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Una expedición valenciana construye en el desierto de Nevada el 'Temple of the Deep' del Burning Man

  • Por primera vez en 39 años, tres arquitectos españoles se encargan de diseñar y montar el edificio referente en el festival
  • El Burning Man reunirá a 80.000 personas en Nevada (EE.UU.) del 24 de agosto al 1 de septiembre
Arquitectura valenciana en el Burning Man del desierto de Nevada
Paula Varella | Rtve Comunitat Valenciana

Una expedición valenciana liderada por el arquitecto valenciano Miguel Arraiz se encuentra el desierto de Nevada, en Estados Unidos, para construir el 'Temple of the Deep', el emblemático espacio espiritual del festival Burning Man, que reúne cada año a 80.000 personas del 24 de agosto al 1 de septiembre. Por primera vez en sus 39 años de historia, este templo, destinado al duelo y la reflexión, será diseñado y montado por profesionales valencianos que aplicarán técnicas sostenibles para ofrecer a los asistentes un lugar de liberación emocional y memoria colectiva.

Estructura multi-nivel en llamas, iluminada por el fuego nocturno. Personas observan desde abajo.  Ambiente ritualístico.

El Burning Man se ha convertido en un ritual colectivo y también en una plataforma de expresión y transformación radical RTVE COMUNITAT VALENCIANA

¿Qué es el Burning Man?

Nacido en 1986 en una playa de San Francisco, el Burning Man es hoy un experimento social y artístico único. Durante una semana, decenas de miles de personas se reúnen en el desierto de Black Rock, en Nevada, para construir una ciudad temporal basada en principios como la autosuficiencia, la comunidad y la autoexpresión radical.

No es solo un festival: se trata de un ritual colectivo y una plataforma de expresión y transformación radical. Los burners crean instalaciones artísticas monumentales, organizan talleres, performances y celebraciones sin comercio ni publicidad, pues todo se basa en el trueque o el regalo. El festival culmina con la quema de monumentos, como “The Man” y el 'Temple of the Deep', en un ritual similar a las Fallas valencianas.

Templo iluminado de noche con cúpula facetada, base poligonal clara y barreras de madera.  Escaleras conducen a la entrada.

Por primera vez en la historia del Burning Man, tres arquitectos españoles participan en el proyecto del templo RTVE COMUNITAT VALENCIANA

El templo es el corazón espiritual del evento, un espacio donde miles enfrentan el duelo, la memoria y la liberación emocional. En 2025, por primera vez, tres arquitectos españoles participan en este proyecto. Está liderado por Miguel Arraiz, arquitecto y artista fallero, que reside en California desde febrero y coordina la captación de fondos y el equipo voluntario encargado de fabricar las piezas que se ensamblarán en el desierto. Javier Bono y Javier Molinero desarrollaron el proyecto desde Valencia. Arraiz y Bono se conocieron en el estudio de arquitectura Arqueha, que también participa en la iniciativa.

Con experiencia en fallas experimentales y tras plantar una falla en Burning Man hace diez años, Arraiz ganó el concurso al que se presentaron doce proyectos internacionales.

Hombre de perfil, con camisa roja, sostiene un dispositivo cerca de la boca y mira por una ventana a un paisaje exterior borroso con mal tiempo. Expresión seria y concentrada.

El proyecto valenciano está liderado por Miguel Arraiz RTVE COMUNITAT VALENCIANA

El “Temple of the Deep”, un espacio sagrado

Su origen se remonta a hace 25 años. Un artista del festival perdió a su compañero en un accidente de moto dos semanas antes del evento. Su obra se convirtió en un lugar de duelo. La organización al año siguiente le pidió que volviera a hacerlo. Antes, la última pieza que se quemaba era el Burning Man, ahora el último en arder es el Templo. En absoluto silencio y sin pirotecnia.

La gente pone ofrendas en el templo para duelos de todo tipo

’The Temple’ es un espacio sagrado de recogimiento, construido para la comunidad, donde los asistentes dejan recuerdos y mensajes personales para la reflexión y la sanación antes de ser quemado en la última noche del evento. “Desde el día que se abre, la gente pone ofrendas para duelos de todo tipo. Hay rupturas amorosas, ecografías de alguien que ha tenido un aborto, cascos de gente que ha fallecido en la moto, fotos de abuelos, correas de perro, cartas… incluso vestidos de novia de gente que se ha divorciado y lo llevan para quemarlo”, explica Miguel Arraiz.

Interior de un espacio con paredes repletas de fotos y objetos personales. Personas sentadas en el suelo en actitud reflexiva. Ambiente de recogimiento y conmemoración.

’The Temple of the deep’ es un espacio sagrado de recogimiento, construido para la comunidad RTVE COMUNITAT VALENCIANA

El Burning Man especifica en las bases que el templo no esté adscrito a una religión ni a una cultura. “El templo podría ser un cubo, una pirámide, pero sin la comunidad no sería un espacio sagrado. Es la comunidad la que lo elige”.

La idea de los arquitectos valencianos para la construcción del templo se inspira en la técnica japonesa kintsugi, que significa “reparación con oro”. Consiste en reconstruir piezas de cerámica rotas utilizando oro, de manera que, en lugar de ocultar el daño, lo destaca.

Por la noche se ilumina el interior y la luz saldrá por las grietas

Partiendo del kintsugi, la idea es que la pieza tiene más valor porque se ha reconstruido de la manera más adecuada posible. “El templo, lo que representa es eso. Estas grietas no están construidas, no son macizas, no están uniendo las piezas, sino que lo que hacen es dejar ver a través. Da esa sensación de volumen y de que hay algo más allá. Y por la noche se ilumina el interior y la luz saldrá por las grietas”, explica Javier Bono Cremades, profesor e investigador de la UPV.

Estructura poligonal oscura con múltiples entradas, en un paisaje desértico con cielo nublado y montañas al fondo.  Rodeada por una valla de madera.

La estructura evoca las formaciones volcánicas del desierto y sus siete entradas conducen a un vacío central, abierto al cielo RTVE COMUNITAT VALENCIANA

Materiales, una construcción sostenible

La estructura, de 14 metros de alto por 30 de ancho, está hecha con madera teñida de negro, evocando las formaciones volcánicas del desierto. Sus siete entradas representan las etapas del duelo y conducen a un vacío central, abierto al cielo. Se construirá en madera en bruto, sin colas ni productos contaminantes, porque “el festival quiere reducir al mínimo las emisiones de carbono y recoger los residuos que se dejen cuando se queme la construcción”, explica Javier Molinero. De hecho, después de quemar el templo se quedan 3 días a recoger las cenizas de las 150 toneladas de madera quemadas. “Se pasan rastrillos imantados para recoger los tornillos que han quedado y se tamiza la arena del desierto para recoger los trozos que pasan de una pulgada de ancho”.

Desierto: trabajadores descargan materiales de un camión; uno carga un poste.  Entorno árido y montañoso.

Los trabajadores, voluntarios y asistentes se enfrentarán a las condiciones extremas del desierto de Nevada RTVE COMUNITAT VALENCIANA

A diferencia de lo que ocurre en otras construcciones efímeras como las Fallas de Valencia, una sola pieza de corcho blanco sería impensable en el Burning Man. “Es un tema que nos ha hecho reflexionar bastante sobre los materiales que se usan en las Fallas en contraposición a otras soluciones”. Por eso parte del templo, el vórtice central, se va a resolver con vareta. 5 artesanos falleros del taller de Manolo García viajarán hasta el desierto para resolverlo in situ. “Los organizadores del festival han estado muchos años en Valencia, les encanta la fiesta y como funciona el asociacionismo y la comunidad, pero les alucina que los niños pequeños den vueltas alrededor de la cremà e inhalen humo tóxico. No les cabe en la cabeza”, explica Miguel Arraiz.

Pasillo interior de madera con listones horizontales, iluminación tenue y una persona sentada al fondo en un espacio más amplio.

La obra se construirá en madera en bruto, sin colas ni productos contaminantes, un aspecto muy importante para la organización RTVE COMUNITAT VALENCIANA

Aun así, los arquitectos insisten: 'The Temple of the Deep' no es una falla en el desierto. No es un edificio ornamental. Es un contenedor ritual. Su estética cruda y honesta invita a la introspección y al contacto directo con la emoción. Este año, por primera vez en la historia del evento, se abre la posibilidad de enviar cartas y postales desde fuera de Burning Man. Muchas llegarán desde Valencia por afinidad natural con el proyecto, pero la participación está abierta a personas de cualquier lugar del mundo. La Universidad de Valencia ha recogido cartas de afectados por la DANA que quisieran expresar su duelo y hacerlo llegar hasta el templo del Burning Man.

Los arquitectos valencianos llevarán, entre otras, fotografías de personas fallecidas a causa de la riada ocasionada por la dana del 29 de octubre del año pasado.

Estructura de madera en construcción en un desierto, con voluntarios trabajando, tiendas de campaña, vehículos y materiales. Cielo parcialmente nublado.

Centenares de voluntarios participan en la construcción del templo RTVE COMUNITAT VALENCIANA

Construcción colectiva y desafío logístico

Más de 600 voluntarios participarán en la construcción del templo. En Oakland (California), más de 400 han colaborado en la prefabricación durante los fines de semana. En Nevada, otras 200 lo levantarán en solo 15 días, enfrentándose a las condiciones extremas del desierto.

Allí empieza la parte más complicada. El reto principal es el entorno. “Aquí todo se vuelve más lento, más duro y más incierto”. Hay temperaturas extremas con saltos térmicos que oscilan entre 0 y 40º. “Te piden cálculos para superar vientos de 60 millas por hora, en torno a 90-100/km”, nos cuenta Arraiz. “Uno de los mayores quebraderos de cabeza que tiene el equipo es el proceso de montaje. La estructura calculada en su totalidad es estable y va a aguantar las condiciones, pero el proceso de ir levantando pieza a pieza hasta que se ensamble el conjunto es la parte que más preocupa”, explica Javier Bono.

Si te falta un tornillo la ferretería del desierto está cerrada

La capacidad de improvisación es nula. “Estamos a 3 horas en coche de la ciudad más cercana y no es viable encargar que te traigan unas chapas metálicas que no has tenido en cuenta durante el proceso. Si te falta un tornillo, la ferretería del desierto está cerrada”, cuentan entre risas.

Trabajadores en un desierto montan una estructura metálica cuadrada.  Usan ropa informal y guantes.  Se ven montañas y materiales de construcción cerca.

El reto implica el traslado, el montaje y el mantenimiento de 120 voluntarios en el desierto durante 3 semanas RTVE COMUNITAT VALENCIANA

“Hicimos un proyecto para concurso y desde el pistoletazo de salida en enero hemos tenido que redibujar todo el proyecto, encajarlo con las medidas de los camiones, transformarlo a pulgadas porque estamos acostumbrados a trabajar en metros… Hemos tenido que modelar todo en 3D y coordinarlo para reducir lo máximo posible la incertidumbre en el desierto”.

El reto no solo implica el traslado y montaje, sino la logística de mantener a 120 personas voluntarias en el desierto durante 3 semanas. “Somos 62 caravanas, 10 camiones, la cocina, el camión frigorífico, hay que llevar bici para las 120 personas porque durante el evento te mueves en bici. Dentro del equipo hay hasta equipo médico y terapeutas”.

Siluetas oscuras alrededor de una fogata, con las manos levantadas.  La iluminación intensa destaca los contornos de las figuras.

Asistentes a anteriores ediciones del Burning Man en el desierto de Nevada RTVE COMUNITAT VALENCIANA

Financiación compartida, sentido compartido

El festival tiene una filosofía de non-profit. Ellos y todas las personas que participan, lo hacen por amor al arte. El presupuesto asciende a 800.000 dólares y el festival aportará cerca de 150.000. Como no pueden existir marcas, se financian a través de donantes anónimos, entre ellos, grandes compañías tecnológicas. “La filantropía está muy arraigada en Estados Unidos. Los donantes aportan el dinero a una fundación intermedia y se deducen impuestos”.

El 'Temple of the Deep' arderá en el desierto el 31 de agosto, cerrando el festival y ofreciendo un ritual de despedida y sanación para miles de asistentes.