esculturas de luz y sonido decoradas con pétalos con poemas de las poetas), con video-animaciones como Flores a Rwanda (2007), en la que se denuncia el genocidio en el que miles de mujeres fueron violadas e infectadas de sida. En estos casos, la combinación entre la estética elegante y la denuncia firme genera un potente distanciamiento crítico.

En la magnífica proyección sobre muro A Begoña (2003), en la que vemos a una mujer trepar por la pared superando los obstáculos de una peligrosa viga, dudando entre mantener su equilibrio o arrojarse al vacío. Las dos lecturas conviven: una metáfora de la lucha de las mujeres por mantenerse en pie en un mundo injusto para ellas en el que es fácil perder el equilibrio y una alusión a cualquier espíritu atormentado viviendo una encrucijada existencial.

Más info: http://palomanavares.com/