Presentan el 'Manifiesto por la tecnología para el bien común': cómo la innovación nos facilita la vida
- El progreso tecnológico ha permitido que, de 40,6 millones de vuelos globales, haya habido solo siete accidentes fatales
- La tecnología permite conocer con antelación la evolución de las enfermedades y el impacto de los medicamentos
La plataforma Nausika, formada por destacados directivos vinculados a empresas del sector tecnológico y representantes del ámbito académico, ha presentado este viernes en Madrid el 'Manifiesto por la tecnología del bien común' y el 'Observatorio de la tecnología y los buenos empleos'.
El manifiesto dibuja un contexto en el que la desinformación como debilitadora de la confianza en la ciencia y la tecnología, el ataque a la ciencia por no estar alineada con ideología políticas concretas y el uso de la tecnología por el crimen organizado y por regímenes autocráticos son puntos generadores de un escepticismo y de un rechazo hacia la tecnología por parte de un amplio sector de la sociedad española y europea.
La apuesta de los firmantes del manifiesto es revertir esa situación "impulsando la tecnología, la innovación y la industria como elementos esenciales de la prosperidad del conjunto de la sociedad española y europea". Para ello, explican, es preciso trabajar por ese bien común que no es otra cosa que "el resultado de decisiones políticas, sociales y económicas".
Uno de los grandes retos esbozados es la creación de un nuevo contrato social con las tecnologías del bien común como motores del mismo.
Para Francisco Marín, vicepresidente de Nausika, "lo importante es popularizar, llevar al conjunto de la población el ejemplo del contrato social que surgió tras la Segunda Guerra Mundial y que fue fruto de un acuerdo de los distintos agentes sociales y políticos". "Un acuerdo con el que hemos vivido durante 50 años con un éxito que ha producido el mayor beneficio y riqueza para la humanidad conocida", añade. Marín apunta al hecho de que hay beneficios incontestables en numerosos sectores producidos por la tecnología, mencionando la salud, los transportes, la seguridad y el empleo, entre otras áreas de las que publicarán informes mensualmente.
Presentación del Manifiesto por la tecnología para el bien común SOFIA ROYO
En empleo se ha desarrollado un debate al que han asistido la vicepresidenta de la CEOE, María Helena Antolín, y el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, moderados por Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social y miembro de Nausika.
Para Sordo, el primer paso para la construcción de ese contrato social se dio cuando se acordó la 'ley rider' con el gobierno y las organizaciones empresariales porque "reconocía que las empresas, en este caso donde trabajan los riders, tenían que facilitar el conocimiento sobre los algoritmos a la representación de los trabajadores". Una forma de proteger a las personas trabajadoras de posibles casos de sobreexplotación facilitados por la tecnología.
El secretario general de CC.OO ha ahondado en la necesidad de "democratizar la tecnología para que no tenga efectos disruptivos, desigualitarios y que quiebren todavía más las sociedades".
La vicepresidenta de la CEOE, María Helena Antolín, ha afirmado que los empresarios tienen dos grandes retos que asumir: el primero es la gran regulación tecnológica en la Unión Europea, precisamente para proteger ese bien común, y que en otros lugares del planeta es mucho más laxa y admite escenarios donde países como China y EE.UU. juegan con ventaja; y el segundo reto es la necesidad de incentivar, motivar a las empresas para que usen nuevas tecnologías, ya que solo "el 42% de las empresas utilizan la IA y en muchos casos es un uso testimonial". La razón es que el parque empresarial español está formado, mayoritariamente, por empresas de pequeño y mediano tamaño y la inversión que tienen que hacer en estas nuevas tecnologías puede resultar excesiva.
La tecnología puede abrirnos las puertas a un mundo deslumbrante y también puede abrir la caja de Pandora EFE / Alejandro García
Observatorio de la tecnología y los buenos empleos
Sara de la Rica y Guillermo Dorronsoro han presentado la primera gran iniciativa de Nausika: el observatorio de la tecnología y los buenos empleos. "Todos los meses nos enteramos si ha subido o ha bajado el número de personas empleadas, porque esa estadística se conoce y, sin embargo, nunca entramos en el debate de si se han creado mejores puestos de trabajo de los que se han destruido". Un debate relevante para Dorronsoro por la necesidad de conocer si "estamos incrementado el empleo y también la falta de satisfacción de las personas con su trabajo".
Ambos han expresado la necesidad de que "llegue más información de lo que está pasando, del impacto de la tecnología sobre los buenos empleos". La propuesta de Nausika parte de una metodología centrada en estudiar 10 ámbitos en los que el impacto de la tecnología es muy grande: "tanto para bien, para hacer el trabajo más humano, menos repetitivo, más agradable; como para mal, más exigente o agobiante.
La jornada ha ofrecido datos esperanzadores en el campo de la salud donde ha intervenido Raquel Yotti, comisionada del PERTE de Salud de vanguardia que ha destacado los avances mundiales, tan esenciales y aparentemente básicos como "tener agua limpia y disponer de un saneamiento que han propiciado una mayor esperanza de vida a nivel global". Y los avances tecnológicos más sofisticados que están permitiendo conocer con antelación la evolución de las enfermedades, el impacto de los medicamentos y llevar la medicina a una personalización de las prácticas.
La nota más humanista de la presentación ha llegado de la mesa dedicada a seguridad en la que José María Lasalle y Emma Fernández han dejado en la sala una difícil cuestión: ¿debemos gastar más dinero en tecnología para la defensa?
Lasalle considera que "el mundo se ha convertido en un lugar más hostil, sobre todo para las democracias liberales que incluso están mal avenidas." Continuando con un repaso histórico donde se recordaba la participación española en el derecho humanitario bélico con la delimitación de lo que se puede y no se puede hacer en una guerra. Por desgracia esto parece haber dejado de tener vigencia en el mundo si nos fijamos en lo ocurrido en Gaza o lo que sigue pasando en Ucrania.
Presentación para instalar un centro de computación cuántica en San Sebastián. Archivo. EFE /Javier Etxezarreta
Lasalle ha finalizado destacando que “La técnica y la tecnología le aporta al ser humano un mayor poder de acción. Sin valores o virtudes éticas se acaba en el nihilismo, la ausencia de reglas, y en ese mundo prevalece siempre el más fuerte".
La necesidad de esos valores ha estado presente en todo el evento. Pedro Mier, presidente de Nausika, recordaba al principio del encuentro el motivo del nombre: "Nausika es uno de los personajes clave en el relato de La Odisea, de Homero. También aparece en el Ulises de Joyce. En ambas obras, el arquetipo de Nausika mezcla vulnerabilidad y fuerza; generosidad y anhelo. Tanto Homero como Joyce la elevan como una figura de compasión y una chispa de luz en los viajes transformadores de los protagonistas".