San Agustín renace en Belén

En la orilla sur de la desembocadura del Amazonas se levantan los rascacielos de Belén, capital del estado de Pará. La ciudad, fundada en 1616 por los portugueses, está estratégicamente ubicada para controlar la navegación en la zona y evitar posibles invasiones extranjeras. Hoy es la puerta de acceso a la Amazonía y al norte de Brasil. Su población supera los dos millones de habitantes. Se trata de la capital de un estado brasileño cuya extensión equivale a dos Españas y media. El padre Rabanal es el director, gestor, animador, coordinador y alma mater de esta obra social. Junto a él un ejército de 103 voluntarios que dedican su tiempo a mejorar la calidad de vida de los que menos tienen. Acompañamos a las trabajadoras sociales en una de sus habituales visitas domiciliarias. Para entrar en las casas de las familias es muy importante el papel de los líderes cristianos. Ellos son los que mejor conocen a los vecinos de su área y los que facilitan a las trabajadoras sociales el acceso a las viviendas. La parroquia cuenta con cinco comunidades cristianas dirigidas por laicos comprometidos. Este trabajo de campo servirá para conocer mejor la realidad y poder afrontarla adecuadamente.

Haren Alde

Haren Alde es la ong de los agustinos recoletos. Son dos palabras en euskera que significan “en favor de”. El trabajo de los voluntarios de la organización en Belén está íntimamente relacionado con el centro social de la parroquia. Aquí se reúnen todos los meses las familias beneficiarias con los voluntarios de la ong. Intercambian información, comparten un momento de espiritualidad y se reparten algunas cestas con productos básicos para el hogar. Haren Alde tiene una doble presencia en el mundo. En los países ricos capta recursos y en los empobrecidos desarrolla proyectos. En el caso de Brasil la presencia es mixta. Estamos hablando de la sexta potencia económica mundial, sin embargo, aún hay fuertes desigualdades entre grupos sociales y regiones dentro del mismo país. Durante el último año, Haren Alde se ha ocupado especialmente de los más pequeños. En el barrio existe un censo de familias vulnerables con niños que presentan síntomas de desnutrición. La ong está atendiendo a cien, pero tienen en lista de espera a otros 45. La atención de la infancia por parte de la ong es integral. Los distintos proyectos liderados por Haren Alde están relacionados con el mundo educativo, con la salud y, sobre todo, con el apoyo a las familias de los pequeños.

Formación y salud

Cada año se ofertan una treintena de cursos diferentes. Todos ellos tienen validez oficial. Los alumnos reciben un diploma al terminar su formación. Los cursos que se imparten en el centro social San Agustín tienen muy buena imagen y una gran aceptación entre los empresarios del Pará.La atención sanitaria es, junto con la formación, otro de los pilares en los que se sostiene el centro de acción social.

En el barrio no existe ningún puesto de salud y cuando un vecino necesita que le vea un médico se tiene que desplazar a los barrios de Terra Firme o Guamá, lejos de aquí.

A lo largo del último año 6.300 personas han pasado por alguna de las nueve especialidades de este centro de salud para personas sin recursos.

Las especialidades de odontología, fisioterapia y medicina general han sido las más demandadas, seguidas de ginecología, pediatría y psicología.

Sólo en las consultas de fisioterapia se atendieron en el último año más de 2.000 pacientes.

El centro también tiene especialistas en nutrición, fonoaudiología y terapia ocupacional.

A día de hoy el Centro Social San Agustín tiene registradas más de 12.000 tarjetas sanitarias de personas sin recursos que utilizan este servicio. Los nueve médicos que pasan consulta son profesores de distintas universidades del estado de Pará. Junto a ellos, un nutrido grupo de alumnos hacen sus prácticas gracias al convenio de los agustinos recoletos con estos centros de estudios superiores.

Sólo arte

El proyecto “Sólo Arte” es la guinda de este pastel solidario al servicio de los más pobres. Desde el año 2004, y siguiendo el carisma de los agustinos recoletos, un grupo de jóvenes de la parroquia pusieron en marcha esta idea de evangelizar por medio del arte. Los sábados por la mañana un grupo de 115 niñas y adolescentes participan en las diferentes actividades organizadas por los 23 voluntarios de “Sólo Arte”.

Para mantener todas estas actividades las familias colaboran con una cuota simbólica de cuatro reales al mes. Al cambio poco más de un euro. Las actividades de “Sólo Arte” abarcan la evangelización, el refuerzo escolar y la nutrición. Pero lo más sorprendente es que todos los talleres se articulen en torno a una disciplina que se asocia con las clases sociales más acomodadas. La danza está presente en todas las culturas. Cuerpo, mente y alma se funden completamente en esta disciplina. El baile favorece que las niñas tomen conciencia de sus capacidades a través de los movimientos de su cuerpo.

Con un poco de formación pueden llegar a convertirlo en un instrumento con el que expresarse y relacionarse con el mundo. “Sólo Arte” ha conseguido que algunas de las niñas alcancen un nivel tan alto como para vivir de a la danza. El cuadro de bailarinas actúa en algunos de los más importantes escenarios del estado de Pará.

En la desembocadura del Amazonas, en un rincón de la ciudad de Belén, en el barrio de Canudos, las niñas y adolescentes lo tenían más difícil antes de que llegara el ballet. “Sólo Arte” ha convertido el baile clásico en un arma de futuro contra la pobreza y la falta de oportunidades en este rincón de Brasil.