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Luis Mateo Díez: "'Vicisitudes' ha ido creciendo conmigo"

  • El escritor también ha situado esta historia en Celama, su mundo imaginario
  • Una novela que relata las historias cruciales de casi 300 personajes

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Las mañanas de RNE - Luis Mateo Díez: "'Vicisitudes' ha ido creciendo conmigo"

A la señora Cabeza sus nietos la llaman Ita, diminutivo cariñoso de abuelita. Vive en Celama, un territorio literario compuesto por las localidades de Solba, Celesta, Armenta, Doza y Balma, el mundo imaginario que Luis Mateo Díez ha creado para contar las Vicisitudes de los cerca de 300 personajes de su última novela. "Hay un secreto, cuando te adentras en Celama te das cuenta de que es una cosa bastante inquietante, están todos muertos", ha asegurado en Las mañanas de RNE.

Celama está en un paraíso extinguido y en algún punto de la imaginación y del pasado, según ha explicado el autor, "un sitio al que puedo ir cuando quiera pero del que nadie puede venir". El escritor lleva 30 años situando en este lugar sus historias pero "en los universos imaginarios las voces no tienen ningún tipo de connotación costumbrista son un poco abstractas, tienen un sonido muy crucial y sustantivo y si fuera pedante diría que hasta un poco metafísico".

85 capítulos y días que parecen una vida

A sus 75 años, el miembro de la RAE, Premio Nacional de Literatura y Premio de la Crítica en varias ocasiones, ha escrito 85 capítulos de una novela "de llegada", como él la denomina, "porque no la podía haber escrito cuando empecé ni hace 20 años. Todo ese universo que yo me he inventado en el que hay tantas historias, tantos personajes, tantas emociones y tantos sentimientos requiere que uno lo vaya elaborando en el tiempo, ha ido creciendo conmigo".

"Hay días que parecen una vida, haciendo un esfuerzo todos podemos recordar alguno de ellos", ha asegurado Mateo Díez, "días en los que pasó algo (...) y de eso trata el libro, esas son las vicisitudes, intentar contar de muchísimos personajes esos momentos, circunstancias, días, emociones o pensamientos que son cruciales, que dirían yo soy el que fui en ese momento".

Se trata de un libro con mucho sentido del humor "porque sin el humor estamos perdidos" que no tiene una trama explícita "pero el lector según la va leyendo se va dando cuenta de que pertenece a una materia común".