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ENTREVISTA

María del Puy Alvarado: "Hay muchas mujeres en el cine, pero debemos ocupar más lugares de responsabilidad"

  • En 2006 creó Malvalanda, una productora que fundó tras salir de la universidad y que le ha permitido alzarse con reconocimientos como el Premio Goya gracias a Madre
  • "Si no hubiera arriesgado al principio no hubiese llegado a donde estoy"
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María del Puy Alvarado, creadora de la productora Malvalanda

María del Puy Alvarado, productora audiovisual, guionista y docente en la Universidad Complutense y el Instituto de Cine de Madrid, lleva 15 años al frente de Malvalanda, una productora que fundó tras salir de la universidad y que le ha permitido alzarse con reconocimientos como el Premio Goya gracias a Madre. El cortometraje que produjo junto a Rodrigo Sorogoyen la impulsó a iniciar su carrera hacia el Oscar y ser una de las invitadas para formar parte de la Academia de Hollywood, donde fue miembro del jurado en la 92ª edición de los premios.

"Me gusta la aventura, los nuevos retos, contar historias y poner proyectos en marcha", confiesa durante su entrevista en Playz. Y es que esa aventura que "empezó hace mucho tiempo" la puso en marcha cuando aún no llegaba a los 30 y, según confirma, "tenía ese espíritu emprendedor y ganas de arrancar algo así". Tras años de éxitos -y algún que otro tropiezo, apunta-, María echa la vista atrás y nos habla de cómo ha cambiado la industria en este tiempo, lo que le ha enseñado la profesión y cómo la viven las nuevas generaciones a las que imparte clase cada año.

Creaste Malvalanda hace más de una década, tu productora. ¿A qué retos te enfrentaste cuando decidiste dar el paso y crearla desde cero?

María: Cuando tienes una productora creo que todo el rato te estás enfrentando a cosas. ¡De principio a fin! Cada día hay retos nuevos que resolver, porque cada proyecto es único y diferente. Cada película o corto es único y pone frente a ti situaciones distintas. También hay algo bonito de los comienzos: la inocencia. La ignorancia es muy atrevida, así que como acababa de terminar de estudiar y tenía muy poca experiencia profesional, esa ignorancia me llevó a embarcarme en un corto muy complejo del que estoy muy orgullosa. Me metí en charcos de pura ignorancia y atrevimiento, pero creo que en la vida hay que asumir riesgos. Si no te arriesgas no avanzas. En el cine es así, pero en el mundo empresarial también. En mi vida siempre estoy tratando de arriesgar, aunque a medida que pasan los años tenemos que medir mejor los riesgos. Los proyectos cada vez se hacen más grandes y no es lo mismo arriesgar para un corto que con varios millones para una película. Pero tiene que haber un riesgo no solo en lo económico, sino también en lo creativo. En qué historia vamos a elegir, cómo vamos a contarla, por qué la hemos escogido, con qué documentación... Es decir, es necesario arriesgar para contar historias interesantes y tener proyectos que a una le hagan feliz.

"Las cifras en la industria mejoran, pero aún no son igualitarias"

¿Crees que sigue habiendo miedo a arriesgar o innovar?

María: Puedo hablar siempre desde mi experiencia. Yo creo que hay productoras y creadores que arriesgan mucho y otros que arriesgan menos. Sí que considero que existe un audiovisual donde se hacen historias desde lugares diferentes. Vengo de estar en el Festival de Cine de Sevilla y te puedo asegurar que hay atrevimiento, riesgo y propuestas diferentes en el cine europeo, sin duda. Por ir más a lo concreto, en el cortometraje español creo que sí que se arriesga. Todos los años se muestran proyectos diferentes, pero no creo que se pueda generalizar.

María: Nosotros desde luego, en proyectos de cortometraje, nos sentimos absolutamente libres. Este es uno de los motivos por el que seguimos produciéndolos, porque me parece que es un lugar donde uno es absolutamente libre y la creatividad puede llegar hasta donde el creador quiera que llegue. En el corto es más fácil ser libre porque es más sencillo producirlo. Puedes hacer y contar de la manera que quieras todo lo que te propongas. En el catálogo de cortos de Malvalanda hay una gran variedad y sí que hay cortos muy diferentes entre sí y arriesgados.

Para ti, ¿qué factores deben ser indispensables a la hora de crear una ficción?

María: Lo principal para llevar una historia del papel a la pantalla es que me emocione. Es decir, que perciba que va a sentir una emoción en el espectador. El cine y la vida están para emocionarte. Cuando siento que al leerlo mueve algo dentro de mí o que quiero que escribamos la historia porque es importante, me baso siempre en esto. Debe tener algo que me interese porque al final un corto está en tu vida durante varios años desde que se escribe, se programa, se financia, se rueda y luego todo el circuito de festivales que suele durar un año y pico. Al final te metes en un corto donde mínimo, durante tres años estará en tu vida, así que tiene que removerte y gustarte. A la hora de leer un guion esto es lo principal, pero también el hecho de ser conscientes de que estamos haciendo algo de forma libre y diferente. En lo único en lo que tenemos que pensar es en la historia y en cómo queremos contarla

¿Crees que la visión femenina sigue haciendo falta a la hora de construir un proyecto desde sus cimientos?

María: La visión femenina es importante, porque si en el mundo somos 50/50, las historias se tienen que contar desde los dos lugares. Eso es importante. Luego porque hay una cuestión que se llama igualdad. Yo siempre hablo del informe de CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales. En él vemos cómo en los últimos años aumenta el porcentaje de mujeres, pero todavía no es suficiente. Por ejemplo, en la producción ejecutiva las mujeres solo ocupamos el 32% de los cargos frente al 68% de los hombres. En dirección solo hay un 19% de mujeres. Es decir, ¿estamos mejor? Pues sí, mucho más, pero todavía no son cifras igualitarias. Hay una categoría que es muy llamativa siempre: la de composición musical. Solo hay un 11% de mujeres. Son cifras donde nos damos cuenta de que la igualdad en los cargos de responsabilidad aún es insuficientes.

María: Esto que voy a contarte es mi experiencia personal, que es de lo único de lo que yo te puedo hablar. He visto cambiar mucho las cosas en estos últimos años. Pero mucho. Igual en las cifras no se refleja tanto, pero sí en la mentalidad. Hay algo de lo que todos hemos tomado conciencia: en remar de forma conjunta para llegar a la verdadera igualdad. Yo siempre digo que los referentes son fundamentales. Tiene que haberlos. Si no los hay es muy difícil seguir dando pasos. Cuando Pilar Palomero se convierte en la directora del año es muy importante, porque habrá chicas de 16 años viendo en su casa los Goya que querrán ser directoras. Si ven que Pilar lo ha conseguido, serán conscientes de que ellas también pueden hacerlo. Si nunca hay una mujer recogiendo un Goya a la mejor dirección, producción o a cualquier categoría, ni siquiera te lo puedes llegar a plantear. Por eso los referentes en todos los campos, no solamente en el cine, son importantísimos. Para bien y para mal.

"La pérdida absoluta de la inocencia es peligrosa"

También eres profesora en la Universidad Complutense y en el Instituto de Cine de Madrid. Imagino que frente a ti pasarán multitud de alumnos y alumnas de entre 18 y 25 años. ¿Qué sensaciones te trasladan ellos, que están arrancando su aprendizaje dentro de la industria? ¿Ves ilusión o desánimo?

María: Creo que no sé si tienen más o menos ilusión de la que pudiéramos tener nosotros. No sé tampoco si son suficientemente conscientes de los cambios que se están produciendo, pero lo que sí que tienen es un discurso muy diferente. Sobre todo yo veo muy claro que se puede hablar de feminismo e igualdad, y se habla. Cosa que hace 15 años no nos los planteábamos. Los discursos de graduación llevan muchos años yendo en este sentido. Es un tema que les preocupa, que está encima de la mesa y que tanto alumnos como alumnas empiezan a ser conscientes de la importancia real de la igualdad. Está todo más naturalizado también, porque son 15 años de un gran avance. Pero bueno, sí que hay veces donde sigo notando que hay alumnas que me dicen: "es que yo quiero ser directora, pero es muy difícil". En ese momento es donde te preguntas: "¿un alumno me diría esto?". Porque ellos no suelen hacerme ese tipo de planteamientos.

Si tuvieras la oportunidad de modificar lo que quisieras de un día para otro, ¿qué cambios introducirías en la industria?

María: En la línea de los datos que mencionábamos antes, creo que es importante que cada ve rompamos más el techo de cristal, porque existe y es real. Mujeres hay muchísimas trabajando en el cine, pero debemos ocupar más lugares de responsabilidad. Es muy importante, porque a partir de ahí, además, se crean referentes. Y no solo referentes, sino que se normaliza el hecho de que tú puedes acceder a esos lugares. Si hay algún lugar en tu mente que no lo ve como una posibilidad, jamás sucederá. Y todos y todas tenemos que estar concienciados en la industria, porque es bueno para el mundo y la sociedad que exista igualdad y paridad. Porque es lo natural, y estos datos -que no son buenos del todo- vienen de un contexto histórico que llevamos acarreando muchos años. Lo bueno es que ese tren va hacia delante y todo ha cambiado mucho en poco tiempo. He visto muchas mejoras y en 50 años estamos en sitios completamente distintos a los que pudieron llegar nuestras madres. Soy positiva, pero no hay que relajarse. Hay que seguir trabajando y entender algo muy importante: esto no va de lucha de géneros. No va de eso, sino de otra cosa mucho más importante, que es la igualdad.

¿Qué le dirías a tu "yo" del pasado? ¿A esa María que aún no sabía todos los retos a los que se iba a enfrentar en su carrera?

María: La verdad es que no lo sé, porque por un lado está bien no decir nada. Igual si hubiera sabido las consecuencias hubiera cambiado algo. ¡Seguro! Yo me he dado golpes y me he caído al suelo muchas veces, y casi siempre vinculado a cierto riesgo. Creo que claro, igual ahora la María adulta le diría: "ojo con el riesgo". Pero es que si no hubiera arriesgado no hubiese llegado a donde estoy. Lo viví como lo viví y, tal vez, en algunas cosas era demasiado inocente. Pero esa inocencia del principio es lo que te hace llegar lejos. La pérdida absoluta de la inocencia es peligrosa, y ahora lo que me pasa es que ya veo venir muchas cosas. Hay veces que digo: "puf, ¿de verdad me voy a meter en este proyecto?". Porque ves ya venir al león (ríe). Por eso creo que cuando eres muy joven es el momento ideal y va intrínseco a la juventud. Yo lo que me diría, sobre todo, es eso de "haz proyectos que quieras hacer y dedícate a lo que te quieras dedicar". Creo que es súper importante dedicarse a algo que a uno le llene y le dé energía. Yo siempre les digo a mis alumnos: lo que os dé energía es a lo que os tenéis que dedicar. Y es fundamental saber encontrar tu lugar profesional. También ver que todo son etapas en la vida, este es otro gran aprendizaje. Nada es para siempre.

¿Y a tu "yo" del futuro?

María: Todos tenemos un montón de puntos de mejora, evidentemente. Yo me diría que intentase seguir disfrutando y cada vez más de lo que haces. Cuando un proyecto no te hace feliz, estás en el lugar equivocado, no estás en el correcto. Tienes que estar rodeada de la gente que vibra en tu misma onda. Profesionalmente debe ser así, es fundamental.