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Batman se adentra en el universo de Lovecraft en 'Batman: Ciudad de locura'

  • El artista Christian Ward pinta una oscura pesadilla en la que el superhéroe desciende a los infiernos
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Batman, estilo surrealista, enredaderas verdes y rojas cubriendo su rostro, máscara y capa verde oscuro, fondo psicodélico con remolinos de colores vibrantes.
Detalle de una portada de Christian Ward para 'Batman: Ciudad de locura'

Si hay un superhéroe que se enfrenta a diario a la locura es Batman. Basta con repasar su galería de villanos para comprobarlo: Joker, Dos Caras, Harley Quinn, el Ventrílocuo, el Sombrerero Loco... antes o después, todos ellos acaban encerrados en una celda de Arkham, el manicomio para criminales de Gotham City que debe su nombre a la ciudad ficticia creada por el escritor Howard Phillips Lovecraft para sus relatos de Horror Cósmico.

Un manicomio que fue el escenario de uno de los mejores cómics de Batman de todos los tiempos, Arkham Asylum (1989), en el que el Señor de la Noche se enfrentaba a una revuelta de todos los locos del manicomio por cortesía del guionista británico Grant Morrison (Animal Man, Los invisibles). Aunque lo más sorprendente de ese cómic eran las imágenes pintadas por el artista británico Dave McKean, que eran realmente espectaculares.

Batman, con aspecto monstruoso y tentáculos, sostiene un tiburón en un callejón oscuro.  El texto 'Él no puede hacerte daño ahora, niño/a' indica protección.

Página de 'Batman: Ciudad de locura'

Unas imágenes que dejaron con la boca abierta a un chaval destinado a convertirse en artista de cómic: Chistian Ward, ganador de varios premios Eisner por sus obras. Ward confiesa que: "ver el trabajo de McKean fue una revelación. Fue como el relámpago que alcanzaba a Killer Croc al final del libro. lo ví entonces y lo entendía aún más cuando lo leí de verdad: el poder del cómic. No solo podía divertirte y contar una historia, sino que podías hacer que sintieras emociones. Aquel fue el día que decidí que quería hacer cómics".

Esto lo cuenta Ward en el epílogo de Batman: Ciudad de locura (Panini), una espectacular novela gráfica en la que se inspira en el trabajo de Dave McKean para meter a Batman en una pesadilla Lovecraftiana.

Portada de cómic: Batman en primer plano sobre una ciudad nocturna, con un personaje enmascarado con hacha al fondo.  Atmósfera oscura y colores intensos.

Portada de 'Batman: Ciudad de locura' (Panini)

Un descenso a los infiernos: El reino de los búhos

Pero Christian Ward no solo se inspira en Dave Mckean y Lovecraft, sino que mezcla estos elementos con la saga de El tribunal de los Búhos, en la que el guionista Scott Snyder y el artista Greg Capullo nos descubrían una especie de secta con siglos de antigüedad que dominaba la ciudad de Gotham desde sus profundidades.

Así, cuando Batman se enfrenta a los Búhos y a sus mortales asesinos (los garras) abrirá por error una puerta a los infiernos, a una ciudad enterrada bajo Gotham (Gotham debajo), poblada por reflejos perversos de los habitantes de nuestra Gotham.

Batman tendrá que aliarse con sus enemigos, los Búhos, para derrotar a esos reflejos perversos de algunos de sus enemigos, como Dos Caras o Killer Croc, pero, sobre todo, tendrá que luchar con su propio reverso tenebroso: el Batman Debajo, que parece salido de una pesadilla de Lovecraft, ya que de su boca salen esos siniestros tentáculos que tanto obsesionaban al escritor de Providence. Un Batman más oscuro que secuestrará a un niño para entrenarlo y convertirlo en su propio y siniestro Robin.

Cuatro viñetas de un cómic muestran a Batman, primero hablando por teléfono, luego negociando un secuestro, y finalmente volando sobre Gotham.  Se ve un personaje volando hacia él.

Página de 'Batman: Ciudad de locura' (Panini)

Unas páginas espectaculares

Una historia de suspense y terror que es casi hipnótica, y en la que, como pasaba con Arkham Asylum, destaca el arte de Christian Ward. En su acertado epílogo, David Aliaga destaca la influencia, además de McKean, de artistas como Francis Bacon y Gustav Klimt. Aunque el dibujante logre asimilar esas influencias para lograr algo nuevo y original.

Gracias a sus bellas páginas pintadas, Ward nos ofrece uno de los mejores retratos de un universo, el de Batman, en el que algunas de sus mejores historias trascienden el género de superhéroes para convertirse en aterradoras exploraciones de la psique humana. Como pasa en este cómic o en otras obras maestras como La broma asesina, de Alan Moore y Brian Bolland.

Intensa escena de cómic: Batman, silueteado, se enfrenta a personajes encapuchados en una composición dinámica con colores vibrantes y bocadillos de diálogo.

Página de 'Batman: Ciudad de locura' (Panini)

También me gustaría destacar el trabajo del rotulista, Hassan Otsmane-Elhaou, que contribuye al preciosismo visual del cómic con la estupenda caligrafía de sus textos y bocadillos, que destacan sobre esos fondos que tienen mucho de impresionistas y surrealistas. De hecho, durante la lectura me he sorprendido en más de una ocasión intentando descubrir en esos fondos y esas sombras algún personaje o secreto oculto. Eso se llama atmósfera y es uno de los grandes atractivos de este cómic.

En fin, una novela gráfica de lectura apasionante y que nos deja imágenes dignas de convertirse en icónicas en la larguísima trayectoria de Batman. Como esos tentáculos saliendo de la boca del Batman Debajo.

Destacar, como siempre, la estupenda traducción de Santiago García.

Portada de cómic: Batman, cabeza abajo, atrapado por tentáculos sobre fondo rojo. Título

Una de las portadas originales de 'Batman: Ciudad de locura' (Panini)