Kamila, superviviente de trata: "El sistema prostitucional europeo se alimenta mayoritariamente de mujeres migrantes"
- RNE habla con Kamila y Vanesa, dos supervivientes de trata y prostitución: "Vine a España esclavizada sexualmente"
- Cuando llegan al destino les imponen deudas y son forzadas bajo coacciones y amenazas
Las Fuerzas de Seguridad liberaron en España durante 2024 a casi mil ochocientas víctimas de trata y explotación sexual, un delito que se ceba especialmente con las mujeres migrantes, marcadas por la desigualdad y la pobreza. La forma de captación es casi siempre la misma, una falsa promesa de trabajo. De camarera, cuidadora, modelo o recolectora de fruta. Cuando llegan al destino, descubren que no es así.
Les imponen importantísimas deudas y son forzadas a ser esclavas sexuales bajo coacciones y amenazas, como matar a los hijos o quemar la casa de los padres. Kamila Ferreira, superviviente de trata y prostitución, explica a RNE que le ofrecieron trabajar en una funeraria. "Nos llevaban para preparar el cuerpo de los muertos". Sin embargo, les pedían quedarse "en bragas y sujetador": "Teníamos que hacer felaciones al muerto", recuerda y sentencia que "el sistema prostitucional europeo se alimenta mayoritariamente de mujeres migrantes".
Trata y explotación sexual, íntimamente ligadas
Las mujeres sufren violencia física, emocional y también institucional. Lamentan que "no se persiga a los proxenetas y que sea a ellas a quienes se trate como a delincuentes". A menudo, tienen que recurrir a las drogas y al alcohol "como una forma de anestesia para el cuerpo y el cerebro con la que poder afrontar el día a día", como insiste Vanesa, brasileña también superviviente de trata y prostitución. Dice que vino a España "esclavizada sexualmente".
Erradicar este delito es tan difícil como acabar con la prostitución. En ningún caso, recalcan las supervivientes, es un trabajo. En este sentido denuncian "la hipocresía de quienes lo defienden, porque es algo que no quieren para si mismos ni para sus hijas o nietas", remarca Kamila.
Además, la pornografía amplía el círculo de la trata y la explotación sexual hacia los jóvenes. Se estima que uno de cada cuatro menores de veinte años consume entre mil y cinco mil horas de pornografía, que condicionan su manera de relacionarse sexualmente.