"Las huellas del crimen" en La España de Víctor Ros
- La identificación por huella dactilar se usó por primera vez en Argentina
- Esta noche, a las 23.45 h, en La 1 y RTVE.es
La pobreza y el hacinamiento en las ciudades del siglo XIX, llevó a muchos a convertirse en delincuentes. La mayoría, pequeños delincuentes, ya fuera por el tipo de delitos, de poca monta, o porque eran adolescentes y hasta niños. Estos delincuentes robaban, amenazaban con navajas, se hacían armas con pedazos de metal o botellas rotas, y escondían sus escasos botines para que sus mismos “compañeros” no se los quitaran.
Proliferaban también carteristas y timadores, y otros delincuentes más peligrosos, que hacía de las ciudades, sobre todo por las noches, lugares poco recomendables para caminar solo.
El crimen de Fuencarral, uno de los más sonados del siglo XIX
Uno de los asesinatos más sonados del siglo XIX fue el que la prensa bautizó como “crimen de Fuencarral”. La prensa se hizo tanto eco y lo siguió de un modo tan puntual, que este crimen acabó movilizando a la población, dividida según quién pensara cada uno que había sido el verdadero asesino: la criada de la señora muerta o el hijo de la víctima, un joven bala perdida.
Yendo aún más lejos en la escalada del crimen, los anarquistas asesinaron a varios presidentes. No siempre fueron ellos los responsables, pero cuatro jefes de gobierno resultaron muertos en atentado en un periodo de 50 años, a los que hay que sumar, mucho después, el asesinato del almirante Carrero Blanco por parte de ETA. Una cifra de cinco, en total, que supera a la de los presidentes de Estados Unidos asesinados.
Surgen novedades científicas como la identificación por huella dactilar
Pero, al mismo tiempo que los delitos aumentaban, surgían nuevos sistemas científicos que ayudaron a la policía a resolver crímenes. Sobre todo, la identificación por huella dactilar, usada por primera vez en Argentina en los últimos años del siglo XIX. Con este avance, la policía científica daba sus primeros grandes pasos. Pero no los únicos, ya que el estudio de los huesos permitió determinar la forma de vida y la causa de muerte de muchas personas que, poco antes, se hubieran enterrado sin una investigación. La grafología surgió también en esa época, tanto para verificar falsificaciones como para autentificar documentos, lo que llevó a más de un delincuente a la cárcel.
La misma causa del delito, el hacinamiento y la pobreza, era responsable de muchas enfermedades. Las tuberías de plomo, la alimentación insalubre, la escasez de las clases desfavorecidas, la carencia de antibióticos, llevó a muchos prematuramente a la tumba, aunque los médicos se esforzaban por mejorar la vida y evitar la muerte.