En la calle
En Barcelona hay casi 3.000 personas sin hogar. De ellas, novecientas duermen en la calle. Los “invisibles” están mimetizados con el paisaje urbano, como un banco, una farola o una papelera. Son quienes han hecho de la calle su casa, que no su hogar.
En el barrio del Raval, las Hijas de la Caridad comenzaron en 2012 lo que llaman “espacio de vínculos Rosalía Rendu”, en recuerdo de una conocida religiosa francesa que hace 200 años en París se ocupó de los más pobres. El proyecto está pensado para quienes llevan mucho tiempo en la calle y les ofrece, sencillamente, un lugar donde acudir y unas personas dispuestos a acogerles por si quieren recuperar vínculos para comenzar de nuevo.
En el origen del proyecto está la experiencia vital de la religiosa Mª Ángels Segalés. Vocacionada para atender a los más excluidos y que tras volver de varios años de misión en Filipinas, decidió compartir su vida con la gente sin hogar, tal y como suena. Ella vive en la calle desde hace 9 años.
Todas las noches del año, sin excepción, funciona este proyecto del que forman parte noventa voluntarios. En cada jornada, acuden seis que saldrán por parejas a las calles del centro de la ciudad. En el reportaje acompañamos a María Arrese, que es Hija de la Caridad, y a Sheila Santana, una joven educadora social que también dedica parte de su tiempo al proyecto.
También entramos en la obra social Santa Luisa de Marillac, instalada en plena Barceloneta, un proyecto de integración pensado para personas en situación de exclusión social y sin hogar. Esta iniciativa cuenta con un servicio de residencia temporal para quienes necesitan un periodo de recuperación o convalecencia, tras haber pasado por una fase aguda de enfermedad, posoperatorio o accidente.