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Dakar: La gran familia

Dakar: la gran familia NOTICIA
PdD / Santi Riesco

La Pouponniere es una gran familia formada por 86 bebés huérfanos de madre. Está ubicado en el barrio más antiguo y popular de Dakar, en La Medina. El 5 de agosto cumplirá 60 años prestando servicio a los bebés y sus familias. Aquí reciben los cuidados y el cariño de un numeroso grupo de mujeres compuesto por religiosas, monitoras profesionales, voluntarias de las parroquias y alumnas del curso de puericultura. Es un hogar cuna regentado por las Misioneras Franciscanas de María. Los papás confían sus bebés a las hermanas para que los saquen adelante durante los primeros doce meses de vida. Desde hace más de 20 años la ONG de voluntarios la Iglesia española, Manos Unidas, colabora con esta misión.

Entre los pequeños hay también algunos casos de abandono. Niños a los que sus madres no pueden criar por muy diversas causas. Las autoridades senegalesas se encargan de buscarles, lo antes posible, una familia de adopción. Durante los 60 años de la Pouponniere han pasado por aquí 4.150 niños. Más de 3.500, es decir, un 85 por ciento, han regresado con sus padres al cumplir un año en el hogar cuna. Las adopciones por familias senegalesas o extranjeras, a lo largo de estos sesenta años, ascienden a 550. Esto significa que el porcentaje de bebés acogidos en este centro y dados en adopción ronda el doce por ciento.

Una de las condiciones del hogar es que los padres vengan, al menos, cada quince días para estar con sus hijos. Cuando son recién nacidos sólo dejan a dos personas con el bebé en una salita durante unos minutos. Cuando cumplen el primer mes, los papás, las tías, los abuelos y los hermanos vienen a pasar un par de horas con el bebé. Sobre todo para cogerle en brazos y cantarle. El tacto y el oído son muy importantes para el desarrollo afectivo y emocional de los niños.Cuando los pequeños cumplen doce meses regresan con sus familias.

Hasta los dos años el centro les proporciona leche pediátrica. Es un modo de realizar el seguimiento de los niños y comprobar que crecen adecuadamente.Después se ocupan de buscar familias que bequen a los más pobres con el fin de que puedan ir a la guardería y a la escuela.La Pouponniere se sostiene, principalmente, con financiación del gobierno senegalés.

Sor Justina llegó a Senegal, por primera vez, en 1973. Luego pasó por Burkina Faso, Níger y España. Hace casi veinte años que vive en Dakar y que trabaja con famlias y bebés al frente de la Pouponniere. Esta Franciscana Misionera de María completó sus estudios de enfermería antes de abrazar la vida religiosa. Conoció a las monjas en Madrid, en el Hospital San Francisco de Asís, cuando ya había cumplido los 21. Lleva más de 50 años en África trabajando como enfermera y matrona en distintos hospitales, centros de salud y maternidades. Justina va camino de cumplir los 79 y no se cansa de cambiar pañales, dar biberones y acunar a sus más de 80 hijos.

Internado

En el hogar María Goretti viven y se forman 51 chicas de entre 18 y 26 años. La mayoría de ellas no han podido terminar el equivalente a cuarto de la ESO. Hay algunas que, cuando llegan, ni siquiera saben leer y escribir. Las chicas compaginan las clases teóricas con las prácticas. Se dividen en dos grupos, de tal manera que cuando unas están aprendiendo inglés, francés, cálculo, desarrollo de la infancia, economía familiar, moral y urbanidad, las otras aprenden con la práctica puericultura, cocina, costura, bordado y tintura. Todo el profesorado está compuesto por voluntarios. Sin ellos sería imposible el sostenimiento del hogar.

La formación dura dos cursos completos. Al terminar reciben un diploma que, aunque no es oficial, tiene mucho prestigio en la sociedad senegalesa. El hogar María Goretti forma a las chicas jóvenes con un único propósito: romper el círculo de la pobreza. Estas jóvenes no tendrían otra salida que la de trabajar en el servicio doméstico, que limpiar casas o lavar ropa. Sin embargo, con los dos años de formación que reciben en el “foyer” pueden optar a otros empleos y a tener una vida más digna.