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Tutoriales de crecimiento personal o cómo cambiar tu vida desde el sofá

  • Internet está lleno de videos sobre cómo ser más productivo, crear un hábito de lectura, organizar mejor tu rutina o desengancharte de las redes sociales. Pero, ¿es posible cambiar nuestra relación con las pantallas a través de ellas?

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Tutoriales de crecimiento personal o cómo cambiar tu vida desde el sofá

Después de varios meses sin Instagram, pensé que sería interesante escribir un artículo sobre mi experiencia. Sobre cómo yo, al igual que tú, también era un pobre adicto a las redes. Escribiría sobre todos los intentos previos a la desconexión definitiva, sobre los motivos que me han llevado a tomar la decisión y los obstáculos que encontré, sobre las ventajas y desventajas de no tener Instagram y todos los aprendizajes vitales que surgen cuando te desconectas de Matrix. Entonces, cuando pensaba en un título como “Lo que he aprendido al dejar Instagram” o “Cómo salir de Instagram y sobrevivir en el intento”, me sentí inmediatamente como un impostor que vende libros de autoayuda para sacarle los cuartos a gente desesperada por cambiar su vida.

El crecimiento personal es una estafa piramidal que necesita alimentarse del asombro y la admiración del resto de los mortales para sentir que tu transformación es real. Aunque el género de autoayuda sea una fábrica de best sellers para un público desorientado que necesita una guía en forma de libro, nuestra generación no siente ningún interés por los contenidos de superación personal tradicionales y es más de ponerse un video de “lo-fi chill beats for studying or sleep” si necesita dormir o estudiar.

Crecimiento personal en streaming

Molo Cebrián es el creador y presentador de Entiende Tu Mente, el podcast más escuchado de psicología en español. Para él, se está produciendo un cambio de paradigma en el campo de la divulgación psicológica que avanza hacia un enfoque más objetivo y menos simplista. “Aunque siempre ha habido gurús de la felicidad, en las dos últimas décadas ha habido un boom de “ayudadores”, pero el problema es que para ayudar a los demás siempre buscan el camino más corto. Cuando tenemos poco conocimiento sobre una disciplina pensamos que sabemos un montón, lo que se conoce como el efecto Dunning-Kruger. Se pone de moda la inteligencia emocional, técnicas de coaching, hablar de psicología y salud mental y personas con una formación de 3 o 6 meses creen que lo saben todo. Hemos vivido unos tiempos en el que un gran porcentaje de la literatura de coaching y conversaciones de cuñados en charlas sobre salud mental han sido bastante poco sanas, pero me alegra que estemos yendo hacia el campo de la objetividad y la ciencia”.

Los videos de estos “ayudadores”, mesías de la vida sana que vienen a liberarnos de nuestros malos hábitos, son puro clickbait (pero del bueno). ¿Cómo no voy a ver un video sobre “cómo mejorar mi día a día con 7 sencillos trucos? No solo llaman nuestra atención y nos hacen sentir la necesidad de abrirlos, sino que efectivamente prometen lo que cumplen y nos explican todas las cosas que estamos haciendo mal, provocando un efecto contradictorio entre la culpa por descubrir que somos unos humanos sumamente idiotizados y la emoción de aprender algo con lo que podemos entender mejor nuestra mente. “Creo que está súper bien tener diferentes herramientas que nos puedan ayudar a poner en práctica los objetivos que tengamos, pero tenemos que identificar cuál es realmente nuestro objetivo, el que va con nuestras motivaciones reales y saber cuándo nos estamos marcando objetivos ajenos, como por ejemplo tener un cuerpo 10”, afirma Molo. “Cada persona tiene sus circunstancias, su entorno, sus capacidades, sus recursos, su cuenta corriente… no podemos compararnos. Hay que rebajar el nivel de tensión y de culpa cuando intentamos seguir los pasos de otra persona y no lo conseguimos: puede que su método no sea útil para ti”.

Como persona curiosa que soy, gracias a estos contenidos de crecimiento personal he aprendido un montón de cosas que antes no sabía y que de otra forma no hubiera conocido. Con cada artículo, podcast o video descubría un mundo al aprender cómo el alcohol afecta a la calidad del sueño, cómo las redes destruyen nuestro sistema de dopamina o los efectos secundarios de la cafeína. Pero el algoritmo de la plataforma se encarga de que este sea el único contenido que me recomiende y, antes de darme cuenta, noté que a pesar de haber dejado Instagram mi tiempo de uso de pantallas no se había reducido al haberlo cambiado por el consumo casi compulsivo de este tipo de contenidos. Paradójicamente, el contenido sobre cómo cambiar tu vida se convierte en un estilo de vida. Porque el problema no es el mensaje, sino el medio: a las redes no les importa si el contenido que te interesa está relacionado con desengancharte de ellas, ya que mientras confíes en las mismas para tratar tu adicción seguirás bajo su control de la misma forma en la que un camello haría terapia de rehabilitación con sus clientes.

El saber de Internet

Según Molo, la gran mayoría de las personas que estén leyendo este artículo, se asustarán si miran en su móvil el número de horas que han pasado mirando la pantalla. “Este sería un buen uso de la tecnología: usarla para darnos cuenta de cómo la utilizamos. Bien usada, la tecnología nos permite encontrar soluciones para muchas cosas, incluido el cómo tener una mejor relación con las pantallas. Mal usada, nos lleva a todo lo contrario”. Si, como yo, te has visto a las 4 de la madrugada buscando en YouTube buscando trucos para dormir, sabrás que no funciona. Para ponerle fin a años de malos hábitos se requiere una revisión de todas tus dinámicas vitales y un trabajo a largo plazo, algo que normalmente no estamos dispuestos a hacer. En cambio, un simple video de YouTube puede darnos una satisfacción instantánea, ya que la persona detrás del tutorial de turno nos hace sentir que si ella puede nosotros también, que lo primero es reconocerlo y que, al menos, tenemos la intención.

Después de meses viendo videos como “Ayuno de dopamina: resetea tu cerebro en 24 horas”, “5 consejos para dormir rápido y bien” o “Pruebo la Rutina Diaria de Albert Einstein (Te sorprenderá)”, sí que he logrado cambiar ciertos aspectos de mi vida como poner a cargar el móvil lejos de mi cama por la noche y no mirarlo al despertar, estirar al levantarme, dejar el café o poner el agua muy fría antes de salir de la ducha. Pero, ¿por qué estos conocimientos tan básicos para un mejor funcionamiento de nuestro cerebro solo están al alcance de quienes pasan horas en ese submundo de YouTube y no son algo accesible para todos? ¿Los coaches y creadores de contenido de crecimiento personal son un grupo de iluminados que nos intenta vender la moto o son la única forma que tenemos de acceder a un conocimiento realmente valioso?

Vivir de la forma más correcta para nuestro sistema a nivel biológico es una ciencia realmente compleja que no se promueve ni enseña, que no tiene una sola fórmula matemática y que los estilos de vida actuales basados en una rutina asfixiante, entre el hiperconsumo y el trabajo, hacen que cada vez sea más difícil. Si hubiera escrito este artículo sobre cómo, desde que dejé Instagram, ahora leo a diario o voy por la calle sonriendo a la gente como si viviera en un anuncio de vitaminas, seguramente tendrías una visión más sobre un cambio de hábitos, pero luego seguirías scrolleando como si nada. Leerías todo esto y una parte de tí sentiría la motivación por conocer la experiencia del que ha pasado al otro lado, pero la otra mitad sentiría la frustración de ser incapaz de seguir todos esos pasos. La misma sensación agridulce cuando al salir del cine sientes un poquito de la energía de ese protagonista como tuya pero al llegar a casa ya se ha disipado y vuelves a ser un mero actor secundario. Mientras sigamos pensando sobre nuestros fallos simplemente con intenciones reformistas individuales que perfeccionen nuestras habilidades y rutinas, no lograremos cambiar de raíz un sistema que es cada vez más exigente y alejado de nuestras necesidades como humanos. Pero mientras tanto, “lee este artículo que cambiará la forma en la que cambias tu vida”.