'Avatar: Fuego y ceniza', imposible apartar la vista de la pantalla aunque la historia ofrezca pocas novedades
- James Cameron regresa a Pandora para continuar la historia de la familia de Jake y Neytiri
- La película se estrena en cines el 19 de diciembre
Es imposible apartar la vista de la pantalla del cine durante las 3h y 15min que dura Avatar: Fuego y ceniza (que a mí no se me hicieron largas), porque James Cameron ha vuelto a crear un espectáculo cinematográfico incomparable: cada plano de la película es espectacular y el ritmo es apabullante, aunque también tenga momentos introspectivos y familiares.
Sin embargo, no podemos evitar una sensación de Déjà vu a nivel narrativo, porque la cinta no ofrece demasiadas novedades e incluso repite el esquema al que nos tiene acostumbrados la saga, con los humanos queriendo destruir el entorno natural de Avatar (esta vez son sus ballenas) y con Jake Sully (Sam Worthington) y el Coronel Miles Quaritch (Stephen Lang) volviendo a dirimir sus "pequeñas diferencias", a golpes (aunque esta vez se vean obligados a parlamentar).
Ni siquiera hay un cambio de escenario porque la historia se desarrolla de nuevo en el pueblo de los Metkayina, que viven en el océano de Pandora (Eso sí, nadie ha rodado jamás escenas acuáticas como las de Cameron).
Las principales novedades de esta tercera entrega son que indaga en las relaciones paternofiliales para dar más protagonismo a los hijos de Jake y el coronel. Y que nos ofrece una nueva e interesante villana: Varang (Ona Chaplin), la líder tanto guerrera como espiritual de un clan rival: el pueblo de las cenizas. Y es que ya era hora de que Neytiri (Zoe Saldaña) también tuviera su propia némesis.
Una película que vuelve a ser una espectacular actualización de las historias de indios y vaqueros, en clave de ciencia ficción y con mensajes muy necesarios, como la aceptación de los inmigrantes y de los que son distintos a nosotros o no comparten nuestra ideología. La película también resalta la importancia de negociar con nuestros enemigos, por opuestas que puedan ser nuestras posturas, algo, desgraciadamente, que también está muy de actualidad con los conflictos bélicos.
Por cierto, el sistema del 3D, que Avatar popularizó en 2009 y que fue una moda pasajera para el resto de películas, aquí sigue siendo imprescindible para sumergirnos en la historia. Porque gracias a esa tecnología, que solo se puede disfrutar a ese nivel en los cines, el visionado de Avatar sigue siendo toda una experiencia sensorial.
Así que, si os gustaron las anteriores entregas os lo pasaréis en grande. Y si no...
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
Una saga familiar
La segunda entrega transcurría diez años después de la primera y nos encontrábamos a Jake y Neytiri escondidos de los humanos en las tribus del arrecife con sus tres hijos biológicos: Neteyam (Jamie Flatters), Lo'ak (Britain Dalton) y Tuk (Trinity Jo-Li Bliss) y con Kiri (Sigourney Weaver), hija biológica del avatar fallecido de la Doctora Grace Augustine, con padre misterioso. Al final de la película el hijo mayor de Jake Sully y Neytiri, Neteyam, moría protegiendo a sus hermanos y Spider (Jack Champion), hijo humano biológico de Quaritch, salvaba al coronel pero lo abandonaba para unirse a la familia Sully.
Y aquí comienza nuestra historia, con Jake integrado en la familia, aunque no cuente con la simpatía de la matriarca, que lo culpa por la muerte de su hijo mayor. De hecho, todos los de la familia arrastran ese trauma, lo que ha enrarecido sus relaciones, sobre todo las paterno-filiales. Mientras, los malvados humanos están tramando volver a atacar Pandora, esta vez para cazar a los Tulkun, unas criaturas marinas inteligentes parecidas a las ballenas que habitan los océanos del planeta. Una especie con su propio lenguaje, historia y música, y que tienen fuertes vínculos con el clan Na'vi Metkayina.
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
Y el coronel Quaritch (o su avatar), quiere recuperar a su hijo a toda cosa, lo que volverá a enfrentarlo a Jake y también a aliarse con esa nueva villana, Varang, Un personaje realmente interesante ya que es la jefa espiritual y guerrera de un grupo de feroces Na'vi. Así que en esta ocasión nuestros protagonistas no solo se tendrán que enfrentar a los humanos sino también a otros de su misma especie.
Destaca el gran protagonismo que adquieren los niños (ya adolescentes), con Kiri convertida en una líder espiritual de grandes poderes, Lo'ak en un guerrero a la altura de sus padres, y Spider demostrando también ser un líder. En las próximas entregas supongo que ese protagonismo irá aumentando.
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
Unas imágenes alucinantes
Si las espectaculares imágenes de Avatar ya forman parte de la historia del cine, en esta nueva entrega sumamos algunas más, como un alucinante ataque a una especie de convoy de globos aerostáticos (que son como una especie de fragatas portuguesas voladoras). Una escena inspirada en los grandes clásicos del cine de piratas.
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
O todas las escenas relacionadas con los Tulkun, incluyendo las cacerías inspiradas en Moby Dick (Herman Melville, 1851) y que están lideradas por un trasunto del Capitán Ahab.
Y aunque todos los combates son espectaculares, casi nos quedamos con esas escenas más tranquilas en las que podemos apreciar la belleza de Pandora: sus frondosos bosques tropicales y sus bellísimos océanos llenos de criaturas fabulosas (En ese sentido Cameron también se inspira en 20.000 leguas de viaje submarino, de Julio Verne).
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
Aunque el mejor efecto especial de la película sigue siendo que, desde el primer frame, los Na'vi nos parezcan tan reales como los actores humanos con los que comparten plano. Esa es la magia del cine.
Ya sabemos que Cameron es uno de los directores que han hecho avanzar más los efectos especiales en el cine (desde Terminator 2) y aquí su sistema de captura de movimiento vuelve a dar unos resultados increíbles. Y sin usar la IA, de la que el director es uno de sus mayores detractores.
Fotograma de 'Avatar: Fuego y ceniza' 20th Century Studios
Además, Avatar: Fuego y ceniza vuelve a demostrarnos que Cameron es uno de los mejores directores de la historia, aunque su apuesta por el cine de género pueda restarle puntos (para a algunos) frente a otros realizadores que se decantan por los dramas.
Lo que nos queda por saber es, si en esta época de declive de las salas, Avatar: Fuego y ceniza, volverá a ser un éxito al nivel de las anteriores, que ocupan el primer y tercer lugar entre las películas más taquilleras de la historia del cine (con Vengadores: Endgame entre ambas y Titanic, también de Cameron, en cuarta posición).
Fotograma de 'Avatar: Fuego y cenizas' 20th Century Studios
No olvidemos que Cameron aseguró que solo completaría su plan de hacer cinco entregas si las dos primeras secuelas eran un enorme éxito. Esperemos que sí, porque las salas lo necesitan y porque estamos deseando volver a Pandora en un par de años. Lo bueno es que Cameron ha confirmado que esta tercera entrega es el final de la historia de Jake y su familia y que en las dos últimas partes (la cuarta y la quinta), habrá un salto en el tiempo que nos traerá nuevos escenarios y personajes.
De lo que no cabe duda es de que Avatar: Fuego y ceniza vuelve a ser el gran acontecimiento cinematográfico del año. Y lo podéis comprobar en los cines este 19 de diciembre.
Cartel de 'Avatar: Fuego y cenizas' 5