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La isla de Lanzarote la isla recibe a Ana Duato con 'Abrazos de mar y de volcanes'

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Un país para comérselo - Lanzarote. Abrazos de mar y de volcanes

Ana llega a Lanzarote con el objetivo de participar en una carrera organizada para apoyar la preservación de uno de los paisajes más singulares del mundo: el de la comarca de La Geria, una  zona de tradición vitivinícola desde hace siglos, donde todavía se cultivan variedades como la malvasía.

Después de un entrenamiento con el atleta olímpico Carlos Hernández, Ana se encuentra con una de las personas que mejor conocen la cultura de la isla: Juan Brito, un artista y folklorista  autodidacta  nacido en una familia campesina y que  viaja con Ana hasta el Jable, la despensa de la isla, para enseñarle cómo el hombre ha conseguido el milagro de cultivar en una tierra donde las lluvias son tan escasas como deseadas.

En la isla de la Graciosa, Ana se sube a una embarcación artesanal para salir a pescar la vieja, y luego la prepara en sancocho. 

El mar es también el origen de la sal, que se produce en las salinas de Janubio, pero que también se puede encontrar  entre las rocas: a lomos de un burro, Ana se dirige en la costa de Tinajo a recoger la tan preciada sal de charco.

En los acantilados de Famara, los vientos crean las mejores condiciones para practicar deportes de viento, como el surf, y en un restaurante de la playa, Ana prepara unos deliciosos chips de morena y batata fritos. El viaje tiene otra parada en una de las fincas donde se cría el cochino negro, una raza autóctona , y donde se elabora queso con leche de cabra.

De vuelta al mar, Ana se sumerge para descubrir los tesoros que Lanzarote guarda en sus fondos marinos, y con la familia Olivero, todos marineros, hace una salida para pescar la tan preciada gamba de la Santa.