Takaichi se convierte en la primera mujer en liderar Japón
- La nueva primera ministra ha pedido estabilidad política para estabilizar la economía del país
- El Gobierno ha dimitido en bloque horas antes de la elección de Takaichi
La líder del Partido Liberal Democrático de Japón (PLD), la ultraconservadora Sanae Takaichi, se ha convertido este martes en la primera mujer de la historia del país en liderar el Ejecutivo nipón. Con su toma de posesión, reemplazará al primer ministro saliente, Shigeru Ishiba, después de que el 4 de octubre se impusiese como líder de los conservadores en las primarias del partido.
La nueva primera ministra ha augurado un mandato "difícil" y ha pedido estabilidad política para encauzar la economía del país y mitigar el impacto del aumento de los precios. "Tanto en la Cámara Baja como en la Alta (del Parlamento), el Partido Liberal Democrático y el Partido de la Innovación de Japón (Ishin) carecen de mayoría", ha señalado Takaichi en su primera rueda de prensa tras su elección en la Dieta, el Parlamento japonés.
Takaichi ha pedido calma a la oposición, sin la cual "no podemos conseguir estabilidad", y ha añadido que la situación económica del país asiático "va a ser muy importante, por lo que queremos trabajar más allá de las diferencias partidistas". El reto más urgente de la mandataria será mitigar el impacto del aumento de precios en un contexto de estancamiento o caída real de los salarios, que ha hecho que la ciudadanía acuse una pérdida del nivel de vida.
Takaichi, de 64 años, fue acólita del ex primer ministro Shinzo Abe y firme defensora de sus políticas económicas (denominadas 'Abenomics'). También se ha autodenominado como una ferviente admiradora de la británica Margaret Thatcher, a quien llegó a conocer en persona. La política ha recibido 237 votos a favor en el Parlamento nacional japonés, superando así la mayoría de los 465 escaños de la Cámara.
La victoria de Takaichi estaba prácticamente asegurada. El lunes, su partido firmó un acuerdo con un nuevo socio de coalición, el Ishin. Ambas formaciones sumaron los apoyos suficientes para triunfar; sus rivales no han representado una amenaza porque la fragmentada oposición ha sido incapaz de presentar un candidato unificado para hacerle frente.
Tras prestar juramento, Takaichi ha anunciado a los 19 integrantes de su Ejecutivo, con solo dos mujeres ministras, pese a que prometió una proporción "comparable a la de los países nórdicos". Es el mismo número de ministras que había en el anterior Ejecutivo.
La exministra de revitalización regional, Satsuki Katayama, será la nueva ministra de Finanzas, mientras que Kimi Onoda estará al frente de la de Seguridad Económica.
Problemas de coalición
Horas antes de la votación, los de Ishiba dimitieron en bloque tras apenas un año al frente del país. Este nuevo cambio de Gobierno se produce después de que en septiembre el primer ministro saliente anunciara su dimisión por los malos resultados electorales que le hicieron perder la mayoría en ambas cámaras. La retirada de Ishiba motivó unas primarias en el PLD y, en ellas, por primera vez, una mujer consiguió liderar el partido.
La victoria de Takaishi, uno de los perfiles más radicales de la formación, provocó que los centristas de Komeito rompiesen su coalición y llevó al partido gobernante a buscar en Ishin un nuevo aliado.
Con esta nueva unión, los conservadores garantizan su continuidad en el poder, que desde 1955 apenas ha sido interrumpida. Sin embargo, en el nuevo panorama multipartidista, el PLD e Ishin no cuentan con mayoría en la Cámara Alta, lo que vislumbra un Ejecutivo frágil en el que Takaichi tendrá que buscar la cooperación de otros partidos para sacar adelante presupuestos y aprobar leyes.
El nuevo Gobierno también se enfrentará a los desafíos que plantean el envejecimiento de la población, una deuda colosal, la creciente preocupación por la migración, la inflación y una economía tambaleante.
Una "dama de hierro" japonesa
El nombramiento de Takaichi subraya la ruptura simbólica del techo de cristal en un país con una brecha de género alarmante, pese a adoptar patrones políticos extremadamente conservadores. Tokio ocupa el puesto 118 de 146 en el índice global del Foro Económico Mundial y el último entre los miembros del G7 en esta cuestión. El Parlamento, de hecho, solo tiene un 16% de mujeres.
Takaichi ya ha ocupado diferentes puestos en anteriores Gobiernos. Ocupó varios cargos ministeriales durante el mandato de Shinzo Abe, fue ministra de Seguridad Económica y miembro de la Cámara de Representantes desde 2005. De hecho, seguirá con la misma política financiera de Abe, denominada en los mercados como "operación Takaichi" y basada en favorecer el gasto público para impulsar la economía nipona.
Su elección no augura un futuro más igualitario para las mujeres japonesas. Takaichi ha prometido un giro reaccionario en la política, inspirada por su gran ídolo, Margaret Thatcher. La nueva "dama de hierro" japonesa defiende una visión conservadora de la familia, rechaza la idea de que una mujer se siente en el trono imperial y ha votado en contra de que se conserve el apellido femenino en el matrimonio.
Esta ultraderechista también ha adoptado un punto de vista revisionista de la Segunda Guerra Mundial, negando los crímenes del ejército imperial japonés y rechazando cualquier idea de arrepentimiento. Su postura ultranacionalista corre el riesgo de entorpecer los acercamientos pragmáticos del primer ministro surcoreano, Lee Jae-myung, así como con China. De hecho, Takaichi visita de forma habitual el controvertido santuario Yasukuni que, además de honrar a los soldados japoneses caídos, venera a 14 criminales de guerra.