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'Cisco', la historia de un hombre que perdió la Guerra Civil pero no renunció a sus ideales

  • Josep Salvia lleva al cómic la vida de Francesc Reig, que combatió en el bando republicano
  • "Me emocionaba contar su historia porque en breve no quedará gente que viviera la Guerra Civil", asegura

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Viñeta de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'
Viñeta de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Cisco (Francesc Reig) combatió en la Batalla de Belchite, en Teruel, y acabó la Guerra Civil en el frente aragonés. Fue encarcelado y sufrió por defender sus ideales republicanos, pero nunca renunció a ellos. Actualmente tiene 103 años y el dibujante Josep Salvia, nos cuenta su historia en Cisco. Una guerra, un país, un hombre (Panini).

“Cisco –asegura Josep- era el mejor amigo de Llorenç, el abuelo de mi mujer ya fallecido. En casa de mis suegros se contaban anécdotas y vivencias de Cisco durante la República, guerra civil y prisión. El período de la guerra civil siempre me ha parecido muy interesante y sentía que tenía el deber de no dejar escapar la oportunidad de poder hablar con un hombre que militó en el P.O.U.M. (Partido obrero de unificación marxista) y por su avanzada edad, no quería ni imaginar cuantas historias se podrían perder con él”.

“Aunque ahora Cisco se ha debilitado un poco –nos comenta el dibujante-, hasta hace poco aún se le podía ver en su bicicleta por el pueblo. Pero su lucidez es asombrosa. Vive en Torregrossa (LLeida) y es totalmente autónomo: cocina todos los días para él y de vez en cuando también para su familia”.

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

“En sus ojos hay cien batallas”

En el libro, Josep resume la vida de Cisco, destacando algunos momentos fundamentales de la misma: “El 14 de abril de 1931 –asegura Josep- subió al campanario de la iglesia de su pueblo y colgó la tricolor en lo más alto. Vivió la Revolución de octubre del 34, participó en las batallas de Belchite y Teruel, entre otras. Protagonizó alguna que otra escaramuza en el frente y sufrió los bombardeos de Lleida”.

Historias que gracias a este cómic ya no se perderán como tantas y tantas otras. El joven autor destaca que “Cisco es pura emoción contenida. Sabe qué debe decir y qué guardarse. Pero claro, su mirada habla sin necesidad de palabras. Tal y como digo yo, en sus ojos hay cien batallas aún vivas. Cisco no guarda rencor. Solo un cierto sentimiento de frustración al no haber podido vencer a Franco”.

Cisco (Francesc Reig) con Josep Salvia
Cisco (Francesc Reig) con Josep Salvia

Cisco (Francesc Reig) con Josep Salvia

Tras la guerra, Cisco tampoco lo tuvo fácil, no olvidemos que fue uno de tantos millones de perdedores que sufrieron la humillación de los vencedores. Incluso estuvo preso en la Cárcel Modelo de Barcelona, de la que salió en 1945. “Cisco –nos cuenta Josep- estuvo en un campo provisional de prisioneros del que salió por la puerta principal alegando enfermedad y volvió a su pueblo dónde lo detuvieron por pertenecer al POUM y las tan temidas denuncias falsa de vecinos”.

“En plena guerra –continúa el autor- supo que vecinos suyos de derechas escondían a familiares de las milicias y el ejército, pero él no los denunció. Eso le sirvió para que retiraran las acusaciones sobre él, su padre y su hermano, todos encarcelados. Pero Cisco y otros amigos suyos sufrieron la humillación de los vencidos durante el franquismo”.

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'
Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

“En breve no quedará nadie de los que vivieron la Guerra Civil”

Aparte de Cisco, en el cómic aparecen otros muchos personajes, muchos de ellos históricos. “Me fascina el personaje de La Princesa –afirma Josep- Una supuesta princesa (así la llamaban) que vino a España escapando de la revolución rusa. No se sabe muy bien si se trataba de la mujer de un príncipe o de algún alto funcionario de la corte del Zar que asesinaron cuando la revolución y ella huyó hasta llegar a España. Se asentó en Torregrossa, el pueblo de Cisco y su casa era una especie de sala de fiestas dónde la gente de izquierdas iba a pasar el rato”.

Josep Salvia se declara ferviente defensor de la Memoria Histórica: “Las nuevas generaciones no suelen preguntar a los abuelos sobre esos tiempos. Cuando uno se empieza a interesar por la guerra civil, ya es bastante complicado conseguir información de nuestra gente mayor, porque en muchos casos, no quieren hablar de ello”.

“Pero hoy en día –continúa-, si no lo contamos los que tenemos algún medio para hacerlo, en breve ya no quedará nadie. Cisco es una excepción. Era mi deber aprovecharlo y me emocionaba tener la oportunidad de hablar con un antiguo miembro del POUM”.

Viñetas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Viñetas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Una cuidada documentación

Además de contarle sus vivencias, Cisco también ha proporcionado a Josep muchas fotografías suyas de la época: “Cisco era de los pocos que tenía cámara en esos tiempos –asegura el dibujante- y un álbum fotográfico bastante extenso. Como también es un tema que me interesa, llevo años documentándome a base de lecturas, películas, documentales, fotografías...

“Pero con el cómic –añade el dibujante- he querido dar un poco más de rienda suelta a la imaginación, a la creatividad, y no centrarme únicamente en la historia. No pretendía hacer una guía histórica sobre la guerra civil sino algo más parecido a un libro de aventuras".

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Páginas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

“Me apasionaba la idea de recrear la Guerra Civil”

Destaca el cuidado por los detalles y la recreación de todo lo relacionado con la Guerra Civil: “Como me gusta el cine bélico –afirma Josep- me apasionaba la idea de recrear la guerra civil española con la influencia del cine bélico y la narrativa cinematográfica actual. Mi estilo de dibujo no está pensado para esta obra en particular. Es la evolución creativa que me ha llevado hasta aquí”.

Además ha elegido el blanco y negro porque: “Me siento muy cómodo con el blanco y negro. Tengo que admitir que no se me da bien pintar, o al menos eso creo yo. Pinté la portada de Cisco, como también me atrevo con algún encargo puntual, pero un cómic tiene que mantener un nivel de coloreado acorde con cada página, que acompañe la narrativa y haga que la historia cobre sentido. Colorear un cómic tiene que ser para sumar, no para restar”.

Viñetas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Viñetas de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Visualmente, Josep asegura que los carteles de la época sólo le han influido “En el terreno emocional. No le veo similitud con el estilo de dibujo, pero seguramente me habrán influenciado de forma inconsciente”.

En cuanto a sus proyectos, Josep sigue interesado en la Guerra Civil no caiga en el olvido: “Hace cinco años me inicié en el mundo del cómic y estuve a punto de publicar un tebeo biográfico sobre las aventuras de mi familia durante la guerra civil. Después de mucho trabajo, este no salió y puede ser que este año o el próximo publique una secuela o versión modificada sobre esa historia con ciertas pinceladas autobiográficas, aventuras y humor. Ya hay varias editoriales interesadas en el libro y tengo que acabar de perfilar la historia. A parte, tengo guardadas en el cajón varias ideas muy interesantes que poco a poco voy moldeando”.

Portada y página de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'

Portada y página de 'Cisco. Una guerra, un país, un hombre'