Camboya, sillas para la libertad
Los jesuitas entraron en Camboya en 1990 acompañando a los camboyanos que volvían de los campos de refugiados de Tailandia. entre los jesuitas estaba el asturiano Kike Figaredo, en la actualidad obispo de Battambang, conocido popularmente como "el obispo de las sillas de ruedas". Desde entonces, los jesuitas han llevado a cabo misiones de paz y reconciliación, han participado en la campaña internacional contra las minas antipersona y se han volcado con los discapacitados. Banteay Prieb es una muestra del trabajo de los jesuitas en Camboya.
El proyecto estrella de Banteay Prieb es el taller de fabricación de sillas de ruedas que, en 1993, pusieron en marcha Kike Figaredo y un grupo de voluntarios con ayuda de Manos Unidas. Los jesuitas, viendo a tanta gente inmovilizada porque en el país no había sillas de ruedas ni dinero para imprtarlas de fuera, optaron por fabricarlas ellos. Las sillas de Banteay Prieb han dado vida, libertad y dignidad a miles de discapacitados.
En el taller de sillas de ruedas trabajan 18 personas, todas discapacitadas. la producción es de 1.000 sillas al año y ya han salido del taller más de 22.000. El coste de fabricación de una silla es de 110 dólares pero a los dscapacitados no les cuesta nada poque el Servicio Jesuita en Camboya corre con los gastos. Los jesuitas han patentado las sillas con la marca "Silla Mekong". Su peculiaridad es que tienen tres ruedas. El modelo ha sido diseñado y perfeccionado por los propios discapacitaos en función de sus necesidades y tieniendo en cuenta las características del terreno por donde tienen que moverse. La "Silla Mekong" es ligera y sólo pesa 21 kilos.
Banteay Prieb da vida y esperanza a los discapacitados porque con las sillas de ruedas y las motos adaptadas se pueden mover sin demasiados problemas y superar muchas de sus limitaciones. En el taller se tunean las motos chinas para convertirlas en triciclos. Gracias a estos invntos, la autonomía personal y la integración social de los discapacitados víctimas de las minas antipersona van sobre ruedas.
Formación profesional
Además del taller de sillas, en Banteay Prieb, hay un Centro de Formación profesional con 120 alumnos discapacitados. El Centro comenzó con tres talleres y ahora hay siete: electrónica, mecánica, costura, carpintería, escultura, zapatería y agricultura. Son profesiones que abren horizontes de futuro a los discapacitados. Desde que se abrió el centro, en 1991, han pasado por él 1.600 discapacitados, la tercera parte mujeres.
Durante el curso los alumnos viven en casas del Centro. La estancia suele ser de un año que es lo que duran los cursos anunque en algunas especialidades es algo más. Hay 12 casas, ocho para chicos y cuatro para chicas, construidas con ayuda de Manos Unidas. En la parte baja viven los discapacitados que no pueden subir escaleras. Al frente de cada casa está un profesor del Centro. La convivencia en las casas forma parte del proceso de integración y normalización de los discapacitados en la sociedad.
Vivero
El vivero es un proyecto de reciente creación que se ha puesto en marcha con ayuda de Manos Unidas. Se trata de cultivar esquejes de árboles autóctonos para repoblar las zonas deforestadas por la guerra. De momento han plantado varios miles de árboles pero el objetivo es plantar 10.000 árboles al año en las comunidades campesinas que son las más interesadas en la protección de los bosques porque son una fuente de riqueza para ellas. El vivero hace de escuela-taller de agricultura para jóvenes discapacitados que ven en la agricultura una salida de futuro.