"No nos dejan limpiar el monte": por qué se malinterpreta la ley según ecologistas, ingenieros y agricultores
- Sigue en RTVE.es la última hora de los fuegos que siguen activos
- Envíanos consultas al 659 800 555 o a verificartve@rtve.es
Desde que comenzaron los incendios este verano en España, en redes sociales los usuarios se han quejado de que realizar tareas de “limpieza” del monte sin licencia puede conllevar multas. También aseguran que los vecinos de los pueblos no tienen permitido realizar labores de prevención de incendios como quemas controladas o desbroces. En VerificaRTVE hemos hablado con expertos y vecinos para explicar qué dice la Ley de Montes y qué limitaciones existen.
“En España, si recoges la broza del campo, sin licencia, te denuncian”, escribe un usuario en X en una publicación que ha sido compartida más de 3.000 veces desde el 19 de agosto. A la publicación le acompaña un vídeo de una persona recogiendo maleza tirada junto a la carretera. Otro perfil en esta misma red social comenta un vídeo de unos vecinos desbrozando laderas y asegura: “Recordatorio de que en circunstancias normales esto está prohibido en España”. También nos habéis consultado a nuestro servicio de WhatsApp si es cierto que está prohibido limpiar los montes.
Mensajes de redes que aseguran que en España está prohibido ”limpiar” los montes VerificaRTVE
Los montes no se “limpian”, se gestionan, aprovechan y utilizan
Los expertos consultados coinciden en que hablar de “limpieza” de montes es erróneo. La vocal del Colegio de Ingenieros de Montes, Inés González Doncel, es contundente: “Limpieza es un término horroroso. No, los montes, no se limpian. Los montes no son casas que hay que limpiar, sino que se deben utilizar, para mí ese es el fundamento”, aclara la ingeniera. Para González Doncel, “el monte que se utiliza y genera beneficios e ingresos es un monte que se cuida y al que se generan apegos”.
De forma similar se manifiesta el responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, quien nos asegura que los técnicos evitan “utilizar la palabra ‘limpiar’ porque da la idea de que cualquier cosa que haya en el suelo es mala” y que lo normal es que hasta “haya hongos e insectos que viven de la madera muerta”. A lo que comúnmente se le conoce como “limpiar” en realidad “es gestionar el territorio, los montes o el paisaje para evitar la propagación de los incendios”. Por este motivo, el responsable expresa que hay zonas donde es “prioritario actuar” como en las inmediaciones de una urbanización y otras zonas alejadas “donde no tenga ningún sentido”: "No hay que gestionar la biomasa en todos los sitios, sino en los sitios donde el riesgo de incendios puede ser más grave”, explica.
¿Qué dice la Ley de Montes?
Las administraciones públicas tienen la obligación de proteger los montes. Así lo recoge la Ley de Montes en el artículo 4: “Los montes, independientemente de su titularidad, desempeñan una función social relevante (...). El reconocimiento de estos recursos y externalidades, de los que toda la sociedad se beneficia, obliga a las Administraciones públicas a velar en todos los casos por su conservación, protección, restauración, mejora y ordenado aprovechamiento”. Esto significa que, en el caso de los terrenos, fincas y montes privados, sus propietarios deben encargarse de las tareas de mantenimiento, pero las administraciones tienen que velar para que las cumplan. En los montes públicos, las administraciones a nivel estatal o autonómico lo regulan en sus planes de prevención.
Tal y como explica Miguel Ángel Soto, “la Ley de Montes Estatal y las leyes de montes autonómicas son las que regulan cómo se hacen los aprovechamientos (de leña, de setas...) y todo lo que sale del bosque (resina, corcho, madera, leñas...)”. Por ejemplo, muestra el experto, “si hay pastos, y las vacas, los caballos, las ovejas pueden estar en el monte, en qué épocas del año, qué densidad de animales puede haber... Todo eso está regulado”.
Sobre el ámbito público, Inés González Doncel explica que existe un instrumento de gestión que es un documento técnico, revisado periódicamente, que recoge “lo que se va a hacer en el monte en los próximos años” y que “elaboran los profesionales ingenieros de montes y forestales”. Por ejemplo, en el caso de la Comunidad de Madrid, aquellos montes que sean públicos “deberán contar con un proyecto de ordenación de montes, plan dasocrático u otro instrumento de gestión equivalente” mientras que, los montes no gestionados por la administración están obligados a tener "un proyecto de ordenación o plan técnico aprobado y vigente” establecido en función de unos criterios, como la superficie y ubicación del monte. Por lo tanto, la ingeniera de montes explica que quienes no dispongan de este documento o proyecto de ordenación, deberán pedir una autorización: “Y ahí es donde aparecen las quejas de los campesinos y de los propietarios de montes, que están muy regulados”, subraya González Doncel.
No está prohibido “limpiar” el monte, cada Comunidad tiene sus criterios y regulaciones
Varios expertos consultados coinciden en que gestionar y aprovechar los montes no está prohibido. Carlos Martín, bombero forestal de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), explica a VerificaRTVE que la gestión “es una competencia transferida a las CCAA, por lo tanto, cada una puede tener sus diferencias y su regulación”. Considera un bulo afirmar que esté prohibida la ‘limpieza’ el monte.
Así también se expresa Miguel Ángel Soto: “Sí, hay autorizaciones. Lo que no te dejan es hacer lo que quieras, cómo quieras y de la manera que quieras”. Soto amplía que “para hacer un desbroce, una retirada de árboles, necesitas un permiso que solicitas a la consejería de la comunidad autónoma y luego un guarda forestal verifica qué tienes que hacer y cómo lo haces”. El experto pone como ejemplo la presencia de un nido de una especie protegida; la solicitud se aprobará en función de la época del año, las limitaciones o que no resulte dañado. Lo mismo ocurre con la quema: “Se hace en días concretos, sin viento, con un nivel de humedad concreto, etcétera”.
Carlos Martín asegura que “habría que ver una por una las normas autonómicas y ver cómo de complejo es realizar cada una de las solicitudes” para las tareas de aprovechamiento. Dicho esto, asegura que no es verosímil afirmar, como los mensajes en redes sociales, que está prohibida la limpieza del monte público a lo largo del año. Es uno de los trabajos encomendados a los bomberos forestales en los meses sin alto riesgo: “Es lo que debería hacer el 100% de los dispositivos con toda su plantilla”. Por ejemplo, en el caso de la ganadería extensiva, el bombero asegura que “en los montes públicos en general no tiene grandes problemas para desarrollar su actividad”.
La sobrerregulación de los montes limita su aprovechamiento
Las limitaciones y la regulación del aprovechamiento de los montes bloquean muchas actividades, en opinión de los expertos. Inés González Doncel asegura que “los vecinos no piden que limpien el monte [en referencia a la administración], lo que piden es aprovechar los recursos que tiene el monte, que es un matiz muy importante”. Señala que “los montes están abandonados porque ya no resulta rentable aprovechar los recursos naturales por sus mercados fluctuantes” y que “hay políticas también proteccionistas, muchas veces muy restrictivas y, en consecuencia, aprovechar el monte es poco rentable”.
La ingeniera explica que, si bien “todas aquellas actividades que puedan generar riesgo de incendio están perfectamente reguladas y prohibidas”, existe una “sobrerregulación”. Tal y como asegura, “la Ley de Montes sorprendentemente es muy proteccionista. Y sus homólogos autonómicos también lo son. En la búsqueda de la conservación y la perpetuación del monte hay un exceso de regulación”. Además, en su experiencia, “la última pieza de la burocracia, son los forestales o medioambientales” y “queda un poco al criterio del agente forestal si considera que lo que se está haciendo es correcto o no es correcto”.
Para ella, existen dos visiones enfrentadas: “Una idílica de la naturaleza que se cuida sola y otra más profesional en donde consideramos que la naturaleza se debe conservar y cuidar, pero no venerar”. Sin embargo, “la opinión pública está dominada por una mayoría de gente que considera que la naturaleza no se puede tocar, porque vivimos en las ciudades y lo que queremos cuando vamos al monte es ver una cosa en donde no aparezca el factor humano”. Asegura que “hay una población urbana que presiona mucho, que se horroriza en cuanto se quiere cortar un árbol” cuando es algo que se recoge en los documentos de ordenación y en proyectos que tienen más de 50 años. En cualquier caso, la experta expresa que “la administración autonómica tiene que ejercer una cierta labor de vigilancia y tutela” y que es un problema que “tanto los que actúan en el monte, como los que consiguen las autorizaciones, no tengan un criterio único y homogéneo”.