Enlaces accesibilidad

Byblos: lección de Historia

Byblos, lección de Historia NOTICIA
PdD

Los Hermanos Maristas llevan 148 años en Líbano. Los primeros maristas eran franceses y daban clase en colegios de jesuitas y lazaristas. En 1908 abrieron un colegio en Byblos, construido al estilo de los grandes colegios franceses de la época.

Actualmente, el colegio tiene dos sedes. La primaria está en Byblos, en “Nuestra Señora de Lourdes”, y la secundaria en Amchit, en “Nuestra Señora de Líbano”. En total 2.000 alumnos, cristianos y musulmanes, y 160 profesores.

En Líbano hay cerca de dos millones de refugiados, de ellos un millón trescientos mil son sirios. Porcentualmente es como si España acogiera a 16 millones de refugiados.

El drama de los refugiados sirios empezó cuando tuvieron que huir de su país para salvar la vida. Menos mal que Líbano los ha acogido. Malviven en tiendas de campaña que les dejó ACNUR. Hay familias que llevan cuatro años en los campos y no saben cuanto tiempo más tendrán que vivir así. 500.000 refugiados, menores de 18 años, están sin escolarizar. Muchos han renunciado a volver a Siria porque el país está arruinado.

La guerra ha movilizado a la comunidad marista de Alepo, hermanos y voluntarios, para hacer frente a la emergencia, contando con ayuda de la ONG SED, de España.

Los maristas de Alepo, auxilian a 800 familias, cristianas y musulmanas, y diariamente reparten comida caliente a más de 500 personas. En su casa y en el edificio que fue internado del colegio marista acogen a desplazados y dan clase a más de 150 niños que no tienen escuela.

Con las imágenes de la guerra en Siria y de los campos de refugiados en Líbano grabados en la retina y en el corazón, llegamos a la ciudad de Baalbeck , en el valle de la Bekaa, donde confluían las antiguas rutas que unían la costa mediterránea con Damasco, norte de Siria y Palestina.

La gran mezquita no logra ensombrecer al templo romano cuyas ruinas son consideradas como una de las maravillas del mundo.

En el complejo ritual destaca el templo de Júpiter del que quedan en pie seis columnas de 22 metros de altura que dan idea de las dimensiones del templo. En el siglo IV, con el cristianismo declarado religión del imperio romano, se destruyeron los altares del templo pagano y ser construyó una basílica cristiana. Ocho columnas de granito rosado del templo de Baalbek fueron llevadas a Constantinopla para embellecer la basílica de Santa Sofía.