Los peligros del silbato
- Del total de cifras de violencia en el deporte, más del 95% está relacionada con el fútbol
- Los árbitros acostumbran a ser blanco de las iras. Casi todas las semanas hay alguna agresión al trencilla
- Los llamados padres hooligans, y la escasa cultura deportiva de clubs y jugadores, detrás de muchos comportamientos agresivos contra los colegiados
“Recuerdo a la Guardia Civil pidiéndome que permaneciera encerrado en el vestuario porque corría peligro…” Es una anécdota que cuenta el árbitro de Murcia José María Frutos a un grupo de 40 chavales que acaban de aprobar el curso de arbitraje. Javier Lozano, presidente del Comité de árbitros de Murcia remacha “yo le diría a más de un padre que cuando insulta a un árbitro, piense en su hijo, porque también está insultando a otro niño, que es el árbitro”. Y razón no le falta porque la mayoría de los que están hoy no llegan a los 17 años.
El Sindicato de Árbitros es una asociación que denuncia la violencia que cada semana padecen los colegiados en cualquier punto de España. En apenas dos años han recogido más de 300 agresiones: “debería ser la Federación quien parara esto, pero les da igual. Se mueve mucho dinero en el fútbol base y no les interesa enfadar a los clubes por los árbitros”. El portavoz de este Sindicato de árbitros habla desde el anonimato: “si diera la cara se acabaría mi carrera arbitral”, denuncia.
La RFEF no ha querido pronunciarse sobre la violencia que sufren los colegiados, así que hemos ido a comprobarlo in situ. Insultos, amenazas, intimidaciones,… desde REPOR hemos visto un poco de todo y en diferentes categorías; padres de alevines –niños de 9 años- insultando y amenazando al colegiado, broncas con los linieres, recriminaciones al final del partido,… “La gente se cree que porque paga una entrada eso ya le da derecho a todo. Se creen que somos seres inmorales que lo soportamos todo…y no es así. A mí me insultaron gravemente y me afectó mucho, y quiero que esa persona sepa que me hizo daño y lo pasé muy mal”, reflexiona Zaira Moro, una niña de apenas 14 años que ha dejado el arbitraje durante un año entero porque le cogió miedo al silbato.
Es un reportaje de Carlos Enrique y Toni Mateo
Edición: Toni Tomás y Xavi Soler
Sonorización: David Beltran