La casa del padre Theo
Hemos ido a Holanda para conocer el mundo de la emigración española e hispanoamericana y para ello visitamos la “Casa Migrante” que es la Casa Común de los emigrantes de lengua española, en Ámsterdam.En Holanda los hispanohablantes son más de 100.000. Después de los españoles los colectivos más numerosos son los colombianos, dominicanos, venezolanos y peruanos.
El alma de la “Casa Migrante” es el padre Theo Beusink, un carmelita holandés que vino a España a perfeccionar el idioma español y al vover a Holanda se interesó por los españoles que llegaban buscando una vida mejor. Empezó hace 54 años a ayudar a los emigrantes españoles y a sus 82 años sigue al pie del cañón. Corría el año1961 cuando el padre Theo, entonces con hábito de carmelita, paseando por una calle de Amsterdam escuchó a tres emigrantes hablando en castellano. Se acercó y después de charlar un rato con ellos, los españoles invitaron al padre Theo a pasar por el sótano donde vivían para dar cuenta del chorizo que la familia les había mandado por correo. El padre Theo puso el pan y el vino. Los españoles corrieron la voz de que habían encontrado un padre holandés que sabía castellano y estaba dispuesto a hacerles de intérprete y orientarlos en sus problemas personales y laborales. En Nochebuena pidieron al padre Theo que les celebrara la Misa de Gallo. Esta fue la primera misa en español que se celebraba en Ámsterdam.
En 1968 el padre Theo abrió en Ámsterdam la primera casa de acogida para emigrantes españoles e hispanohablantes, con cinco líneas de actuación: hospitalidad, ayuda, acción social, sentido crítico y acción pastoral. Y aunque en estos años se han producidos cambios de casa los objetivos siguen siendo los mismos en un lugar donde colaboran 60 voluntarios.
El padre Theo, es un activista de la solidaridad y defensor de los indefensos y, haciendo honor a su vocación de carmelita, es también un místico urbano. En Holanda el padre es una institución y en Ámsterdam, un personaje popular querido y respetado. España ha reconocido la ayuda prestada a los emigrantes españoles con la concesión de la Medalla de Isabel la Católica. Al recibir la medalla el padre Theo dijo: “Soy migrantista y moriré siendo migrantista”.