Enlaces accesibilidad
GEN Z TOPICS

Cuando perder la regla no es solo un tema ginecológico, también de salud física y mental

  • La amenorrea (ausencia de menstruación) afecta cada vez a más mujeres en el mundo
  • Descubrimos las principales causas y consecuencias de este trastorno gracias a Xusa Sanz, enfermera en ginecología y nutricionista

Por
Amenorrea o ausencia de menstruación
Amenorrea o ausencia de menstruación

Esta es la historia de una chica de provincias que con 18 años llega a Madrid llena de energía, ilusión y nuevos proyectos. También la de otra chica, que bien entrada en la treintena se ve desbordada por un trabajo motivador a la par que estresante. Y la de otra, que con casi cuarenta se enfrenta cada día a la difícil labor de conciliar su vida laboral, familiar y ociosa. La de una deportista de élite, que con 17 años sus huesos le dicen basta y le obligan a parar. En resumen, es la historia de todas esas mujeres, que cada día son más, a las que su menstruación dijo adiós, al menos momentáneamente.

Todas ellas tienen algo en común, un trastorno cuyo nombre científico es amenorrea hipotalámica. “Se da cuando hay algo que está produciendo que tu cuerpo decida que no menstrúes. Es la consecuencia de otro problema, que suelen ser uno o varios factores estresantes”, afirma Xusa Sanz como enfermera en ginecología y nutricionista. “Es un trastorno adaptativo. El cuerpo se está adaptando a un período en el que no tiene las herramientas necesarias o no es el momento de activar el eje de la reproducción. Puede ser por falta de energía o por otro tipo de estresor.”

En el caso de la chica de 18 años, acostumbrada a los buenos potajes de su madre, un cambio radical de alimentación y un ritmo de vida frenético alentado por ese sentimiento de ser nueva en la ciudad y no querer perderse nada, pudo ser la causa de su amenorrea. En el de la chica de más de 30 años puede que las sobrecargas laborales, junto a la presión social de estar siempre “perfecta” y aproximarse a cánones estéticos tan inalcanzables como el 90-60-90, fuesen el detonante de su pérdida.

Después estaría el caso de la deportista de élite, algo más conocido, y es que según explica Xusa: "una amenorrea puede derivar en otros problemas de salud, como la osteoporosis, ya que el déficit de estrógenos provoca una pérdida de la densidad ósea. Fue muy sonado el caso de una atleta que con 17 años no tenía regla, nadie le dijo que esto era importante, ni siquiera los propios médicos deportivos, y nadando se rompió un pie. Entonces claro, vieron que tenía los huesos como una esponja”.

"El principal problema es que la regla no se considera como un signo de salud"

Hay un gran desconocimiento en torno a la amenorrea. “Primero por parte del usuario y luego por parte del profesional”, subraya Xusa. En sí es ausencia de menstruación, pero detrás de este trastorno, que podría parecer leve, se encuentran muchos factores y muchas consecuencias no tan leves. Según detalla la enfermera y experta en nutrición, el origen siempre es uno o varios factores estresantes. Estos pueden ser desde una mala alimentación, deporte en exceso, hasta la muerte de un familiar o una sobrecarga laboral, entre otros.

Pero, ¿qué suele ocurrir? Pues que es algo que en general no preocupa, hasta que una se ve afectada. Cuando una mujer pierde la menstruación, o bien piensa que está embarazada, o si se prolonga en el tiempo y ya ha descartado el embarazo, acude al ginecólogo preocupada para ver qué está pasando. Llegadas a este punto, suelen pasar dos cosas: te hacen un par de preguntas, llegan a la conclusión de que es estrés y ya se te pasará, o te recetan la píldora anticonceptiva para tratar de regular tu regla.

Como bien señala Xusa: “Aquí el problema es considerar que no hay un problema. Es decir, la amenorrea es: "tranquila, que es estrés y ya está". No, la amenorrea entra dentro de un conjunto de cosas. Puedes identificar que algo no va bien porque de repente la regla no te baja, pero en realidad están pasando más cosas. Estás perdiendo masa ósea, afecta al sistema muscular, incluso a nivel emocional. Además, estás más cansada, hay una hipofunción gástrica, tu estómago deja de funcionar bien, y a veces incluso puedes tener hipotiroidismo”.

De manera que la píldora está sirviendo solo como un parche. “Tenemos que revertir la causa que lo está produciendo para evitar el resto de efectos secundarios. La píldora ni cubre toda la cantidad de estrógenos que tú estás dejando de producir, ni soluciona el problema. Porque si yo no suprimo ese estresor, ya sea energético o emocional, no se va a solucionar el problema. Es un tema nutricional, psicológico y a veces una mezcla de ambos”, señala con preocupación Xusa, pues en los últimos años no deja de recibir en su consulta a pacientes con el mismo problema.

Lo que a ella le preocupa es que ahora mismo la amenorrea “no es algo exclusivo de anoréxicas y deportistas”, sino que cada vez afecta a más mujeres con aparentemente un estado de salud normal. Entonces, ¿qué ha cambiado?

Como bien señalaba un artículo publicado por The Guardian el pasado 6 de enero: “un número cada vez mayor de mujeres pierden la menstruación porque siguen una tendencia en las redes sociales de dietas restrictivas y ejercicio excesivo.” Lo que está ocurriendo es que muchas mujeres, a pesar seguir una dieta equilibrada, al quemar muchas más calorías de las que ingieren durante un tiempo prolongado, están dejando a su cuerpo en déficit energético. “Es decir, si consumes 1.500 calorías de buenos alimentos, pero gastas 2.000, le debes a tu metabolismo 500 calorías”, ejemplifica Xusa, que continúa diciendo: “ahora parece que, si no haces CrossFit, maratones o triatlon y lo subes a stories, no eres una persona sana. Cuando realmente el deporte de alto rendimiento es de todo menos sano.

Aparte de esta moda instaurada alrededor del ejercicio físico desmesurado y el culto al cuerpo, está el tema de la autoexigencia. “Las personas con amenorrea suelen ser mujeres con un perfil característico a nivel psicológico: se preocupan mucho, controlan mucho, tienen muchas inseguridades... Todas estas cosas, son estresores que recibe su cerebro. Además, después reciben mensajes constantes del exterior: que si los carbohidratos son malos, que si tienes que entrenar en ayunas... Venga, más mensajes de estrés. Entonces tu cuerpo dice: ‘hasta luego’".

“Luego la lívido se pierde por la falta de estrógenos. Me lo dicen mucho en la consulta: "no tengo flujo, no tengo ganas..." Normal, es que estás en hipofunción toda tú. Estás en modo avión porque tu cuerpo está intentando sobrevivir. Por no hablar de las mujeres que no pueden revertir la amenorrea y que están en terapia hormonal sustitutiva, es decir una especie de menopausia”, advierte la enfermera.

Al final la presión social impacta sobre la salud de muchas mujeres en forma de amenorrea, cuando ellas piensan o quieren pensar que lo están haciendo todo bien. “Una de las cosas que me suelen decir en mi consulta es: "Yo no sé porque estoy en amenorrea, si lo hago todo bien". ¿Qué es hacerlo todo bien? ¿Entrenar en ayunas, hacer todos los retos, las dietas restrictivas, el caldo de huesos, el detox, los batidos, el miedo a los carbohidratos...? Tienen una relación súper disfuncional con la comida. Eso te hace pensar que no lo están haciendo todo bien”, alerta la nutricionista. A la vez destaca que esta ausencia total de carbohidratos en la dieta, unido a entrenamientos brutales, suele desencadenar en amenorrea.

A nivel médico, también hay mucho desconocimiento y además faltan estadísticas y estudios fiables. Por ejemplo, es muy habitual que la amenorrea se confunda con el síndrome del ovario poliquístico. “Porque la imagen cuando haces una ecografía es compatible con la del ovario poliquístico. Entonces, si yo no miro todo el contexto de la persona, no puedo saber de qué se trata”, explica Xusa.

¿Cuál es la solución?

“Lo que hay que hacer es una historia clínica completa, porque puedes tener a una mujer con amenorrea con parámetros analíticos normales. Hay que sentarse y preguntarle a esa persona: cuánto ejercicio hace, qué y cuánto come, de qué trabaja, con quién está, si tiene cargas emocionales, si tiene exigencias... Yo me pego una hora haciendo preguntas a la paciente. Y los ginecólogos no tienen tiempo para eso, porque al final también es un problema de estructura”, recalca Xusa.

Para ella, la visión androcéntrica de la medicina y ver el ciclo solo como algo reproductivo son dos de las causas que impiden bastante la intervención en mujeres para solucionar el problema de fondo y hacer políticas que contemplen que aquí hay algo que se tiene que investigar. Y es que, como señala Xusa: “sobre el ciclo menstrual se sabe más bien poco." Algo curioso cuando afecta a más de la mitad de la población.