'Acacias 38' cumple 100 capítulos: ¿Por qué nos hemos enganchado?
- 'Acacias 38' llega a los 100 capítulos este jueves, 27 de agosto
- El barrio celebra el bautizo de la hija de los Álvarez-Hermoso
- ¿Por qué nos hemos enganchado? Analizamos la ficción
La serie de sobremesa de La 1, 'Acacias 38', cumple ya 100 capítulos después de su estreno el pasado 15 de abril y sigue acumulando 'acacier@s' a diario que no pueden dejar de asistir a las historias de los habitantes de esta calle ambientada en 1899.
El barrio se hará eco de este gran acontecimiento mediante la celebración del bautizo de la hija de Celia y Felipe Álvarez-Hermoso, algo que marcará un antes y un después en muchas de las relaciones de los que allí conviven.
'Acacias 38' se presentó como una serie coral en la que destaca la historia de Manuela (Carmen) con Germán, pero que realmente cuenta con varias y diferentes tramas que nos mantienen en una constante intriga y hacen que cueste esperar al siguiente capítulo.
Y es que la ficción nos habla constantemente de la vida, el amor y la muerte, tres grandes temas universales. ¿Cómo? Os ofrecemos un breve resumen de cada uno de estos aspectos que tan fácilmente podemos detectar a diario en 'Acacias 38'.
Una calle llena de vida
Vida es lo que se respira a diario en la calle Acacias, para cuyos habitantes salir a tomar el aire o un chocolate en 'La Deliciosa' puede suponer el comienzo de una gran historia.
Tan pronto pueden encontrarse con Servando arreglando un picaporte, con Paciencia hablando sola intentando recordar qué día pasa el pescadero, con Manuela bebiendo los vientos por Germán o con Casilda invitando al mozo de la sastrería, Pablo, a "lo oscuro".
Por un lado, los señores del bloque pasan el día entre sus oficios y negocios, tertulias masculinas y ocio con sus respectivas mujeres. Estas, por su parte, combinan sus deberes como esposas con los ratos de charla -sobre vidas ajenas, principalmente- en alguno de sus hogares o sentadas frente a una golosa merienda en la chocolatería.
Mientras tanto, el servicio del edificio, ubicado en el altillo y la portería del mismo, sobrevive como puede con un pequeño jornal, entre los jaleos de sus señores y los suyos propios, que, en muchas ocasiones, no son tan fáciles de diferenciar.
Lo que parece un esquema sencillo, pero que en realidad está lleno de uniones e historias paralelas, es completado por los trabajadores de la ya mencionada chocolatería, lugar de encuentro por excelencia; y la sastrería, que se encarga de vestir y resaltar la alta clase de los vecinos que la rodean.
Historias de amor para todos los gustos
Sin duda, el elemento que más conexiones establece entre nuestros protagonistas es el amor, pues tenemos historias de todos los tipos y todas las edades. Como mencionamos, la serie gira en torno al romance entre Manuela y Germán, pero se trata de un amor imposible, ya que él pertenece a otra clase social y está casado con Cayetana, una fría y malévola mujer que está acostumbrada a que las cosas salgan como ella quiere.
Los amantes se conocen la noche en que Manuela, embarazada, huye junto a su madre de su marido maltratador, creyendo que lo han matado por accidente de un golpe en la cabeza. Debido a la situación, la joven da a luz a una niña en mitad del bosque cuando se dirigen a la ciudad, y necesita ser atendida por un médico. Su hermano, Pablo, ya vive y trabaja en una sastrería de allí, por lo que le lleva al doctor Germán, conocido en Acacias por su buena reputación.
El flechazo entre el médico y la paciente es instantáneo, pero cuando vuelven a verse, ya en Acacias, se dan cuenta de las numerosas barreras que tienen que superar.
Podemos afirmar que los amantes de los flechazos están de suerte con 'Acacias 38', pues algo parecido sucede entre Pablo y Leonor cuando se conocen. La joven, nacida en una familia de posibles, se propone enseñarle a leer, y enseguida nace la llama del amor entre los dos.
Sin embargo, también pertenecen a distintas clases sociales y, además, los padres de Leonor quieren obligarla a casarse con un joven adinerado, ya que la familia no se encuentra en su mejor momento económico.
Por otro lado, la dueña de la chocolatería, Juliana, está profundamente enamorada del sastre de la misma calle, Leandro, pero la madre de este siempre ha puesto impedimentos para que no lleguen a casarse, pues ella está viuda y quiere a su hijo para ella sola.
Los que sí están casados pero no paran de enfrentarse a obstáculos son Celia y Felipe. Él es conocido por sus infidelidades, aunque dice amar con locura a su mujer, y ella está obsesionada con tener hijos. Como vemos en la celebración de este capítulo número 100, consiguen ser padres de una niña, aunque sus problemas solo acaban de comenzar.
Pero no todos los amores son imposibles o complicados en Acacias. Grandes ejemplos de ello son Trini y Ramón, Rosina y Maximiliano, o los porteros, Paciencia y Servando. Tres parejas que con sus más y sus menos consiguen salir adelante y provocar muchas risas y ternura entre los espectadores.
Lo mejor de esta calle no solo es que los amores no paran de surgir y de transformarse, sino que siguen dando sorpresas día a día. Casilda, una de las criadas del altillo, bien puede dar cuenta de ello.
Amenazas tan graves como la propia muerte
Acacias sería una calle perfecta para vivir si no fuera porque grandes peligros acechan en cada esquina. Tampoco hay que cansarse buscando a los responsables de esto, pues casi todas las maldades nacen de la cabeza de Cayetana de la Serna, una mujer que, como bien avisa a todo el mundo, hace lo que sea menester para que las cosas salgan como ella quiere.
Esta elegante señora podría dar todos los detalles de cómo envenenó a su hija -y se le fue de las manos, debemos aclarar-, encargó el asesinato del doctor Espinosa a un sicario, o provocó el incendio de la chocolatería con la ayuda de su antigua institutriz, Úrsula.
Sin embargo, no podemos olvidarnos del primer personaje con malas intenciones que apareció ante los espectadores en 'Acacias 38': Justo. El marido de Manuela se dedicaba a propinarle a la joven duras palizas, aun estando en avanzado estado de gestación de su hija.
A otro nivel encontramos personajes como Felipe, cuya lujuria y deseo de libertad provocó que su mujer abortara, además de los daños psicológicos; y que una de las criadas más queridas, Herminia, decidiese suicidarse debido a sus acosos.
La propia madre de Manuela, Guadalupe, aún tiene remordimientos por haber obligado a su hija a casarse con Justo para obtener una buena posición social y vivir con riquezas, provocando el odio y el rencor de sus dos hijos, especialmente, de Pablo. Sin embargo, se dio cuenta de su error y sus acciones hasta ahora solo han buscado el bien de los suyos.
¿Llegará a ese punto algún día Cayetana? Lo dudamos mucho, pero, para asegurarnos, seguiremos atentos a lo que pasa en la calle Acacias, 38.