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Adictos a las pantallas: ¿Por qué no podemos vivir sin el móvil?

  • En Gen Playz hablamos sobre la adicción a las pantallas
  • ¿Es nuestra responsabilidad o es culpa de las plataformas?

Por
Inés Hernand en Gen Playz
Inés Hernand en Gen Playz

Con la pandemia, las pantallas se han convertido en nuestro día a día. A través de ellas, vemos nuestras series favoritas, quedamos con nuestros colegas y también aguantamos a ese profesor que nunca nos cayó del todo bien. Pero ¿podemos desconectarnos en un mundo digitalizado? ¿Hemos normalizado pasar 5 horas al día en Instagram? ¿Cómo nos afecta? ¿Es responsabilidad de los usuarios o de las plataformas?

Hoy nos acompañan Hurona Rolera (@hurona__rolera), streamer de videojuegos; Carlos Marín aka Señor Zeta (@sr_zeta), fotógrafo y creador de contenido; Jorge Flores, fundador y director de ‘Pantallas Amigas’; Sandra Ortonobes aka La Hiperactina, youtuber; y Devi Uranga, psicóloga especializada en adicciones. Por último, se incorporan nuestros zetas Gorka Zancada, estudiante de Ingeniería Informática; y Paula Labodía, estudiante de Diseño de Moda. ¡Al lío!

¿Cuándo se convierte en adicción?

Es innegable que pasamos más horas frente a las pantallas de las que deberíamos. Sin embargo, debido a las restricciones actuales resulta casi imposible desintoxicarse de tanta tecnología. Pero ¿cuántas horas se considera adicción?

“Hay que ver a qué se dedica la persona y cuál es su edad, pero es realmente cuando afecta a a la vida diaria y está obligándonos a no hacer cosas que deberíamos hacer, creo que ese es el límite”, opina Jorge.

Mientras Hurona, que se dedica profesionalmente al mundo online, apunta un dato muy curioso: “Cuantos más seguidores tengo, más me he desenganchado”. Ella dependía de internet pero, a medida que fue ganando repercusión, le dejó de afectar tanto ver continuamente sus números.

El Señor Zeta reconoce que está “todos los días a todas horas”, pero porque su trabajo también le obliga a estar delante de un ordenador. “Estás en un constante flujo de aplicaciones, intento liberarme pero es muy complejo, me agobio”, se queja el fotógrafo.

Cuando le preguntamos a Sandra por qué nos enganchamos, ella lo tiene muy claro: “Básicamente por el efecto positivo que nos da las redes sociales, nos dan un placer súper inmediato y una recompensa rápida, se produce dopamina”.

Devi está de acuerdo con Sandra: “Es una grandísima recompensa a nivel neurológico con un nivel de esfuerzo bajísimo, lo tengo en mi bolsillo en todo momento. Otras sustancias para poder recibir la recompensa de la dopamina requieren ahorrar dinero, esperar al fin de semana, encontrar un camello, arriesgarme a que la policía me encuentre… Con el móvil esto no pasa”. Y menos mal.