Enlaces accesibilidad
ENTREVISTA

Delaporte: "El arte debería ser libertad y ausencia absoluta de miedo"

  • Reflexionamos con ellos sobre las diferencias entre artista y producto, cuál es el verdadero empoderamiento, las relaciones tóxicas, el perder el foco o la vulnerabilidad
  • Sandra y Sergio buscan ser honestos con su último trabajo. Nos lo demuestran en esta entrevista

Por
Delaporte
Delaporte

Sandra Delaporte y Sergio Salvi formaron hace 5 años algo poco habitual en nuestro país, un dúo de pop electrónico en el que ella pone la voz y él los ritmos. La jugada, hasta el momento de esta entrevista, ha sido magistral. Hace unos meses salía a la luz su segundo trabajo, Las Montañas, en el cual es evidente que ha habido un proceso importante de madurez. De ese Delaporte frenético y bailongo que conocimos en sus inicios, pasamos a algo mucho más reflexivo, sosegado y personal. Lo dice la propia Sandra: "En este disco quería ser más honesta, quería hablar de la mierda".

La evolución a nivel creativo y musical queda más que patente. Hay más instrumentos, más recursos, más generos, más reivindicación, más colaboraciones y sobre todo más verdad. En este último trabajo el dúo ha decidido hablar abiertamente sobre las relaciones tóxicas, pero desde el punto del ser vulnerable, del estar en el momento más bajo, levantarte y recuperarte. "Nosotros lo que hemos intentado es ser honestos sin que el negocio de la música nos preocupase demasiado", afirma Sergio. ¿Qué tendrá el aire de las montañas que inspira tanto?

Contáis que subisteis a la montaña a componer el disco… ¿Sois muy de subir cimas y de montaña?

Sandra: Grabamos en Gredos, en un sitio que se llama el Puerto del Pico. Escogimos eso porque era un pifostio subir con todo el equipo a la montaña. Así que lo hicimos en un parking que había al lado. Porque esto se graba con cámaras enormes que pesan un montón. Por otro lado, a mí personalmente me gusta mucho la montaña. Disfruto al subir a mucha altitud y hacer cosas duras. Aunque todavía no he hecho cosas de alpinismo más serio porque requiere de más técnica, tiempo y dinero, sobre todo. Pero si me gusta viajar a otros países y estar ahí en la montaña un tiempo, irte a un refugio, caminar durante horas… Ese rollo me gusta.

Sergio: Gorroneamos casas de amigos en las montañas. Para este disco hemos ido a casa de un amigo que tiene casa en un valle en los Picos de Europa. Y luego en otra casa, la de Jaime, nuestro fotógrafo y director, en una casa que tienen sus padres en Cantabria. Nos llevamos todos los cacharros para grabar y hemos estado dos semanas tirando ideas desconectados del mundo.

En general este segundo trabajo habla de relaciones tóxicas hasta el nivel de que una de las dos personas se anula completamente. ¿Tan mal os ha tratado el amor?

Sandra: Este disco es más estoy malita, ayuda por favor. Quería hablar desde ahí, desde lo que realmente duele, asusta y deprime y de cómo eso se va superando. Porque hablar otra vez de me ha dejado en visto, o este ya no me interesa, o soy mejor que tú, no me interesa tanto. Fuimos ahí al meollo de ver que pasa aquí dentro. Me parece interesante hablar de ese punto en el que te anulas por otra persona, en el que dependes totalmente de ella. En definitiva, la toxicidad que es algo bastante común. No creo que me pase a mí sola, sino que veo a mi alrededor que es muy normal y que es un paradigma muy peligroso y suele ser el fundamento de un patrón de maltrato. Quería ensalzar esa parte. Porque siempre se habla, en el movimiento que hay ahora más cultural de empoderamiento, de cuando superas todo eso y eres la diosa del mundo. Pero quería hablar de esa parte de sentirse vulnerable, de sentirse que no vales y que mereces una mierda. De si nada recibes en nada te conviertes. Cómo a raíz de tocar fondo, de cortarse las venas y estar muy malito se va superando poco a poco todo y se va aumentando en autoestima. Además, en las redes sociales no se habla de estas cosas. Todo el mundo está maravilloso. Vamos a ver, hay una pandemia mundial es imposible que todos estéis tan contentos. No se habla de la vulnerabilidad porque asusta mucho. En este disco quería ser más honesta, quería hablar de la mierda.

También habláis de empoderamiento, ¿qué opinas de esta tendencia de mostrar empoderamiento hipersexualizando el cuerpo de la mujer?

Sandra: A ver si el objetivo es empoderar, agree. A mí no me sale enseñar las tetas y hacer twerking. Pero hay a gente que si y es perfectamente lícito. Ahora si das el mensaje dentro del marco patriarcal, dentro del mismo estereotipo, dentro de las mismas limitaciones, me parece que al final es un arma de doble filo. Porque entonces estás empoderando para gustar otra vez al macho. Pero si el mensaje es enteramente empoderar contra el patriarcado y a favor de ser libres, pues si enseño las tetas. ¿Qué problema hay? Yo en el videoclip de las montañas salgo completamente desnuda. Para mí eso es una manera de decir: así soy yo y no tengo problemas en mostrarme.

Sergio: Creo que hay cierta toxicidad en enseñar constantemente ciertos tipos de físico. Siempre la misma estética, sobre todo en mujeres. Porque se tolera más a un hombre gordo que a una mujer gorda. No creo que llegue a empoderar sino a crear más complejos, más inseguridad, a que la gente se esconda más detrás de una falsa apariencia. Se puede ser más empoderado enseñando un cuerpo natural tal y como es, con sus imperfecciones, sus años… Salir un poco de ciertas estéticas que solo hacen daño.

Sandra: Yo eso lo comparto. Más allá de sexualizar, de compartir cuerpos no normativos… Porque estamos llegando a un momento donde la gente se descarga apps para ponerse las tetas más grandes, las caderas más pequeñas. Y eso no empodera, al revés.

Mola mucho el tema con Putochinomaricón, ¿cómo fue y cómo surgió la colaboración con él?

Sandra: Con Chenta las palabras son: amor máximo.

Sergio: Con Chenta llevamos un montón de tiempo intentando hacer algo. Desde que le conocimos con “Amor Wifi” queríamos colaborar con él. Al principio solo lo conocíamos musicalmente con su proyecto Putochinomaricón. Luego le hemos conocido como persona y es la persona más maravillosa de este mundo. Al final colaborar con él ha confirmado todo eso. Hemos hecho un tema, pero podríamos hacer un disco entero.

Sandra: Yo quiero hacer un disco entero con él. Para mí es la persona más inspiradora a nivel musical y personal de este país. Es un titán. Además es super humilde y está por y para la música apoyando siempre a las personas más discriminadas. Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad de conocerle porque es maravilloso.

¿Cuál es la colaboración más rara que habéis querido hacer como Delaporte?

Sandra: Bueno cuando hablamos con Héctor, de Tu Otra Bonita, dijimos esto es flamenco: un género que admiro y que me encanta pero que es complicadísimo y que tienes que saber mucho de él para hacerlo bien. No me identifico con el género. En plan espérate, ¿cómo se hace esto? Pero luego funcionó muy guay. Algo muy loco, muy loco, aunque luego todo se normaliza.

Sergio: El hacer la remezcla con DJ Nano, que es un estilo electrónico tan distinto al nuestro, ya era suficientemente raro. Además, considerando que veníamos de trabajar con artistas mucho más underground y de repente irnos a un gigante como Dj Nano. Pero es que como el trato humano al final es tan natural y creíble, pues acaba fluyendo todo. Dj Nano es otra persona maravillosa y ha sido muy fácil trabajar con él.

Al final, ¿es cómo una cita Tinder?

Sandra: Ríe. Pues un poco. Nos ha pasado de quedar en el estudio con gente, que la cosa no fluyera y de ahí no salió nada. O sea si no fluye pues ya no hay relación. Por ejemplo, con Dj Nano él nos escribió a nosotros que le flipaba “Clap Clap” y que quería hacer un remix. Entonces fue más fácil porque nosotros le pasamos las pistas y él en su casa se lo guisa y se lo come. Pero ya llevábamos tiempo hablando y decíamos: que tío más majo porque remaba en la misma dirección. Se tomaba muy en serio el proyecto y con mucha ilusión. Entonces eso es fundamental a la hora de colaborar. Si no te hace ilusión pues hasta luegui. Generalmente cuando fluye, hay interés, entusiasmo y humildad, todo acaba saliendo.

El videoclip que habéis grabado con Eduardo Casanova es una pasada. Vaya currazo, ¿no?

Sandra: Sí, eso fueron tres días de rodaje como tal. A tope porque era desde las 9 de la mañana, o antes, hasta las dos de la mañana. Fue intensito. Era un rodaje difícil porque había muchas complicaciones en ese rodaje. Volar es una movida porque no somos pájaros. Para volar te ponen un arnés de hierro y te ponen con unas pinzas muy incómodas. Luego te suben, te bajan y son muchas horas así dando vueltas. De hecho, hacía cardenal. Pero vamos que moló mucho. También había una cabra de verdad. Entonces se vino el veterinario, la familia entera, la novia… La cabra en sus descansos se iba con su novia. Luego otro hándicap era que tenía que estar todo el videoclip en bolas, completamente desnuda. Entonces al principio estaban todo el rato, entre toma y toma, venga que te tapo. Llegó un momento que era como: no me tapéis porque estamos perdiendo un tiempo muy útil. Si enseño las tetas, no pasa nada, el mundo sigue. Por eso fue todo un poco duro.

Sergio: Yo aparezco entre los suplicantes. Bueno aparece mi culo. Fue un día y medio de estar en bolas, con toda la pintura blanca, que además ni siquiera podíamos ponernos algo encima… Pero por el resultado, ha merecido mucho la pena.

¿Cómo surgió?

Sandra: Todo esto surgió porque Edu y yo hicimos una campaña de publicidad con Rossi de Palma. Congeniamos súper bien. Al principio él iba a ser el director, aunque al final no. Mientras era el director, nosotros hicimos la música para esa campaña y él nos iba dando directrices. Empezamos a comprender un poco como nos llevábamos en el sentido director-compositor. La cosa fue increíble. Nos amamos bastante y al mes me dijo: quiero haceros un videoclip, pásame todos los temas que tengáis de maqueta y hacemos algo. Le pasé lo que teníamos y dijo: vale pues elijo este tema, “Las montañas”. Casualmente también era nuestro favorito, pero que no veíamos tanto como un single porque es un tema que no se baila, oscuro, un tema malito… Ese tema no es la fiesta de Delaporte. Pero él quería hacerlo con ese tema y a los días nos presentó un storyboard completo. Literalmente a los dos días tenía todo el videoclip entero en la cabeza. Fue brutal. Él me dijo que se inspiró sobre todo en cuadros de cosas del pecado original, de Goya, de Caravaggio... Intentó recrear escenas bíblicas.

Acabas de compartir el post de René tras ganar el Grammy, en el que habla de lo qué es para él el arte y los artistas. ¿Qué es para vosotros el arte? ¿Qué mensaje queréis dejar vosotros?

Sergio: Creo que lo que dice Residente y que compartimos mucho es que por un lado está el negocio de la música y por otro está el arte. Él dice que más allá del negocio lo que importa es la honestidad. Decir lo que quieres con total honestidad y sin miedo. Luego alrededor de eso está el negocio. Que el negocio no se coma lo que es el arte. Nosotros, con este último disco más que nunca, lo que hemos intentado es ser honestos. Contar lo que son nuestras inquietudes, lo que realmente nos movía mientras lo estábamos componiendo y la manera en la que nos movía. No solo musicalmente sino también la estética, sin que el negocio de la música nos preocupase o nos condicionase.

Sandra: Si todo lo que compones o creas como artista está condicionado por el miedo a si he ganado un Grammy, si va a tener tantos streams, si voy a tener tantos likes, ya no es arte. Es lo contrario, una prisión. El arte debería ser libertad y absoluta ausencia de miedo. Si tienes miedo, decir tengo miedo en ese arte. Tú imagina que Picasso tuviera miedo a expresar su dolor en el Guernica y hubiera puesto florecitas. Ese miedo es una prisión y creo que con esto de las redes, la comparativa, la popularidad, la necesidad de follow no tiene que hacernos perder la perspectiva. Hay que preguntarse: ¿hago lo que realmente soy y lo que me libera o estoy más por el producto o el negocio? No es cuestión de radicalmente una cosa u otra. Pero si de no perder el foco.

Sabemos que hay artistas que compran colaboraciones para llegar a determinados números. ¿Vosotros cómo escogéis vuestras colaboraciones?

Sandra: Nosotros si un artista no quiere colaborar con nosotros pues ya está, que siga su camino y nosotros el nuestro. A mí por ejemplo me fliparía colaborar con Diplo, sea como sea, bajo cualquier circunstancia porque le amo. Si tuviese el dinero le pagaría lo que fuese (entre risas). Pero no tanto por el negocio, sino porque me gustaría ir a la montaña con él y luego hacer una canción. Pero una cosa es eso y otra es un artista que ni te gusta, ni siquiera sabes quién es, o no respetas pero que compras. Pero bueno son estrategias de marketing de las propias discográficas. Hay que saber diferenciar industria de lo que tú eres y de la verdad que cuentas. A veces si te dejas contaminar tanto por la parte de la industria, puedes caer en que a la larga eso no sea creíble y termines por desaparecer. También depende del tipo de carrera que quieras: una carrera a largo plazo o un éxito rápido y fugaz. Si escoges la segunda opción para mí no eres un artista, eres un producto.

Sandra, tú has dicho en La SER que de pequeña no eras buena solfeando y que lo dejaste, ¿has mejorado mucho desde aquello?

Sandra: Cómo será, que ahora mismo he retomado las clases de lectura. O sea que soy un desastre porque me aprendía las canciones de oído, de escuchárselas a mis compañeros. Yo me ponía la partitura y hacía que leía. Pero claro eso ya cuando tenías que pasar a lo profesional no cuela. Entonces le dije a mi madre que no quería estudiar piano, que quería jugar. Porque la música de conservatorio requiere una disciplina que no era capaz de tener. Pero ahora con la cuarentena, lo he retomado.

Sergio: Seas lo que seas, al final todo cuesta trabajo y te lo tienes que currar. Por ejemplo, si aspiras a ser intérprete luego tendrás que trabajar la técnica y eso es mucho trabajo. Si lo que quieres es componer, tendrás que trabajar la creatividad y eso es trabajo. La gente a la que parece que no le cuesta trabajo es porque desde pequeño, sin darse cuenta, se lo han inculcado. Aunque no lo haya hecho formalmente, esa ha sido su manera de estudiar, su trabajo. Por ejemplo, pillas a alguien que toca la percusión que flipas y te dice que no ha estudiado. No ha estudiado formalmente, pero desde pequeño le han puesto una percusión y le han sometido a ciertos ritmos. O sea que siempre hay un trabajo detrás, se puede hacer de forma académica o más lúdica, pero cuesta trabajo.

En Instagram no sois muy de filtros, ¿crees que sois un poco los raritos en ese sentido?

Sandra: Se ríe. Bueno, cada uno tiene su verdad. Yo francamente hay veces que uso filtros, típico día que tienes una cara de mierda… Cada uno cuenta un poco lo que ve dentro de sus conflictos. Ese retoque viene de sus propios complejos, de esa falta de autoestima, pero que cada uno y cada una se lo trabaje un poco como pueda.

Sergio: Creo que es importante saber y tener la conciencia de que esos retoques vienen de ciertos complejos, y a la vez alimenta más complejos no solo los propios, también los de los demás. Porque al ser una cara visible cuanto más falsa es la imagen que se está dando peor. Cuantos más followers tienes más responsabilidad tienes de intentar dar una imagen más verdadera.

Te hemos visto en Vodafone You, ¿te ves en otra parte dentro de la industria del espectáculo?

La vida dirá. No sé yo es que me lo paso muy bien. Voy, cobro y encima me lo paso bien. No creo que me planteen algo así porque no soy profesional de esto y no creo que se me dé especialmente bien. Pero si sale, y sobre todo tengo tiempo, me apunto. En general es que me suelo apuntar a todo.

Y tu Sergio, ¿te ves en Masterchef?

Se ha difundido esa imagen falsa de mí como gran chef. Pero yo solo se cocinar un número desproporcionado de pastas que hago por mera supervivencia. Porque soy un glotón y me encanta la comida italiana. Entonces he aprendido a hacerme yo aquí las cosas que me hacía mi madre. En la pandemia lo hemos mostrado en redes por hacer algo, pero no soy un gran cocinero ni mucho menos.