El pintor Antonio López imparte un taller de realismo en Almería
Al cruzar el umbral de la sala catorce, descubrimos un gigantesco taller de pintura donde el bullicio y el color comparten protagonismo. En un lateral encontramos al maestro conversando con una de las alumnas.
Calabazas, sandías, cebollas o naranjas componen los distintos bodegones de la sala que cada pintor plasma en su lienzo con su sello personal al igual que la modelo.
Nadie es novel con los pinceles y eso se nota, casi cien solicitudes llegadas de todo el mundo se presentaron y sólo 36 han podido acudir a esta cita en la que durante una semana, pintan de la mañana a la noche porque la prueba final será exhibir su obra.
Entre tanto, aquí siguen hablando del caos del arte contemporáneo, de líneas de fuga y de sus cosas, porque entre ellos, se entienden.